Nuevo cuadro macro

El Gobierno desacredita al INE y 'vende' una recuperación plena del PIB precovid

Economía y Hacienda defienden que la actividad económica ya ha recuperado el nivel previo a la pandemia, en base a sus indicadores diarios internos, y cuestionan las carencias del tradicional sistema de Estadística.

Calviño y Montero
El Gobierno desacredita al INE y 'vende' una recuperación plena del PIB precovid
EFE

Al Gobierno no le salen las cuentas. O, al menos, no coinciden con las del Instituto Nacional de Estadística (INE). Varios miembros del área económica del Ejecutivo manifiestan en privado su estupefacción ante el dato de PIB del primer trimestre y aseguran que los indicadores adelantados que manejan a nivel interno en ningún caso hacían presagiar una evolución tan negativa de la actividad en los tres primeros meses del año. "Nos sabe a poco; el dato es mucho más bajo de lo que esperábamos", admiten en petit comité fuentes gubernamentales que cuestionan que la composición de elementos del PIB no está reflejando bien cómo se está comportando la economía en la crisis actual y aluden a un cuadro de datos internos para asegurar que España ya ha recuperado los niveles de actividad previos al estallido de la pandemia.

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha adoptado desde hace meses como su principal referencia a la hora de medir el pulso de la recuperación de la economía española un ramillete de indicadores de alta frecuencia que maneja el equipo de analistas de la Dirección General de Análisis Macroeconómico del Ministerio y que se basan en información sobre gastos con tarjeta bancaria proporcionados por los bancos, patrones de movilidad a partir de la información de que disponen los operadores de telecomunicaciones, flujos de afiliación diaria a la Seguridad Social y otros indicadores de confianza o producción. Pues bien, en base a este medidor sintético de actividad diaria, Calviño se ve en condiciones de asegurar que la economía española ya ha recuperado el nivel de PIB previo a la crisis Covid.

Durante la rueda de prensa celebrada este viernes para presentar, junto a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el nuevo cuadro macroeconómico que acompaña al Programa de Estabilidad 2022-2025, Calviño aseguró que los niveles de actividad previos a la pandemia ya se han recuperado en términos del indicador sintético de actividad diaria, donde todos los componentes, a excepción del consumo y la construcción, están por encima de los registros de finales de 2019. Sin embargo, admitió que, en términos de PIB, la recuperación prepandemia no se producirá hasta el primer semestre de 2023.  Con todo, la vicepresidenta hizo hincapié en que "lo importante" es el "fuerte crecimiento inercial" de la economía.

Detrás de esa diferenciación que hace Calviño a la hora de abordar el ritmo de recuperación de la actividad económica está la frustración que existe en el seno del Gobierno por no poder plasmar en sus previsiones una estimación de crecimiento del PIB más elevada, al tener que basarse en el dato del INE. Y esto supone un problema, porque Estadística ha asestado un duro golpe al situar la tasa trimestral adelantada de avance del PIB en apenas el 0,3% en el primer trimestre de 2022. Es un dato que no solo no cuadra con la información que maneja el Gobierno de los indicadores adelantados, sino que está por debajo de la previsión del Banco de España, que había estimado un crecimiento del PIB del triple, en concreto, del 0,9%, entre enero y marzo.

Fuentes gubernamentales reconocen en privado que llevan meses sin lograr comprender qué está "fallando" -a su juicio- en ese indicador, que, en su opinión, no refleja fielmente el ritmo real de recuperación de la actividad. "Es extraño, el resto de los indicadores acompañan", se preguntan en el cuadro de mandos macroeconómico que coordinan entre Calviño y Montero. "El PIB no está reflejando la recaudación, el empleo, los datos de consumo, el gasto con tarjetas...", insisten. Solo la recaudación se ha disparado un 20% interanual en el primer trimestre, con 9.200 millones más; mientras la afiliación va como un tiro y ya se superan los 20 millones de cotizantes a la Seguridad Social. Asimismo, desde el Gobierno admiten que puede haber una parte de afloramiento de economía sumergida por la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital (IMV), ya que los perceptores deben presentar la declaración de la renta, pero, en cualquier caso, reconocen que esa realidad tampoco termina de explicar la gran diferencia con el PIB.

El Gobierno cree que el PIB no está reflejando la recaudación, el empleo, los datos de consumo o el gasto con tarjetas

Hace semanas que en el equipo económico del Gobierno trabajan intensamente para intentar comprender qué le está sucediendo a la composición cualitativa del PIB. La conclusión preliminar a la que han llegado a estas alturas es que tanto la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19 como la que España encara en la actualidad, de componente energético y de ruptura de las cadenas de suministros, son completamente novedosas y la composición tradicional del PIB no es capaz de reflejar su impacto real. En este contexto, se muestran partidarios de "modular" los indicadores en función de las características de cada crisis económica y así defienden su cuadro de indicadores diarios alternativo a la Contabilidad Nacional del INE para sostener la pujanza de la economía frente al frenazo que muestran los registros de Estadística.

Durante la presentación del cuadro macro, Calviño y Montero mostraron un optimismo alejadísimo del informe que había hecho público el INE el mismo viernes, apenas una hora antes. Vicepresidenta y ministra arrancaron la rueda de prensa con más de media hora de retraso, tiempo en el que urdieron la estrategia para encajar el mal dato del INE y acomodarlo al tono positivo de sus previsiones macroeconómicas. Después de que Estadística certificara que la tasa de crecimiento trimestral de la economía española pasó del 2,2% a finales de 2021 a apenas un 0,3% en el primer trimestre de 2022, las titulares económicas prefirieron fijarse en la tasa anual del 6,4% para destacar el "fuerte crecimiento inercial de la economía" en el periodo contemplado en el cuadro macro, hasta 2025, y ello a pesar de haber tenido que rebajar la previsión de 2022 en casi 3 puntos, hasta el 4,3%.

Gobierno e INE abordan el problema

El INE produce estadísticas, pero no las comenta ni las interpreta. Sin embargo, desde el organismo público sí reconocen que en los últimos tiempos se han enfrentado a grandes dificultades para elaborar las estadísticas. Además de los problemas derivados de la propia pandemia, como las restricciones a la actividad, también se han encontrado con complicaciones a la hora de encajar algunas realidades, como las reducciones de jornada de los trabajadores en ERTE o los múltiples errores de cálculo en las perspectivas empresariales. Pero es que, además, fuentes del Gobierno aseguran que han tratado con el INE el asunto del PIB y que coinciden en que los indicadores adelantados no se están reflejando bien en los datos trimestrales. "Lo están mirando, al igual que muchos economistas que están estudiando qué es lo que puede estar ocurriendo", afirman.

El Gobierno insiste en que su indicador sintético de actividad diaria refleja más fielmente la realidad macroeconómica que los datos del INE. Y es tal el optimismo que, en base a sus datos internos, aseguran que ya se ha recuperado el nivel de actividad previo a la pandemia. Mientras, el avance del PIB del primer trimestre muestra que todavía estamos a un 2% de situarnos en los niveles de finales de 2019 y que España es, de hecho, el país más rezagado de los grandes de la zona euro, por detrás de Italia, Francia y Alemania. La propia Calviño reconoció que, en términos de PIB, la recuperación prepandemia no se producirá hasta el primer semestre de 2023. Pero el Banco de España, en base a una previsión de crecimiento para este año más optimista (del 4,5%), retrasa ese hito hasta el tercer trimestre de 2023. El Gobierno volverá a actualizar sus previsiones en octubre.

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