Efecto dominó 

El miedo a la recesión en Europa pone en alerta a España en pleno auge estival

La escasez de suministro de gas puede provocar un déficit de producción en la locomotora europea que acelere la recesión en el que es, de hecho, nuestro segundo socio comercial por detrás de Francia

El fantasma de la recesión en Europa y España
El fantasma de la recesión en Europa y España
Agencia EFE

Los indicadores económicos que alertan de cómo la recesión acecha ya a las dos mayores economías europeas, Alemania y Francia, han puesto en alerta a España en pleno auge de la temporada estival. La zona euro afronta como puede el choque energético y una inflación mucho mayor que la estadounidense. Acaban de cumplirse seis meses del inicio de la guerra en Ucrania y el cóctel explosivo que suponen esta variable, la incertidumbre y la subida de los tipos de interés (pese a que el Banco Central Europeo mantenga el ritmo de estas alzas al ralentí en relación a sus homólogos) hace mella en las perspectivas de nuestros dos principales socios comerciales. 

Alemania es el segundo cliente de España después de Francia y el principal suministrador, según el ICEX. Las exportaciones al vecino germano -sobre todo de automóviles, frutas, aparatos y material eléctrico, así como de legumbres u hortalizas- alcanzaron los 32.400 millones de euros en 2021, con una leve mejora en relación a 2019. Una cifra algo inferior a los 50.480 millones de euros en envíos a Francia, nuestro principal mercado, que representan 16% del total. Un estornudo en París o Berlín pueden hacer enfermar a la economía española, y lo que avanzan los organismos internacionales y analistas va más allá del simple resfriado. 

El temor está en que la escasez de suministro de gas provoque un déficit de producción, sobre todo en el caso de Alemania, que importa aún el 35% de la materia prima de Rusia. "Nuestra hipótesis de base es una recesión en la zona euro en el segundo semestre de 2022. Hemos revisado a la baja nuestra previsión de crecimiento para 2023 hasta el 0,8% y vemos un crecimiento negativo en Alemania", apunta Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments. Esa caída del PIB se prolongaría, según sus cálculos, hasta el año que viene. El propio Bundesbank ha advertido de que este escenario es el más plausible a corto plazo, teniendo en cuenta que Moscú ha convertido el suministro de energía y alimentos en un arma contra Europa.  

Lo que complica aún más las cosas es que el río Rin, esencial desde hace siglos para la economías alemana, holandesa y suiza, está a las puertas de quedar prácticamente intransitable en un punto clave de la ruta comercial debido a los niveles de agua extremadamente bajos que ha generado la sequía. Esta situación podría interrumpir el transporte de mercancías energéticas y de otros productos industriales por una de las vías fluviales más importantes de Europa, como advierten desde la gestora de fondos neoyorquina Wisdom Tree. Si el Fondo Monetario Internacional (FMI) viene advirtiendo del peligro de recesión global desde el mes pasado, esta coyuntura, la escalada del precio del gas y la debilidad del euro acercan todavía más ese escenario.   

El turismo muestra su mejor cara

Ese escenario casi negro parece un horizonte lejano a pie de playa a tenor de la buena marcha del turismo, que recupera prácticamente niveles prepandemia en varios de sus principales indicadores. Las pernoctaciones en julio alcanzaron los 42,35 millones frente a los 43,20 millones del mismo mes de 2019 y la misma Encuesta de Coyuntura Hotelera que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja, además, una subida de los precios del 16,4%, algo inferior a la del mes previo. Vientos de cola que se harán sentir también en el mercado de trabajo. Este sector, que emplea prácticamente al 15% de la población activa, representa más del 13% de los afiliados a la Seguridad Social, de acuerdo con las cifras que maneja Turespaña.  

El último panel de Funcas revisaba a la baja en una décima el crecimiento esperado del PIB español para este año, hasta el 4,2%, con incrementos del 0,5% y del 0,4% en los trimestres centrales y una media del 0,3% en el último. Su cálculo anual es una décima más pesimista que el del Gobierno. Pese a que los indicadores disponibles del segundo trimestre avanzan una aceleración de la actividad, impulsada por los servicios y el tirón de la actividad turística, en la fundación de las cajas estiman que al final del año ésta se frenará. De nuevo, el fortísimo incremento de los precios y las incertidumbres derivadas de la guerra y su impacto en la energía explican ese enfriamiento. 

Con los datos disponibles de julio, la AIReF pronostica una contracción del PIB del 0,2% en el tercer trimestre, en lo que supondría su primer retroceso desde un primer trimestre de 2021 muy marcado por la covid. Lo hace a través de su propio modelo de previsión que elabora los cálculos en tiempo real, en función de los indicadores que van publicándose. Aunque las referencias con las que el organismo cuenta sobre este periodo son aún escasas y no contemplan el grueso del impacto de la actividad turística, sí que sirven de aviso para navegantes en un momento de dudas e inquietud en el resto del continente.

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