En el 8,4% en agosto

La inflación toca máximos de 37 años en Italia en pleno caos político y del gas

El país transalpino que, pese a la incertidumbre política y energética, sí ha logrado recuperar el nivel de actividad previo a la pandemia de Covid, se juega el desembolso de los fondos Next Generation

El primer ministro de Italia, Mario Draghi.
El primer ministro de Italia, Mario Draghi.
Riccardo Antimiani

En pleno polvorín político -con el adelanto electoral previsto para el 25 de septiembre- y energético, la inflación aprieta aún más la soga al Gobierno en funciones de Mario Draghi. Los precios subieron un 8,4% interanual en agosto, un alza que no se veía en el país transalpino desde hace treinta y siete años. El avance publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística de Italia (Istat) constata que la tensiones de los precios van a más, puesto que en julio la tasa se había situado en el 7,9%. El dato de Italia se sitúa en línea con el alemán, es algo mejor que el de España (10,4%), pero superior al de Francia (5,8%).

A la tercera mayor economía del continente le toca lidiar con una inflación armonizada del 9% (es la referencia que Eurostat toma para hacer sus cálculos). El Istat atribuiye el acelerón de los precios a la energía, que se disparó un 44,9% en agosto en relación al mismo mes del pasado ejercicio (en julio lo había hecho un 42,9%). La inflación subyacente, que excluye el impacto de los elementos más volátiles se ha acelerado en agosto al 4,4% desde el 4,1% del mes anterior.

Italia, que sí ha logrado recuperar el nivel de actividad previo a la pandemia de Covid, tiene por delante meses complicados. En un contexto de incertidumbre política, el próximo ejecutivo deberá gestionar la actual crisis energética y del gas, aprobar los presupuestos y garantizar el cumplimiento de los objetivos fiscales en línea con la consolidación gradual comprometida. Esto es clave para seguir aplicando las reformas a las que están condicionados los desembolsos de los fondos Next Generation de la Unión Europea. 

La situación es tan delicada, que la prima de riesgo del país (el sobrecoste que los mercados le exigen por emitir su deuda en relación a lo que paga Alemania) se mantiene por encima de los 230 puntos básicos, más de cien puntos por encima de la española. Esto, pese a que el Banco Central Europeo (BCE) puso sobre la mesa en su última reunión el nuevo bazuca monetario conocido como Instrumento de Protección de Transmisión de política monetaria (TPI, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es salir en auxilio de los países que puedan verse golpeados por las tensiones en los mercados financieros.

Existe cada vez un temor mayor a que una subida demasiado agresiva de los tipos de interés oficiales por parte del BCE, que celebra su próximo encuentro el 8 de septiembre, pueda afectar de forma especialmente negativa a nuestro socio. "Italia se muestra frágil de cara a las elecciones, lo que dificulta el trabajo del BCE, que quiere evitar que se desencadene una grave recesión", señalan los analistas de Edmond de Rothschild. La entidad subió los tipos en 0,5 puntos básicos en julio, en su primer movimiento al alza en más de once años.

De acuerdo con las cifras publicadas esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la economía italiana avanzó un 1% en el segundo trimestre del año, solo una décima por debajo del crecimiento registrado por la economía española pero muy por encima del 0,3% que avanzó, de media, el grupo que engloba a las economías más desarrolladas del planeta.

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