Una moneda al aire

Podcast | El 'Nord Stream 2' se prepara para operar en plena crisis energética

El gasoducto está listo a la espera de que el regulador alemán y Bruselas verifiquen que cumple las normas técnicas y legales del sistema energético europeo, para lo que tienen de plazo hasta enero

gasoducto Nord Stream 2
gasoducto Nord Stream 2
Nord Stream 2
  

La crisis energética arrecia en Europa. El precio del gas se ha multiplicado por más de cinco en un año y se mantiene en niveles récord a las puertas del invierno cuando, necesariamente, los hogares y las empresas tendrán que elevar su consumo. Con la demanda mundial disparada -sobre todo la asiática-, las reservas europeas de gas por debajo de lo habitual en estas fechas y la negativa, de momento, de la Comisión Europea a abordar una compra conjunta por parte de los Veintisiete de la materia prima, las suspicacias en torno a la postura de Rusia (principal suministrador de gas a Europa) en toda esta crisis han ido a más. 

¿Qué papel puede jugar la entrada en funcionamiento del gasoducto 'Nord Stream 2'? ¿Cuál es su situación actual? ¿Por qué es una pieza estratégica en este puzle económico y sobre todo geopolítico? De todo ello hablamos con Pedro Mielgo, presidente de NGC Partners, con Diego Crescente, socio de Mas Consulting y con Gonzalo Escribano, investigador principal y director del Programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano. 

Cinco años y 11.000 millones de dólares después, el 'Nord Stream 2' está en disposición de empezar a operar, después de que esta semana se haya llenado de gas el primero de sus ramales. Esta megaestructura de 1.225 kilómetros permitirá a Rusia (a su empresa estatal Gazprom) duplicar las exportaciones de gas a Alemania a través del Mar Báltico, es decir, evitando Ucrania, que hoy día obtiene ingresos por los otros gasoductos en funcionamiento que atraviesan su territorio -como también lo hace por ejemplo Polonia-. Se calcula que el país percibe por esta vía alrededor de 3.000 millones de dólares al año.

De momento el gasoducto está parado a la espera del visto bueno regulatorio, es decir, de la autorización o certificación para poder empezar a operar. En este caso son el regulador alemán y la Comisión Europea quienes tienen que verificar que cumple las normas técnicas y legales del sistema energético europeo. Tienen de plazo hasta el próximo mes de enero para hacerlo, aunque los expertos descartan que vayan a tardar tanto en pronunciarse y permitir su puesta en funcionamiento. 

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