Más inflación y menos crecimiento

El tijeretazo en la oferta de petróleo enfría las perspectivas económicas para España

Un incremento del 10% en el precio del barril de Brent desde los 85 dólares que el Gobierno contempla de cara al próximo ejercicio reduciría el PIB en alrededor de tres décimas y aumentaría la inflación en hasta un punto.

Petróleo
El tijeretazo en la oferta de petróleo enfría las perspectivas económicas de España
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El precio del barril de petróleo Brent vuelve a mirar de cerca el nivel de los 100 dólares por primera vez desde las semanas posteriores a la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero de 2022. Grandes firmas como Bank of America dan por hecho que el 'oro negro' superará esa cota antes de que finalice el año si la OPEP+ (el cartel y socios como Rusia, México, Malasia o Bahréin) mantiene los actuales recortes de oferta y se prolonga el contexto de fuerte demanda en Asia. Ese tijeretazo, aplicado a conciencia por los países productores, y las tensiones que se vislumbran los próximos meses enfrían las perspectivas económicas para España, país que es importador neto de crudo -en 2022 adquirió del exterior 63,6 millones de toneladas de la materia prima-. 

Las últimas previsiones del Gobierno, en funciones desde las elecciones generales del 23 julio, asumían un coste del petróleo promedio de 89 dólares por barril este ejercicio y de 85 dólares el próximo. Hasta el momento, el valor asumido para 2023 parece relativamente elevado dada la evolución que se observó durante el segundo trimestre del año (alrededor de los 80 dólares). Un nivel de precios en el entorno de los 90 dólares por barril sería todavía consistente con un entorno de crecimiento alrededor del 2% de la economía nacional como el que preveía en mayo el Ejecutivo de Pedro Sánchez, apunta a 'La Información' Miguel Cardoso, economista Jefe para España en BBVA Research.

Los efectos de un petróleo elevado sobre la actividad mundial son diferentes en función de si su escalada obedece a un fuerte aumento de la demanda o a factores de oferta. En el primer caso, el avance del comercio internacional sería capaz de compensar el impacto negativo sobre los costes de las empresas españolas. En el segundo, el incremento del precio beneficia principalmente a los países productores, que elevan sus márgenes. Según Cardoso, el actual aumento en precios corresponde al segundo tipo. 

En la entidad calculan que cada incremento de alrededor del 10% en el precio del crudo -pasando, por ejemplo, de un nivel promedio de unos 85 dólares a entre 90 ó 95 dólares- restará tres décimas al avance del PIB y elevará la inflación hasta en un punto, siempre que su origen esté en restricciones de oferta. "El impacto sería desigual sobre la economía, siendo mayor el efecto sobre sectores intensivos en el uso de combustible, como la industria o el transporte", apunta el economista Jefe de BBVA Research.

El problema añadido de la depreciación del euro

Al escenario anterior, con un precio del crudo que se ha incrementado en torno al 17% en dólares en apenas dos meses, se añade el una depreciación del euro frente al dólar del 5% (el petróleo se intercambia en dólares). Desde Funcas descartan que este escenario vaya a cambiar en el corto plazo. Raymond Torres, director de Coyuntura, pone énfasis en el hecho de que los países productores estén manteniendo un acuerdo para el recorte de la producción que en ocasiones anteriores les resultó muy difícil de cumplir. Así, Arabia Saudí está aplicando a rajatabla los recortes de bombeo y Rusia está reduciendo su producción. 

Estos movimientos han desequilibrado el mercado y tienen como objetivo elevar el precio en un contexto en el que los países importadores han declarado de forma explícita que quieren prescindir del petróleo de aquí a una década o, por lo menos, reducir fuertemente sus importaciones en pleno proceso de descarbonización de sus economías. "Cabe esperar incluso un repunte adicional del precio del petróleo, que podría llegar incluso hasta 100 dólares", coincide Torres. 

Dado que los mercados prevén que el euro pierda algo más de terreno frente al dólar por las peores perspectivas que presenta la economía europea frente a la estadounidense, los analistas dan por hecho que se producirá un repunte adicional del precio de los carburantes. Esto implica que en los próximos meses habrá una presión importante por parte de los consumidores europeos para ampliar o mantener las ayudas que se concedieron en el cénit del brote de inflación el año pasado y que se habían prolongado este.

Las ayudas extraordinarias y la prórroga de los Presupuestos

"Esto en un contexto de prórroga presupuestaria es muy difícil porque no se podrían conceder nuevas ayudas y las anteriores habría que desmantelarlas", añade Raymond Torres a este diario. Son ayudas por valor de 10.000 millones de euros que incluyen, entre otras, las aprobadas para compensar el alza del precio de la electricidad o las subvenciones a los carburantes, entre otras. El problema es que esto se produce en un contexto marcado por el giro de timón en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) para hacer frente a la inflación.

En Funcas no descartan que el euríbor, la referencia para las hipotecas a tipo variable en España, repunte todavía un poco más teniendo en cuenta el último alza de los tipos de interés anunciado por el emisor en su reunión de la pasada semana. El indicador podría llegar prácticamente hasta el 4,5% y encarecer aún más las hipotecas de las familias que se han endeudado a tipo variable. El pasado viernes alcanzó el 4,16% en tasa diaria, frente al 4,05% con el que arrancó el mes, tras comunicar su última decisión la entidad. "Esto también podría exigir una ayuda muy puntual y selectiva, no para todos los hipotecados y no para todos los que lo estén a tipo variable, pero sí para los más vulnerables", zanja Torres. 

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