Camino del 28-M

El Estatuto del Becario se enquista en la mesa de diálogo en pleno ciclo electoral

Pese al optimismo que trasmite el Ministerio de Trabajo, patronal y sindicatos no encuentran una posición común respecto a los últimos flecos y recuperar el borrador de octubre no parece una opción para el ala socialista.

Yolanda Díaz
El Estatuto del Becario se enquista en la mesa de diálogo en pleno ciclo electoral. 
EUROPA PRESS

Hace más de un año que los agentes sociales se sentaron por primera vez en la sede del Ministerio de Trabajo y Economía Social para abordar el Estatuto del Becario, tal y como se habían comprometido a hacer en la reforma laboral aprobada en diciembre de 2021. Sin embargo, doce meses de conversaciones no han sido suficientes para que la cartera de Yolanda Díaz consiga que patronal y sindicatos lleguen a un acuerdo sobre las prácticas no laborales. La reunión del pasado jueves concluyó sin avances y sin que el Ministerio se comprometiese a intercambiar un nuevo borrador o a citarles en un periodo determinado. Fuentes sindicales transmiten a La Información un notable pesimismo y asumen que la negociación queda bloqueada hasta después de las elecciones del 28 de mayo.

Las becas que realizan los estudiantes en empresas e instituciones públicas no son un tema menor para la titular de Trabajo, que se ha comprometido en diferentes ocasiones a sacar la norma adelante con el respaldo de CCOO y UGT, pero también con el apoyo de CEOE y CEPYME -algo que por el momento parece más complicado-, sino que son un notorio fleco pendiente de su proyecto estrella por lo que busca atajarlo antes de disputarse la presidencia del Gobierno en las elecciones generales. El afán de conseguir un nuevo acuerdo tripartito tras el 'plantón' de las patronales en la firma de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a los 1.080 euros llevó a su equipo a reabrir la mesa de negociación a tres bandas en enero, a pesar de que hacía más de dos meses que habían cerrado un texto con los sindicatos.

El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, había acordado en octubre con los negociadores de CCOO y UGT que las prácticas extracurriculares -las no evaluables- se eliminasen un año después de que entrase en vigor el Estatuto del Becario. Sin embargo, en un intento de sumar a las patronales al acuerdo, la cartera de Trabajo propuso ampliar este periodo de adaptación a los tres años, lo que hizo saltar las alarmas de las principales universidades y algunas formaciones políticas que hasta entonces habían permanecido parcialmente ajenas al debate. Desde entonces, las prácticas extracurriculares han supuesto el principal escollo para que las partes lleguen a un punto común, a pesar de que los últimos borradores han dejado de contemplar su eliminación para restringir el número de horas y obligar a que la beca se corresponda con los estudios que se estén cursando. 

En los últimos cinco meses, las dos partes han transmitido "avances" a la salida de los encuentros, aunque también habían apuntado a que la cuestión "no daba más de sí" y debería ser cerrada con brevedad. Tanto era así que en la última reunión de marzo se dio por cerrada la mesa de negociación y los agentes sociales apuntaron a que el Ministerio iba a enviar un último borrador que debería recibir el 'okey' definitivo vía email para ser trasladado al Consejo de Ministros. Sin embargo, CCOO, UGT, CEOE y CEPYME fueron citados de nuevo este jueves por el ministerio sin un nuevo papel sobre el que trabajar, por lo que fuentes presentes en la negociación apuntan a un estancamiento de las posiciones, al que se ha impuesto el ciclo electoral.

Callejón sin salida

CEOE y CEPYME evitan pronunciarse sobre estas conversaciones, pero afirman estar dispuestos a negociar y sostienen que por ello continúan en la mesa. No obstante, fuentes sindicales expresan dudas de que estas voluntades sean sinceras y reprochan que negociar no se trata solo de hablar. Para UGT la salida es clara, si la patronal no quiere llegar a un acuerdo, la alternativa es recuperar el texto pactado en octubre y sacarlo adelante como real decreto ley en el Consejo de Ministros. Sin embargo, otras fuentes presentes en la mesa apuntan a que esto no es factible, dado que el primer texto del Estatuto del Becario no convencía a todo el Gobierno, especialmente al ala socialista sobre el que pesa el criterio del Ministerio de Asuntos Económicos. Si bien es cierto que en las elecciones generales de 2019 el PSOE también había asumido como compromiso electoral acabar con las prácticas extracurriculares. 

Pero la norma también debe hacer frente a otra encrucijada que tiene que ver con el reparto de fuerzas en el Congreso de los Diputados. Una vez concluidas las elecciones municipales y autonómicas, apenas quedarán dos meses de sesiones parlamentarias antes de que se disuelvan las cámaras para ir a comicios generales. Esto hace inviable que el Estatuto del Becario pueda aprobarse como proyecto de ley, por lo que previsiblemente se sacará adelante a través del Consejo de Ministros, aunque esto no evite que después tenga que reunir los apoyos necesarios para ser convalidado en la Cámara Baja. 

Yolanda Díaz es plenamente consciente de ello y no quiere revivir los fantasmas de la reforma laboral -que salió adelante gracias a un voto equivocado de un diputado del PP- en la que no contaba con el respaldo de Eh Bildu ni de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Las dos formaciones han expresado críticas a los borradores del Estatuto por ser contrarios a la restricción de las prácticas extracurriculares, dado que ambas comunidades autónomas las universidades tienen un importante peso. Además, es factible que estos grupos sean especialmente críticos con la líder de Sumar en las semanas previas a la convocatoria de las generales, por lo que el otoño dista de ser el escenario propicio para que el Estatuto del Becario pueda superar el bache parlamentario, pese a que el número dos de Trabajo sostiene que sí se aprobara durante esta legislatura. 

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