Comienza la campaña 

España lucha por mantener el 'trono' de los cítricos frente al empuje de Sudáfrica

El país espera una cosecha de cítricos de 5,75 millones de toneladas para la campaña 2023/2024, de las que exportaremos el 60%, por un valor de unos 3.300 millones de euros anuales.

Cosecha de limón en la región de Murcia
España lucha por mantener el 'trono' de los cítricos frente al empuje de Sudáfrica. 
Europa Press via Getty Images

Con la llegada del otoño comienza la temporada de cítricos en el hemisferio norte. En España, uno de los primeros productores mundiales de naranjas, mandarinas, pomelos, limas y limones, el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA) prevé una cosecha total para la temporada 2023/24 de 5,75 millones de toneladas. Similar a la anterior, pero un 14,4% por debajo de la media de las cinco últimas, debido fundamentalmente a la sequía. 

Así, la producción de naranjas disminuirá un 8,2% con respecto al año pasado, aunque la de limones se incrementará en un 28%. El Ministerio dirigido por Luis Planas afirma que “la sequía y las extremas condiciones climáticas registradas este año han sido decisivas en este volumen de producción, fundamentalmente por la falta de disponibilidades hídricas, las anormales altas temperaturas registradas durante las fases de floración y cuajado del fruto y por las olas de calor en estadios posteriores que han requerido de restricciones al riego en algunas regiones”.

Así comienza una campaña cítrica en la que España intentará mantener, cuando no incrementar, su posición como primer comercializador mundial de cítricos. Y es que las exportaciones de cítricos desde España al resto del mundo, principalmente a la Unión Europea, alcanzan los 3.300 millones de euros anuales, lo que convierte a España en el primer comercializador del planeta de cítricos en fresco en Europa, ya que vende fuera de sus fronteras el 60% de la producción total. 

El puesto privilegiado de España, en peligro 

Sin embargo, este puesto como primer exportador mundial de cítricos está amenazado por la pujanza, principalmente, de tres países: Sudáfrica, Turquía y Egipto, que en la última década han arrebatado cuota de mercado internacional a las naranjas, mandarinas y limones 'made in Spain'. Según datos de FAOstat, hace una década España, país tenía aproximadamente el 26% de cuota de mercado mundial, y exportaba 4,02 millones de toneladas de cítricos, frente al mismo porcentaje de Sudáfrica, Turquía y Egipto juntos. En la actualidad, apenas supera el 20% de las exportaciones mundiales de naranjas, mandarinas y limones, concretamente el 20,73% y 3,57 millones de toneladas anuales, frente al 36% que acaparan los otros tres países. En este sentido, destaca la enorme subida del país del hemisferio sur, ya que Sudáfrica ha pasado en diez años de una cuota de mercado del 10,68% al 15,22% actual con sus 2,62 millones de toneladas vendidas al exterior. Turquía y Egipto se quedan con una cuota de mercado del 11% y el 10% respectivamente.

Sudáfrica es el primer proveedor extracomunitario de cítricos, con cerca del 40% del total, seguido, a gran distancia, por Egipto, Turquía y Marruecos. La intensa entrada del producto foráneo en Europa representa un riesgo para los cítricos españoles. Así, desde las diferentes asociaciones del sector, agricultores, empresas... se señala que detrás de la pérdida de protagonismo de los cítricos españoles en Europa puede estar la política comercial de la UE, que genera un desequilibrio en el mercado comunitario al facilitar las importaciones procedentes de países terceros competidores de España. Esta situación, además, se agrava porque las importaciones no están sometidas a los mismos requisitos de producción y trazabilidad, medioambientales y sociales que las producciones comunitarias.

El trabajo de la Comunidad Valenciana 

La Comunidad Valenciana es el principal productor de cítricos de nuestro país, aproximadamente el 50% del total, lo que se constata en una cosecha prevista para esta temporada de 2,8 millones de toneladas. En este sentido, la principal organización sindical agraria de la Comunidad, la Unió LLauradora, ve “fundamental” que se realicen campañas de promoción de nuestros cítricos ante el descenso del consumo. Por ello ha “solicitado ya en reiteradas ocasiones” al Ministerio de Agricultura que efectúe campañas de promoción, tanto en el ámbito de la Unión Europea como en terceros países, con objeto de cambiar la tendencia actual. Por otra parte, La Unió cree que ratificar o suscribir acuerdos por parte de la UE con terceros países sin estudios profundos ni rigurosos de impacto sobre los efectos que causan en el sector agrario ni sobre las consecuencias de la posible entrada de una plaga o enfermedad “es un grave error”.

