Consecuencias del conflicto bélico

La guerra asesta el golpe final a los PGE y forzará a Calviño a rebajar previsiones

En el Gobierno ya trabajan en la revisión del cuadro macroeconómico que acompañará al Programa de Estabilidad 2022-2025 que se remitirá a la Comisión Europea y se hará público el próximo mes de abril.

Nadia Calviño
La guerra asesta el golpe final a los PGE y forzará a Calviño a rebajar previsiones
Europa Press

La invasión de Ucrania por parte de Rusia asesta el golpe final al escenario macroeconómico en el que se basan los Presupuestos Generales del Estado elaborados por el Gobierno para 2022 y forzará a la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, a rebajar sus previsiones de crecimiento en el Programa de Estabilidad que remitirá a la Comisión Europea el próximo mes de abril. Así lo advierten analistas y expertos consultados por La Información y lo admiten ya en privado fuentes gubernamentales a preguntas de este medio sobre el eventual impacto que tendrá el conflicto bélico que ha estallado este jueves en la economía española y en los propios planes presupuestarios del Ejecutivo.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, admitía este jueves en una declaración institucional ofrecida en el Palacio de la Moncloa tras la celebración de la reunión del Consejo de Seguridad Nacional que la guerra iniciada por Rusia va a tener un importante impacto económico en la Unión Europea y en España, en especial en los mercados energéticos, y avanzaba que el Gobierno tomará todas las medidas necesarias para mitigar el impacto del conflicto sobre la sociedad, las empresas, los hogares y la industria, así como sobre le recuperación económica que estamos iniciando tras la pandemia. "Tomaremos todos los medios necesarios y todas las decisiones oportunas para hacer frente a esta grave crisis y sus efectos económicos", avanzaba el líder del Ejecutivo.

"Estamos monitorizando el impacto del ataque ruso y muy atentos a la afectación económica y si el conflicto bélico acaba afectando a la economía española se reflejará en el cuadro macro y en las previsiones", adelantan fuentes gubernamentales. No en vano, los PGE se elaboraron en base a un escenario en el que en este ejercicio se produciría una drástica caída del precio del crudo respecto al año pasado, hasta los 60 dólares el barril. "Desde marzo de 2021 el petróleo Brent ha mostrado una tendencia ascendente con cotizaciones por encima de los 70 dólares por barril. No obstante, en 2022 se espera una ligera moderación en los precios del petróleo hasta situarse en torno a los 60 dólares por barril", recoge el libro amarillo.

Pero ese escenario ha saltado por los aires. Este jueves, los mercados energéticos han respondido a la tensión bélica con dureza. El barril de petróleo Brent -el de referencia en Europa- pulveriza la barrera de los 100 dólares y amenaza con prolongar la escalada de los precios de la gasolina y el diésel, tal y como advierte el economista José Carlos Díez. En este momento, por tanto, el precio del crudo está prácticamente un 70% por encima del estimado por el Gobierno en su cuadro macro, un desfase que a estas alturas ya permite adelantar que el Ejecutivo tendrá que revisar sus previsiones oficiales en las que se basan los PGE. "Deberían haberlas retocado ya hace tiempo, pero lo normal es que esperen a abril", avanza Díez.

Los mercados amanecieron este jueves con un alza del gas natural -combustible en el que la Unión Europea depende en gran medida de las importaciones rusas para su suministro- que a lo largo de la jornada llegó a alcanzar el 60%, hasta rozar los 142 euros por megavatio hora. "El futuro del gas en Holanda, referencia europea, ha subido 17 euros hoy y más de 30 desde mediados de febrero, lo que subirá el precio de la electricidad en el pool", advertía Díez a primera hora de la mañana, para avisar de que "el mayor riesgo en estos momentos es que se corte el suministro del gaseoducto que pasa por Ucrania". El presidente ruso, Vladimir Putin, se ha comprometido en varias ocasiones a no cerrar el grifo del gas o del crudo, pero el ataque al país vecino y la imposición de duras sanciones por parte de la UE dejan abierto cualquier escenario en estos momentos.

A estas alturas, toda vez que la recuperación se daba por enfilada tras superar lo peor de la pandemia, el Gobierno mantiene que la economía española crecerá un 7% en 2022, si bien en privado, desde distintos departamentos ministeriales del área económica del Ejecutivo empiezan a asumir que esa previsión tendrá que ser revisada a la baja, especialmente tras las últimas revisiones en ese sentido de organismos nacionales e internacionales, en un contexto de gran volatilidad y especialmente tras el estallido de la guerra Rusia-Ucrania. Y lo mismo sucede con la inflación, que el Gobierno venía defendiendo que cedería a partir de primavera, pero las casas de análisis sitúan de media en 2022 por encima del dato de 2021.

Funcas, que aglutina las previsiones de 20 de los principales organismos y analistas, sitúa el PIB en el 5,6% y el IPC medio anual en el 4,6% este año, 1,5 puntos por encima del 3,1% registrado en 2021. Sin embargo, alerta de que el conflicto podría llevar al IPC a situarse dos puntos por encima de la previsión inicial. El incremento de los precios del petróleo, derivado de la tensión bélica, "redundaría en un incremento del IPC del 5,6%, un punto más que la previsión realizada antes del conflicto de Ucrania. Finalmente, en caso de un riesgo incrementado en que los precios actualmente observados se perpetuaran, el IPC se incrementaría hasta el 6,5%, casi dos puntos más que en la previsión pre-conflicto", apunta en un comunicado.

Impacto en otras materias primas

El conflicto "añade más presión al alza, no solo a los precios de la energía sino también a otras materias primas", explica Alicia Coronil, economista jefe de Singular Bank. Coronil pone la lupa sobre la producción de trigo y aceite de girasol y opina que el ataque ruso "puede llevar a que los precios alimentarios sigan repuntando, como ha pasado desde el inicio de la pandemia" pero con más intensidad. Además, subraya las consecuencias que puede sufrir la industria si se siguen encareciendo materiales que se exportan de Rusia como el aluminio o el níquel. No obstante, descarta problemas relacionados con el suministro, aunque alerta de que "quizá Rusia puede favorecer a China y empezar a exportar más hacia Asia que hacia la Unión Europea".

"Si el precio del barril de Brent permanece anclado en los 100 dólares, se puede dar lugar a una espiral inflacionista que lleve a los gobiernos a adoptar nuevas medidas fiscales", añade. En esta línea, tanto Italia como España han activado medidas para reducir el precio de la factura eléctrica, que posiblemente se prorrogarán si la guerra entre Rusia y Ucrania sigue provocando el alza en los precios energéticos. Esta semana, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, afirmó que las medidas fiscales "excepcionales" adoptadas para combatir los altos precios de la energía se mantendrán mientras siga "la horquilla" elevada de precios.

Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), sin embargo, considera que "es pronto" para poder valorar el efecto que el ataque ruso puede tener sobre la inflación. No obstante, da por hecho que los efectos más inmediatos serán "el incremento de la incertidumbre y la desconfianza, algo que es un lastre para la recuperación económica". Las posibles sanciones que tenga que enfrentar Rusia, así como la duración del conflicto determinarán, según Izquierdo, las consecuencias económicas del mismo.

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