Previsiones de OMIP

El precio de la luz para 2024 supera los 120 euros con la duda de si seguirán las ayudas

El mercado de futuros fija la electricidad en 122 euros/MWh para el primer trimestre del próximo año. Los factores externos siguen tensando los precios de la energía, con el gas también en 54 euros/MWh para el mismo periodo.

Bombilla con monedas de euro.
El precio de la luz para 2024 supera los 120 euros con la duda de si seguirán las ayudas.
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Todo parece indicar que la factura de la luz volverá a subir el año que viene para los más de ocho millones de hogares acogidos a la tarifa regulada (PVPC). Las previsiones de OMIP fijan el precio de la electricidad en el mercado mayorista en 122 euros megavatios hora (MWh) para el primer trimestre de 2024, lo que supone un incremento del 32% en comparación con los 92,3 euros/MWh que llevamos de media en el acumulado del año actual, y cuando previsiblemente habrá desaparecido la rebaja fiscal de la luz y el gas.

"Los motivos detrás de estos máximos no son otros que factores externos a nuestros mercados. Durante el verano fueron las huelgas en plantas de regasificación de Australia y las interrupciones en los flujos de gas desde Noruega por mantenimiento no planeado. Hoy son factores geopolíticos los que vuelven a llevar los precios de la energía a máximos anuales", señala Pedro Cantuel, 'senior analyst' en Ignis. No obstante, los datos reflejan que el precio para España será muy inferior al que se prevé en otros países europeos como Francia o Alemania, con 150,45 euros/MWh y 134,08 euros/MWh, respectivamente.

En lo que va de octubre, el precio del mercado diario se ha movido en la banda de 100-120 €/MWh, y ha seguido una línea ascendente debido a la floja producción eólica. Durante la segunda semana de octubre llegó a superar incluso los 140 €/MWh, después de que el gas se disparara un 70% y como consecuencia de la parada de las centrales nucleares de Cofrentes y Vandellós II, que estuvieron desacopladas del 9 al 12 de octubre, destacan los analistas de grupo ASE. El máximo en lo que va de 2023 es de 151,43 euros/MWh.

Escenario con precios caros pese a dejar atrás lo peor de la crisis

"Creo que en los últimos dos años ha quedado claro que hay que reducir esta dependencia del exterior en materia energética en Europa. Y deberíamos hacerlo de una forma coordinada. Sigo viendo espacio para que los fundamentales se impongan, principalmente en el mercado del gas, y veamos moderación de precios a corto-medio plazo", añade Cantuel. 

Este escenario de precios sigue siendo elevado pese a dejar atrás los niveles alcanzados a lo largo de 2022, con el 'pool' completamente disparado tras la invasión de Rusia a Ucrania. El récord se alcanzó el 9 de marzo, cuando llegó a los 544,98 euros/MWh. Bajo este contexto, a mediados de junio del año pasado entró en vigor la 'exepción ibérica' como medida para paliar las subidas, con la que se limitó el precio del gas para la generación de electricidad. 

Ahora, bajo un escenario de mayor estabilidad (aunque los precios sigan siendo caros en comparación con antes de la crisis energética) y con Bruselas apremiando para la retirada de las ayudas extraordinarias, el recibo eléctrico podría incrementarse entre un 15% y un 20% para los consumidores con tarifa regulada si se retira el denominado 'escudo social'. El Gobierno en funciones no ha tomado todavía ninguna decisión en firme, pero en el Plan Presupuestario 2024 remitido a la Comisión Europea incorpora un escenario que contempla la expiración el 31 de diciembre de la rebaja fiscal a la luz, gas y alimentos. 

El Ejecutivo aclara en el documento que ha sido elaborado en un "escenario fiscal inercial", es decir, en ausencia de cambios o nuevas medidas, dado que al estar en funciones no puede adoptarlas. Actualmente, el IVA de la electricidad, el gas, la madera y los pellets está al 5%, mientras que el Impuesto Especial de la Electricidad está al mínimo que permite Bruselas  (0,5%).

Según los últimos datos disponibles de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, hay unos 30 millones de clientes de luz en España, de los cuales 21,5 millones están en el mercado libre, frente a los 19,8 millones a cierre de 2021, cuando las comercializadoras se adentraron en una ofensiva comercial sin precedentes asegurando precios fijos. Antes de que estallara la crisis energética, un cliente acogido a la tarifa regulada ha venido pagando menos por la factura de la luz, según los datos publicados por Competencia. De forma habitual, las organizaciones de consumidores han denunciado que las grandes compañías han promocionado tarifas del mercado libre porque son más rentables para ellas que para los consumidores a cambio de promesas de ahorro, al menos a corto y medio plazo.

Nueva tarifa regulada para reducir la volatilidad de precios

Sin embargo, es cierto que con la electricidad al alza, el cliente en el mercado libre ha salido ganando porque ha pactado un precio menor que el del mercado mayorista. La fuga del Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) al mercado liberalizado ha sido masiva. Antes del verano de 2021, agrupaba a más de 10,5 millones de clientes y, actualmente, hay acogidos alrededor de 8,5 millones de personas. Con el fin de reducir la volatilidad y, por tanto, mitigar el impacto en el bolsillo de los clientes en el mercado regulado (el único que permite acogerse al bono social), el Gobierno aprobó una nueva tarifa, que entrará en vigor el 1 de enero de 2024 e introducirá factores de corrección para que refleje en una muy buena parte el precio del mercado diario y también los precios más estables que ofrecen los mercados a futuro a tres meses y a un año.

Incorporará una cesta de precios a medio y largo plazo para evitar las fuertes oscilaciones, aunque sin perder las referencias de precios a corto plazo que fomentan el ahorro y el consumo eficiente. "Los consumidores no tendrán que hacer nada", aseguran desde el Ejecutivo. Indexado a los precios diarios del Mercado Ibérico de la Electricidad (Mibel), el PVPC ha sido históricamente la opción más barata para los pequeños consumidores desde su creación en 2014. Sin embargo, esta relación directa con los precios mayoristas a corto plazo ha llevado a que sus variaciones, con acusados picos y alzas por la invasión rusa, se reflejen automáticamente en la factura final.

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