Estima un avance del 0,7%

La AIReF prevé que el PIB resista a finales de año en espera del consumo navideño

La Autoridad Fiscal calcula que la economía española avanzará un 0,7% intertrimestral y un 2% interanual con los indicadores publicados hasta la fecha en un contexto de fuerte frenazo del resto de grandes economías europeas

La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero
La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero
Europa Press

La agencia de calificación S&P Global Ratings fue la última en sumarse, el lunes por la tarde, a la cascada de revisiones al alza para la economía española este año. El PIB frenará en relación a 2022, cuando avanzó un 5,8% tras dejar atrás por completo la pandemia de coronavirus, sin embargo, el crecimiento seguirá siendo robusto y se situará en el entorno del 2,4%. Esta estimación coincide con la publicada la pasada semana por la OCDE y sólo unos días antes por la Comisión Europea -el Fondo Monetario Internacional, algo más optimista; la sitúa en el 2,5%- y que supone cuadruplicar el ritmo de avance previsto para el conjunto de la Eurozona.

Sin embargo, el temor está en cómo de intensa pueda ser la desaceleración a finales de este año y principios del próximo, a la vista de que los principales socios no logran salir del estancamiento o parecen abocados a cerrar el año en recesión, como Alemania. En ese sentido, y a la espera de cómo se comporte el consumo privado durante las Navidades, los cálculos que la Autoridad Fiscal (AIReF) ha dado a conocer en la última actualización de su modelo previsión del PIB en tiempo real (MIPred) apuntan a que España lograría evitar un frenazo en seco. 

El PIB avanzaría un 0,7% entre octubre y diciembre en relación al trimestre previo, cuando se anotó un 0,3% trimestral, según el avance de la Contabilidad Nacional que da a conocer el Instituto Nacional de Estadística. En relación al mismo periodo del año anterior el crecimiento sería del 2%. A comienzos de diciembre, el modelo que elabora el organismo fiscalizador incorpora ya alrededor del 30% de los indicadores del cuarto trimestre. 

El último en integrarse a la estimación ha sido el de afiliaciones del mes de noviembre, que vino a confirmar la resiliencia del mercado de trabajo ante una coyuntura cada vez más adversa por el alza de los tipos y su traslación cada vez más profunda a la economía, por el enfriamiento del sector exterior o por el parón de la industria, cuya actividad se contrajo en noviembre por octavo mes.

Un enfriamiento paulatino de la actividad

Precisamente en noviembre el número de afiliados se redujo en 12.000 lastrado por la hostelería y, pese a ello, la cifra de cotizantes permanece en niveles como no se habían registrado antes en ese mes, al haber más de 20,8 millones de personas aportando a la Seguridad Social. Sin embargo, en términos desestacionalizados las afiliaciones se han elevado en 10.350, a un ritmo muy inferior al que se incrementaban a principios de año. 

No es el único indicador que constata el enfriamiento paulatino de la actividad. Tal y como constata el ministerio de Economía, Comercio y Empresa en su última nota semanal de coyuntura, si bien el déficit público mejoró en septiembre y la balanza de pagos registró una elevada capacidad de financiación en el mismo mes, se debilitaron el comercio minorista y la confianza del consumidor en octubre, así como la firma de hipotecas de septiembre, que se hundió otro 29,6% después de ocho meses a la baja y de que el interés medio haya alcanzado máximos de siete años. 

Empeoramiento de la actividad en Europa

Las noticias que llegan desde el exterior apuntan en una dirección muy clara. Ya hay seis países de la Unión Europea en recesión técnica y, como advierten desde la consultora de análisis de mercados MacroYield, el número puede aumentar en el cuarto trimestre, a la vez que el alza del desempleo (que ha logrado mantenerse hasta ahora en zona de mínimos en la región) puede prolongar el estancamiento económico de la región, con las consecuencias evidentes para las exportaciones, que ya cayeron un 2,4% en términos interanuales en el tercer trimestre.

El debilitamiento del sector exterior se vio compensado entre julio y septiembre por el tirón del consumo de los hogares, que con un avance del 1,4% ha permitido a España resistir al frío que sí se ha extendido por otras economías vecinas.  Está por ver si esa inercia se mantiene de cara al tramo final de año, cuando tanto la demanda de los hogares como la inversión flaquearon el pasado ejercicio en pleno tirón exportador. Las tornas fueron cambiando a medida que transcurría el 2023 y el mercado laboral resistía el embate de unos tipos al alza, de una inflación que ha vuelto a tensarse algo en el segundo tramo del año y de un contexto geopolítico cada vez más complejo. 

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