Efectos del alza de tipos

La obra nueva seguirá congelada por el coste de los materiales y la financiación

Los precios de los materiales de construcción se mantendrán entre un 15 y un 20% más altos de lo que estaban antes de que se iniciase la crisis inflacionaria en 2021 y el BCE ha dejado claro que seguirá aún con el alza de tipos

La obra nueva, congelada
La obra nueva, congelada
Europa Press

La tasa anual de inflación se moderó el mes pasado en la Eurozona hasta volver a niveles previos a la invasión rusa de Ucrania, en el 6,1% desde el 7% al que se situaba en abril. La subyacente, que excluye de su cálculo la energía y los alimentos frescos, frenó hasta el 5,3%. Después de hacerse públicas estas cifras, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha dejado claro que la entidad seguirá subiendo los tipos de interés para devolver el IPC a su objetivo a medio plazo del 2%, dado que actualmente este se mantiene en niveles muy elevados. Esta escalada del precio del dinero golpea doblemente al ladrillo, porque encarece notablemente la financiación tanto para las empresas del sector como para las familias que quieren acceder a una vivienda en propiedad.

Estos no son los únicos costes que seguirán elevados a medio plazo. Los precios de los materiales de construcción se mantendrán entre un 15 y un 20% más altos de lo que estaban antes de que se iniciase la crisis inflacionaria en 2021, según cálculos de Oxford Economics. El acero, la madera, el cemento o el hormigón han visto dispararse su precio a doble dígito todo este tiempo.  Más allá de los dos próximos años, la transición energética y la falta de mano de obra también ejercerán una nueva presión alcista adicional sobre los precios de los materiales.

Todo lo anterior presionará aún más a promotoras y constructoras en un momento en que la obra nueva permanece prácticamente congelada. El pasado ejercicio, los visados apenas aumentaron un 0,53% en relación al año previo hasta los 108.895, según cifras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma). El hecho de que la obra nueva vaya a mantenerse congelada supone un problema añadido en un momento en que escasea la oferta de vivienda.

Falta de oferta, falta de suelo y costes más elevados

En España se construyen al año unos 85.000 inmuebles, cuando harían falta alrededor de 150.000. En el sector calculan que los próximos ejercicios podrían levantarse entre 90.000 y 95.000, una cifra que sigue siendo insuficiente. Esto, sumado al coste más elevado del crédito y a la falta de suelo, presiona al alza los precios y provoca un trasvase de familias al alquiler -que también se encarece por el exceso de demanda para una oferta aún más limitada-. 

El consejero delegado de Aedas Homes, David Martínez, apuntaba esta misma semana que la compraventa de viviendas de obra nueva se reducirá a lo largo de este año entre un 15 y un 20% por la subida de los tipos de interés. Sin embargo, el hecho de que siga habiendo más demanda que oferta permitirá, en su opinión, que el mercado se recupere el próximo ejercicio. De momento, el Consejo General del Notariado apunta a un desplome interanual de la firma de hipotecas del 26,4% en marzo, mes en el que las ventas cayeron un 11,7% y en el que los precios llegaron a retroceder un 2,6%. 

En el tercer mes del año salieron adelante un total de 63.661 operaciones, siendo Galicia la única comunidad autónoma en la que las compraventas se incrementaron (en concreto, un 3,8%). Otra cosa es la demanda por parte de inversores. En este punto, Engel & Völkers no aprecia un menor apetito pese a la incertidumbre económica, las turbulencias financieras, el entorno de tipos o la inflación. En la firma aseguran que el interés por los principales destinos de costa y por las grandes ciudades se ha renovado ante la proximidad del periodo estival. 

En Madrid, sus clientes extranjeros se han multiplicado por cuatro en el último año en el segmento de obra nueva, y han estado liderados por venezolanos, filipinos y alemanes. En el caso de Barcelona, las compras las han encabezado estadounidenses, franceses y suizos -que han llegado incluso a equiparar sus operaciones con las realizadas por los clientes nacionales-; y en Valencia, también destaca la presencia amplia de estadounidenses, de canadienses, de alemanes y de franceses.

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