Los precios subieron al 3,4% 

La inflación se tensa en enero al acelerarse la subida de los alimentos y la electricidad

La inflación subyacente, que excluye de su cálculo los precios de los alimentos frescos y de la energía, se ha moderado dos décimas en enero hasta el 3,6%, lo que supone la menor tasa desde marzo de 2022.

La presión sobre el precio de los alimentos continúa
La presión sobre el precio de los alimentos continúa
Europa Press

La cuesta de enero se inició con una mayor subida de los precios de la cesta de la compra. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado que la tasa anual de inflación se incrementó una décima el primer mes del año hasta el 3,4%, después de dos meses consecutivos en los que venía moderándose, y registra su nivel más alto desde octubre. Esta evolución responde a la subida de los precios de la electricidad, que habían bajado un año antes, y a que los alimentos y bebidas no alcohólicas también vuelven a tensarse y se encarecen de media un 7,4%, una décima más que el mes anterior. 

Los primeros, los precios de la electricidad, se han visto afectados por la retirada parcial de las rebajas fiscales que el Gobierno aprobó para hacer frente a la crisis energética e inflacionaria y a los efectos de la invasión rusa de Ucrania -el conocido como 'escudo social'-. Mientras, el Ejecutivo ha decidido mantener hasta junio la rebaja del IVA de los alimentos, para cuando confía en que las tensiones en torno a estos productos se hayan suavizado algo más. 

Habrá que ver si esa rebaja de las tensiones sobre la alimentación es suficiente como para que no se materialice también un efecto escalón. "El efecto base apunta a una desaceleración de los precios en febrero, pero jugará ligeramente en contra en el siguiente trimestre", apunta Santiago Martínez Morando, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja.

En el lado opuesto se situaron el transporte, dado que cayeron los precios de carburantes y lubricantes para vehículos personales y habían aumentado en el mismo mes del año anterior; y comunicaciones, debido a que la subida de los precios de los servicios de telefonía también fue menos intensa que en enero de 2023. 

En comparación con el mes previo, diciembre, el IPC aumentó un 0,1% impulsado por los precios de la electricidad y el gas y por el alza de los alimentos (0,5%), especialmente del pescado y el marisco, de las legumbres y hortalizas y de los aceites y grasas. Por el contrario y al ser enero un mes de rebajas, vestido y calzado redujeron sus precios un 10,7% respecto a diciembre. Se abarataron también los paquetes turísticos y, con ellos, ocio y cultura vieron reducir sus precios de media un 2,1% en relación al mes previo.

La inflación subyacente, en el nivel más bajo desde marzo de 2022

La inflación subyacente, que excluye de su cálculo los precios de los alimentos frescos y de la energía y tiende a reflejar tensiones más estructurales de los precios, se moderó dos décimas en enero hasta el 3,6%, en lo que supone su tasa más baja desde marzo de 2022. Este es, de hecho, el indicador que más de cerca sigue el Banco Central Europeo (BCE) a la hora de fijar sus decisiones de política monetaria.

El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que es la referencia que Eurostat toma para poder comparar la evolución de los precios en los veintisiete países de la Unión Europea, situó su tasa interanual en el 3,5%, dos décimas por encima de la de diciembre, lo que resta algo de competitividad que España había venido ganando frente a sus principales socios comerciales, las otras grandes economías del euro. 

Este mismo jueves, la Comisión Europea ha rebajado el cálculo de inflación para este año que hizo en noviembre. En sus previsiones de invierno sitúa la tasa anual de IPCA en el 3,2% y ya de cara al año que viene la coloca muy próxima al objetivo a medio plazo del Banco Central Europeo (BCE), en el 2,1%.

El dato de IPC de enero es el primero que el Instituto Nacional de Estadística ofrece con la actualización de las nuevas ponderaciones de las rúbricas que componen el índice, informa Europa Press. En la nueva estructura, los grupos que pasan a ganar más peso son ocio y cultura, hoteles y restaurantes, transporte y comunicaciones, mientras que los que más pierden son vivienda, menaje y alimentos.

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