"Todos los acuerdos de la UE deberían llevar aparejada una reciprocidad en los estándares de producción o en el uso de materias activas y plenas garantías fitosanitarias de plagas" 

Todos “los acuerdos de la UE deberían llevar aparejada una reciprocidad en los estándares de producción o en el uso de materias activas y plenas garantías fitosanitarias en materia de plagas”. En este último aspecto La Unió reclama “un refuerzo de las medidas en origen para controlar enfermedades no presentes aún en la citricultura europea y la suspensión automática de las importaciones de cítricos procedentes de aquellos países terceros que no puedan garantizar la seguridad fitosanitaria de sus envíos, así como propugna la extensión del tratamiento de frío a las mandarinas para evitar la entrada de la falsa polilla”, según aseguraba a principios de agosto y recogía la agencia Europa Press. 

La competencia de Sudáfrica, Egipto, Turquía e, incluso Marruecos, no es el principal problema para el sector citrícola español según Paco Borrás, que pasó 40 años en Anecoop -una de las principales empresas hortofrutícolas de España- como director comercial y subdirector general y en la actualidad es consultor senior en temas Agro-alimentarios y asociativos. “Por cuestión geográfica”, explica, “Sudáfrica domina el mercado mundial cuatro meses meses, cuando es verano en el hemisferio norte, y nosotros los ocho restantes. Aquí no hay problema. Preocupa más”, explica, “la competencia de países ribereños del Mediterráneo como Turquía, Egipto y Marruecos, pero con ello hemos convivido siempre y hemos salido adelante”.

Borrás enumera los dos grandes problemas, “un coyuntural y otro estructural”, que a su juicio repercuten en que España haya perdido peso en el mercado mundial de cítricos. “El coyuntural es la sequía, que está afectando mucho a las cosechas y rendimientos y el otro, el estructural, que se da en la Comunidad valenciana, es el minifundismo y el abandono de cultivos. Solo en la Comunidad Valenciana se han abandonado 35.000 hectáreas y la mayoría han sufrido un periodo de abandono de más de una década donde su salud y por consiguiente su productividad se han ido deteriorando. Y la inmensa mayoría de esos abandonos se han producido en el seno de los minifundios valencianos, con parcelas medias de 0,3 hectáreas. Algo que incluso ha creado problemas medioambientales en algunas localidades”.

En busca de que España se recupere

Pese a todo, Borrás considera que la situación “se va a revertir, seguro” y por ello vaticina que “España puede perfectamente recuperar parte del minifundio citrícola abandonado de los últimos años en unidades productivas más grandes y eficientes, bien por la iniciativa privada o por planes de la Administración pública como el recientemente publicado, Plan Integral Citrícola de la Comunidad Valenciana. Además, la sequia se acabara y España recuperara la cifra de 7.000.000 de toneladas de producción y las 4.000.000 de toneladas de exportación porque, a fin de cuentas, somos el mejor país del mundo para producir cítricos”.

Pero Intercitrus, la interprofesional citrícola española, incide en Sudáfrica y en su “incumplimiento” de ciertas normas sanitarias para así “poder seguir inundando” con sus productos el mercado comunitario. Según esta asociación los exportadores sudafricanos siguen sin cumplir este año –de manera mayoritaria- la normativa comunitaria relativa al ‘cold treatment’ (tratamiento en frío) en sus envíos de naranjas a la UE. “Como en 2022, los operadores de este país recurren a un ardid técnico y burocrático para no aplicar el tratamiento de frío” que la Comisión Europea (CE) reguló en junio del año pasado para evitar el contagio de la ‘Falsa polilla’ (T. leucotreta) a las plantaciones citrícolas europeas. “La responsabilidad de ejecutar la legislación comunitaria en materia de sanidad vegetal es de los Estados miembros y la regulación aprobada no es ambigua, no deja margen a la interpretación y su cumplimiento es fácilmente comprobable. Es obvio que Sudáfrica está encontrando aliados en la UE para no respetar lo regulado”, señala a este respecto la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu y recoge la agencia Europa Press. 

Según Intercitrus, la ‘Citrus Growers Association (CGA) of Southern Africa’, antes de arrancar la presenta temporada de exportación, estimó que el coste de implementar las medidas requeridas por la UE se situaría en unos 75 millones de dólares y que provocaría, dada la escasez de contenedores preparados para cumplir con tal tratamiento y siempre según adujeron, “una reducción de sus exportaciones de naranjas de entre el 15 y el 25%, esto es, unas 80.000 toneladas menos”. La realidad es que, “según sus propios datos y hasta la semana 37 del presente año (hasta mediados de septiembre) el volumen comercializado de naranjas sudafricanas en la UE (casi 24 millones de cajas, unas 360.000 toneladas) es un 13% superior al de la misma fecha de 2022 y un 8,3% más alto que el de esa misma semana de 2021.

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