Varapalo a España

La OCDE alerta que la reforma de Escrivá no cubre las pensiones del 'baby boom'

Advierte que el problema es el envejecimiento y critica que las propuestas del ministro para subir los ingresos con cotizaciones no compensan el factor de sostenibilidad o el índice de revalorización anteriores.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, interviene en el Foro Empresarial de Gipuzkoa organizado por el  ‘El Diario Vasco, a 29 de noviembre de 2021, en San Sebastián, Guipúzcoa, País Vasco, (España). Este es uno de los encuentros que organiza la cabecera de Vocento para abordar cuestiones relativas a la empresa y la economía.
29 NOVIEMBRE 2021;ESCRIVA;GUIPUZCOA;EMPRESA;FORO;EL DIARIO VASCO
Unanue / Europa Press
29/11/2021
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
Europa Press

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se ha unido a instituciones como el Banco de España y otros organismos que han alertado de que España no cuenta con un sistema de ajuste automático de las pensiones a largo plazo en su propuesta para reformarlas que sustituya al factor de sostenibilidad o el índice de referencia de la reforma anterior, más allá de su vinculación a los precios, algo que puede ser peligroso a futuro. El organismo se hace eco del Mecanismo de Equidad Intergenaracional (MEI) que Escrivá ha puesto sobre la mesa, pero con la advertencia de que los ingresos que se esperan lograr con ese cálculo, que no están asegurados, no compensarían la subida del gasto que supone actualizar cada año las prestaciones con la inflación.

En su informe bienal sobre pensiones, la institución revisa las cuentas que el ministro ha presentado en relación con el tremendo aumento del gasto en pensiones que va a sufrir España en los próximos años, cuando se jubilen todos los 'babybommers', la generación más numerosa del último siglo. El escueto documento sobre España actualiza los datos y advierte que la subida de Escrivá del 0,6% en las cotizaciones va a sufragar un incremento en diez años (hasta 2032) del 2,3% del PIB en el gasto en pensiones, mientras que la previsión es que esa cifra aumente un 1,4% del PIB cada año durante toda esa década (hasta 2030), un montante que está muy lejos de las cuentas del ministro. Es más, recuerda la OCDE que a partir de 2050 ese coste puede duplicarse, sin que en el modelo español haya un sistema de corrección automática que pueda garantizar ese dinero, más allá de la evolución del empleo y la economía.

El responsable del estudio, Hervé Boulhol, pone el acento en que el MEI "da un poco de oxígeno a corto plazo, pero no está a la altura del problema de largo plazo" del sistema, y eso significa que "harán falta nuevas medidas". "En el horizonte de 2040-2050 hay un problema de recursos" por el rápido envejecimiento de la población en España y eso requiere "medidas estructurales", repite Boulhol, en declaraciones a Efe. El principal defecto -añade- es que ahora se está haciendo una propuesta "a medio plazo y no se dice lo que ocurrirá después".

Cabe recordar que la reforma de las pensiones con un modelo sostenible a largo plazo es una exigencia clave de la Comisión Europea para dar salida a los fondos que España necesita para el año que viene, algo que se empezará a negociar en enero y que tiene muy preocupados a los responsables de Economía españoles, que saben que están en juego los primeros 12.000 millones de euros del pago del año que viene. 

Sin mecanismos automáticos

El análisis de la OCDE tampoco apuesta por el modelo de revalorización que estableció el Gobierno de Rajoy en 2011 que, a su entender, habría generado un empobrecimiento paulatino de los pensionistas en España, dado que establecía aumentos en los pagos que iban siempre por debajo de las subidas del coste de la vida. Advierte además que se trataba de unas medidas tomadas sin el consenso necesario dentro del país, algo que a largo plazo se dejaría notar en las estabilidad económica y social. 

Frente a ello, su análisis también advierte que España cuenta con uno de los sistemas de pensiones más generoso de toda Europa, con prestaciones al final de la etapa activa de los trabajadores que superan el 73% de la renta media que tenían, algo que está más de veinte puntos por encima de la media de los propios países de la OCDE.

El organismo incluye en un capítulo sobre España estas últimas evoluciones del acuerdo negociado por el Gobierno con sus socios parlamentarios y con los sindicatos, pero rechazado tanto por la patronal como por la oposición de derechas, y hace hincapié en que de esa manera se han eliminado los mecanismos de ajuste automático que tienen a su parecer una amplia serie de ventajas. Advierte incluso que España forma parte de una minoría de países en la OCDE (un tercio del total) que no disponen de un mecanismo automático de ajuste y que, según los autores del informe, "ponen a resguardo las pensiones de las incertidumbres y son menos erráticas, más transparentes y más equitativas entre generaciones que las modificaciones discrecionales".

Como en las ediciones anteriores, la OCDE examina algunos de los parámetros del sistema y sitúa a España dentro de un grupo de países miembros que tendrán que afrontar "serios problemas demográficos que se repercutirán en la adecuación de las pensiones de jubilación, en su viabilidad financiera o en las dos". Sobre todo por el envejecimiento previsto de su población. En el horizonte de 2050, en España habrá 78,4 personas de más de 65 años por cada 100 que tendrán entre 20 y 64 años, en edad de cotizar. Una proporción que solo se superará en Japón (78,8) y Corea del Sur (78,8). En paralelo, se calcula que de aquí a 2060 la población de entre 20 y 64 años disminuirá en España más del 25 % en España, frente a una media del 10 % en la OCDE.

Retrasar la edad de jubilación

Más allá del caso concreto de España, en su análisis a nivel general, el informe sobre pensiones de la OCDE avierte que la crisis de la Covid va a tener un impacto sobre la financiación del sistema de pensiones "relativamente modesto" si se compara con el reto que supone para su viabilidad el envejecimiento de la población, para el que la principal recomendación es un sistema de ajuste automático. En su informe bienal indica que el mayor impacto de la crisis ha sido el déficit de cotizaciones, que se ha compensado en gran medida con transferencias desde los presupuestos de los Estados, como ha hecho España.

Todos esos elementos -subraya la OCDE- son "insignificantes" si se comparan con el problema de la viabilidad financiera de largo plazo por el envejecimiento, que va a exigir "decisiones difíciles", es decir, aumentar las cotizaciones, retrasar la edad de jubilación o disminuir las pensiones. Los autores del estudio ponen el acento en que para afrontar ese desafío los mecanismos de ajuste automático, que ya existen en dos tercios de los países miembros, son "cruciales" porque definen la dirección que deben adoptar los regímenes y porque cualquier cambio en su funcionamiento exige luego un debate público.

En la línea de los análisis anteriores, la OCDE considera que el aumento de la esperanza de vida debería ser compensada, al menos en parte, por el incremento de la edad de jubilación, "una medida que protege a la vez el nivel de pensiones y su financiación". La horquilla prevista es muy grande, entre los 62 años en Colombia, Luxemburgo y Eslovenia y los 69 o más en Dinamarca, Italia, Países Bajos o Estonia.

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