El 8 de septiembre

La inflación aboca al BCE a acelerar con los tipos y pone a prueba la economía

El escenario de una subida del precio del dinero con una economía que pierde fuelle preocupa por el elevado peso de la deuda en relación al PIB (116,8%), por la prima de riesgo y por las reformas pendientes.

Billetes de euro.
Billetes de euro.
Imagen de wirestock en Freepik.

La subida de los precios en la zona euro en agosto aboca al Banco Central Europeo (BCE) a seguir la estela de la Reserva Federal estadounidense y de otros grandes emisores del planeta. La tasa de inflación interanual de la región se ha disparado al 9,1% en el octavo mes del año, frente al 8,9% registrado en julio. Es, de hecho, el mayor encarecimiento del coste de la vida de toda la serie histórica para el conjunto de países que conviven bajo el paraguas del euro. Al emisor le va a tocar acelerar en la subida de los tipos de interés para evitar que los efectos de segunda ronda consuman a unas economías golpeadas por la crisis energética. 

Ese escenario será una prueba de fuego para la economía española. El mercado descuenta una respuesta más agresiva de la institución que preside Christine Lagarde el próximo 8 de septiembre, cuando tendrá lugar la reunión mensual de su consejo de gobierno, y esto pese a que los mensajes desde el eurobanco -como viene sucediendo desde hace más de año y medio- tienden a la cautela. 

Su economista jefe, Philip Lane, aseguraba el martes que el incremento del precio del dinero será paulatino en declaraciones a RTVE. Sin embargo, los últimos datos de inflación en Alemania o España han caído como un jarro de agua fría y complican esa hoja de ruta. La vida se ha encarecido un 10,4% en nuestro país en relación al mismo mes de hace un año y con agosto encadena su tercer mes por encima del 10%. En el caso de Alemania, el índice de precios al consumo escala hasta el 7,9%, el nivel más elevado desde que se produjo la reunificación (1989-1990). 

El encarecimiento de la energía -que ha obligado a la Comisión Europea a anunciar que intervendrá de urgencia el mercado eléctrico- ha venido mermando la capacidad de compra de los consumidores, pero las tensiones se trasladan también a la inflación subyacente (que excluye esta variable y los alimentos frescos, consideradas más volátiles y habría avanzado hasta el 6,4%, según el avance dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística esta misma semana).

A medida que se extienden los topes de los precios de la energía, el IPC se ve impulsado por el aumento de los déficits y la depreciación del euro. Además, "Italia se muestra frágil de cara a las elecciones, lo que dificulta el trabajo del BCE, que quiere evitar que se desencadene una grave recesión", apuntan los analistas de Edmond de Rothschild. La inflación de dos dígitos se generaliza, los mercados laborales se mantienen en general sólidos, las condiciones financieras mejoran a pesar del endurecimiento monetario y los datos económicos frenan lentamente.

Por todo lo anterior, los responsables de los bancos centrales reafirmaron su determinación de aplastar la inflación y optar por unos tipos más altos durante más tiempo en el último simposio celebrado en Jackson Hole (Wyoming, EEUU). Aunque esto implique una recesión, es una prioridad absoluta para la FED y el BCE y "explica por qué los mercados de renta variable han estado cayendo", señalan desde la firma.

La situación financiera más holgada de hogares y empresas

En el caso concreto de España, el escenario de unos tipos más elevados y una economía que pierde fuelle preocupa por el elevado peso de la deuda en relación al PIB (alcanzó el 116,8% en junio), por el posible el aumento de la prima de riesgo y de los costes de financiación, así como por la necesidad de seguir adelante con las reformas. El objetivo será enfriar la economía en la parte que se pueda para corregir la inflación, sostiene en 'La Información' Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas y catedrático de la Universidad de Granada. La situación es muy distinta a la que la economía nacional atravesaba en 2008 y 2010. 

"Puede haber un lapsus de tiempo en el que no se crezca tanto. Sin embargo, el nivel de deuda privada no es complicado", puntualiza Carbó. Los hogares y empresas están menos endeudados y los bancos están más saneados. Dada la situación geopolítica de Europa el planteamiento debe de ser subir tipos sin generar distorsiones. Sí que se mira con lupa un posible contagio de la prima italiana por la crisis política que atraviesa el país y por los efectos del 'shock' energético sobre su economía. De ahí es de donde viene también el miedo a que el banco central se pase de frenada con el control de la inflación.

De momento, la economía española se mantuvo como la cuarta que más creció entre las desarrolladas en el segundo trimestre. De acuerdo con los datos publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el PIB nacional avanzó al 1,1% entre abril y junio, frente al 0,3% de media que lo hizo entre los países del club. España, eso sí, no ha logrado recuperar aún los niveles de actividad previos a la crisis de la covid. 

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