Los errores que cometió por jubilarse a los 34 años y con más de 2 millones

"En muchas ocasiones, cuanto más jóvenes somos, más prisa tenemos por hacer las cosas. Queremos graduarnos rápido, conseguir trabajo rápido, acumular una buena cantidad de dinero rápido y, luego, jubilarnos aún más rápido". Es la reflexión que Sam Dogen tuvo hasta los 30 años. 

Dogen cuenta en la CNBC como logró jubilarse de forma anticipada a los 34 años. "Cuando dejé mi trabajo, había acumulado un patrimonio neto de más de 2 millones de euros, ya que generaba de ingresos entre inversiones y trabajo, unos 75.000 euros". 

Este economista afincado en San Francisco y que ahora dedica su vida a escribir sobre la independencia financiera, reconoce que ese camino había sido una experiencia agradable... hasta ahora. "La libertad de despertar cuando quiera y hacer lo que quiera no tiene precio. Ya no tengo que lidiar con largos viajes al trabajo, semanas de 60 horas laborales... Paso tiempo en mis aficiones, con mi mujer -que también se retiró pronto- y mi hijo". Eso sí, para Dorge ninguna situación es perfecta y asegura que si echara atrás el tiempo, haría las cosas bien distintas. 

Espera más

"A los 42, ahora me doy cuenta de lo absurdamente joven que era cuando me jubilé. Varias personas comentaron sobre cuán irresponsable e imprudente fue mi decisión, especialmente porque era cuando estaba empezando a ganar más dinero", reconoce Dorge.

El economista retirado relata como tras 11 años seguidos en su empresa, "ya se sentía cansado", pero mirando ahora hacía atrás confiesa que podría haberse quedado más tiempo y encontrar un nuevo puesto dentro de la empresa. "Siempre quise trabajar en el extranjero, tal vez podría haber rejuvenecido mis intereses". 

"También pondría el 100% del dinero extra ganando en varios activos de riesgo como acciones y bonos. Con el rendimiento actual, podría haber generado casi 20.000 euros adicionales", dice Dorge, quien en lugar de eso, fue a negociar su indemnización. 

Formar una familia antes

Dorge cuenta, además, como su mujer y él decidieron ser padres tras jubilarse, pues antes estaban concentrados en su carrera. "Tenía 37 años cuando decidimos que estábamos listos. Mi mujer tenía 34 y acababa de negociar su indemnización por jubilación anticipada. Tras dos años intentándolo, fui padre a los 39". 

El economista reconoce que hubiera preferido ser padre primerizo a los 30. Al esperar tanto, no pudo aprovechar los beneficios de la empresa para padres, como 20 semanas de licencia pagadas o cuidadores para los padres obligados a viajar por trabajo. Hubiera tenido tiempo de sobra que compartir con su hijo. Además, tuvieron que pagar decenas de miles de euros en atención médica por su cuenta, dinero que hubiera sido retribuido por la compañía. 

Invertir más

"Estaba tan obsesionado con la planificación de mi jubilación en 2012 que la idea de aprovechar para comprar más propiedades y acciones nunca se me pasó por la cabeza", se lamenta Dorge. 

Para Dorge, si hubiera trabajado unos años más antes de jubilarse, habría tenido la confianza financiera para comprar bienes inmuebles en 2012, justo antes de que los precios comenzasen a despegar. "Si hubiera seguido trabajando en el mercado alcista, probablemente habría obtenido más de 250.000 euros en ganancias". 

Considere explorar una industria diferente

Tras estar trabajando más de una década en finanzas, ya no me pareció interesante, por lo que vi la jubilación como mi salida, relata Dorge.

"Mirando hacia atrás, desearía tomarme el tiempo para explorar otras industrias"; dice el economista, quien reconoce que siempre le atrajo la idea de unirse a una startup tecnológica, pues al vivir en San Francisco la oferta era amplia.

"Me apresuré en mi negocia, ni siquiera pensé en postular en otras compañías como Uber, Airbnb o Pinterest", dice.