Cuatro partidos se juegan el Gobierno

Países Bajos vuelve a las urnas marcado por las restricciones y el ajuste económico

Cuestiones internas como la inmigración, el medio ambiente y la gestión económica local decidirán el resultado de las elecciones y moldearán el futuro de una nación que desempeña un papel destacado en la escena europea.

Países Bajos, retorno a las urnas marcado por el reajuste económico y político
Países Bajos, retorno a las urnas marcado por el reajuste económico y político
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El enfoque económico se ha convertido en un componente central de la conversación en los Países Bajos, en las que cuatro partidos se juegan el nuevo Gobierno tras la dimisión de Mark Rutte el pasado mes de julio. La irrupción del ultraderechista Geert Wilders y su posible alianza con los liberales sucesores de Rutte, marcan el paso a las otras dos formaciones de izquierdas que tienen opciones de llegar al poder. 

Pero frente a las cábalas del recuento electoral, es evidente que la recesión económica del país durante este año, con una disminución del 0,7% en las exportaciones en el segundo trimestre, subraya la complejidad de los desafíos que enfrenta la economía neerlandesa, tal y como señala la agencia Bloomberg. Pese a que históricamente ha destacado por su fortaleza financiera, la actual contracción económica refleja la necesidad otra perspectiva.

Reconocido por su actitud permisiva hacia el sexo, las drogas y las ganancias corporativas, los Países Bajos están experimentando cambios significativos en su enfoque económico. A lo largo de su historia, han destacado como una potencia comercial expansionista, incluso siendo el lugar de nacimiento de la primera corporación multinacional del mundo y manteniéndose como el centro de comercio de acciones más grande de Europa.

En medio de la escasez de viviendas y tensiones sobre la inmigración, ha comenzado a gestarse un nuevo consenso en contra del crecimiento desenfrenado a cualquier coste. Un cambio de mentalidad liderado por el gobierno saliente, que ha diseñado una serie de políticas destinadas a desalentar a los expatriados. Estas medidas incluyen la reducción de vuelos, la disminución de números de migrantes y la eliminación de exenciones fiscales para trabajadores extranjeros. Mark Rutte ha captado el sentimiento popular de que la alianza entre las empresas y el estado no está cumpliendo su función.

La última encuesta de Ipsos revela que las principales preocupaciones de los votantes son la salud, el coste de vida y la escasez de vivienda, en el cuarto lugar se encontraría la inmigración, poniendo de manifiesto la intersección entre consideraciones económicas y sociales.

Voces críticas con las transformaciones

Empresas líderes como ASML Holding NV están expresando preocupaciones sobre las medidas que desalientan la migración de conocimientos. El CEO, Peter Wennink, dijo al programa de televisión Nieuwsuu que la diversidad de empleados es fundamental para el éxito de su empresa de 120 nacionalidades, subrayando la importancia de un flujo constante de talento internacional para la innovación y el crecimiento económico.

También han mostrado su inquietud ante las decisiones tan drásticas frente a la inmigración desde instituciones académicas, el presidente de la Universidad de Tecnología de Eindhoven, Robert- Jan Smits, ha afirmado que el rechazo a la llegada de personal y estudiantes extranjeros serán perjudiciales para la economía. pues "los Países Bajos siempre han sido un país abierto, lo que nos ha traído una prosperidad enorme".

ABN Amro ha presentado dos posibles escenarios después de las elecciones. En uno, una coalición progresista buscaría abordar temas difíciles, manteniendo un enfoque equilibrado en cuestiones económicas y sociales. En el otro escenario, una coalición conservadora podría optar por retroceder en ciertos temas, lo que podría incluir la retirada de políticas climáticas. Estos escenarios reflejan la incertidumbre que rodea la dirección económica futura de los Países Bajos.

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