En los años 90 del siglo pasado eran 25.000 en toda España en decenas de explotaciones y producían millones de toneladas de carbón al año. El 31 de diciembre de 2018, la Unión Europea y el Gobierno de España echaron el cerrojo a casi dos siglos de minería del carbón. Hoy, apenas quedan 700 mineros en activo y un solo pozo abierto, el San Nicolás de Mieres (Asturias), con el que Hunosa alimenta su central térmica de La Pereda (Mieres). El colectivo se hizo visible a ojos de muchos españoles cuando hace ahora poco más de un año la Brigada de Salvamento Minero logró rescatar el cuerpo, ya sin vida, del pequeño Julen, de dos años, que había caído en un pozo de Totalán (Málaga).
Aquellos hombres fajados en las oscuras profundidades de la tierra se convirtieron en héroes para muchos compatriotas suyos. Ahora, la brigada, junto con otros 150 voluntarios trabajadores de Hunosa, vuelve a primera línea en la lucha contra el Covid-19.
Ante la crisis desatada por culpa de la pandemia, la representación social del Comité Intercentros de la Empresa Pública Hunosa, CC.OO y el SOMA-FITAG-UGT, se pusieron a disposición de los ayuntamientos de las cuencas mineras asturianas del Nalón y del Caudal para realizar tareas de desinfección y de ayuda de todo tipo a los colectivos más vulnerables en esta situación de emergencia.
Para ello, se echó mano de los trabajadores que estaban en situación de permiso retribuido recuperable al pertenecer a los centros de trabajo considerados no esenciales por no formar parte de la cadena productiva de abastecimiento de la Térmica de la Pereda, aunque los trabajadores de los centros y pozos operativos, como San Nicolas y la Térmica de la Pereda, también se pusieron a disposición para incorporarse a estos trabajos fuera de turno, durante los festivos o fin de semana.
Así, los mineros, en equipos de trabajo de diez y cinco personas se pusieron manos a la obra tras ser requeridos por los ayuntamientos de Laviana, San Martín del Rey Aurelio, Langreo, Mieres, Lena, Aller, Riosa , Morcín... Una conurbación de 150.000 habitantes con muchos núcleos rurales de difícil acceso y una población con una gran tasa de envejecimiento.
Por unos días, los mineros dejaron de lado la linterna y el martillo neumático y se parapetaron tras los EPIs correspondientes para desinfectar viales, contenedores, supermercados, centros de salud, residencias de ancianos, plazas, parques, equipamientos deportivos, paradas de autobús... Realizaron labores de transporte de mercancías a los domicilios que así lo requerían... El 'ejército' minero, en fin, salió a la calle a pelear en primera línea frente al Covid-19.
Andrés Vallina y Rubén Viejo, por ejemplo, fueron dos de los trabajadores que el jueves día 9 de abril desinfectaron el entorno de varios núcleos rurales del concejo de Morcín. "Desde el inicio del estado de alarma había gran inqhuietud entre los trabajadores para ver cómo se podía echar una mano. Desinfectando, llevando alimentos... La solidaridad y el arrimar el hombro está en nuestro ADN y es, además, una forma de devolver a las comarcas mineras y a sus habitantes todo lo que nos dieron y nos siguen dando durante tantos años", cuenta Andrés.
"Y cuando salió el real decreto del permiso retribuido nos pusimos manos a la obra y en colaboración con la empresa montamos el dispositivo... El aluvión de compañeros voluntarios fue tremendo y hasta tuvimos que cortar. Nos pusimos a disposición de los ayuntamientos, del gobierno asturiano, de la delegación de gobierno... Y aquí estamos, echando una mano" contra el Covid-19.
"No es comparable el trabajo en la mina con esta labor. Es una dureza distinta. Aquí sí que teníamos algo de temor a contagiarnos, no por nosotros sino por nuestras familias, por llevar el virus a nuestras casas, pero tiramos para adelante porque sentíamos que era nuestro deber. Era los menos que podíamos hacer por nuestros vecinos", explica Andrés. "Gratifica mucho las muestras de cariño y agradecimiento, sobre todo de personas mayores, de núcleos rurales alejados, que nos ven allí echando una mano y ayudando en lo que podíamos... Desinfectando la parte de fuera de su casa o llevándoles comida, el pan o medicinas. Eso es lo más grande. Nosotros estamos ahí para echar una mano cuando se nos necesite. Lo llevamos en la sangre, aunque también es un poco triste que salgamos a la luz en momentos trágicos como el accidente del niño Julen o esta pandemia..."
Agradecimiento como el de Ana Pilar, una trabajadora sanitaria de Langreo que se detuvo en su camino para darles las gracias a los mineros por sus labores de desinfección. Hija y nieta de mineros del pozo María Luisa y de Lláscares, Ana Luisa no pudo contener la emoción al ver cómo el sector minero se movilizaba para "apoyar en la lucha contra este maldito virus". Un agradecimiento que fue mutuo, por parte de los mineros a "quienes cuidáis de nuestra salud, veláis por nuestra seguridad y por nuestra vida, el agradecimiento infinito. Sin duda, hoy y siempre, los verdaderos héroes sois vosotras y vosotros, estad seguros de que vuestro trabajo y sacrificio quedará grabado en nuestra memoria".
Ahora, los trabajadores de Hunosa han regresado a su tajo al levantarse la hibernación de la economía, pero "nos hemos vuelto a poner a disposición de los municipios y la delegación de gobierno para, fuera de nuestro turno de trabajo, ir allí donde se nos necesite".
En otro orden de cosas, pero siguiendo en la lucha contra el Covid-19, ahora que la Unión Europea y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo han manifestado que son necesarios nuevos métodos y medidas contra las pandemias y catástrofes, como la creación de una industria propia y una reserva estratégica de productos sanitarios, el sindicato SOMA-FITAG-UGT ha propuesto al Gobierno de España "que tenga en cuenta a las comarcas mineras para uno de los almacenes estratégicos de material sanitario y medicamentos".
Cree este sindicato, en una propuesta que ve con buenos ojos la propia empresa y que está siendo estudiada por el Gobierno, que " Hunosa dispone de terrenos y edificios que pueden utilizarse como base de una de una de esas reservas y además cuenta con estructuras subterráneas que pueden ser adaptadas como almacenes de alta seguridad, similares a las establecidas por otros países como Finlandia".
Consideran que esta reserva estratégica formaría un binomio eficiente con el Centro Nacional de Entrenamiento en Rescates aprovechando las evidentes sinergias. El Centro Nacional de Entrenamiento en Rescates utilizaría las instalaciones, tanto exteriores como interiores, de uno de los pozos que han cesado recientemente su actividad simulando escenarios reales de accidentes en espacios confinados, en trabajos subterráneos, industriales, ferroviarios, derrumbes de edificios, rescates en altura, vehículos, etc.
Igualmente, la Unión Europea ha creado la primera reserva estratégica de equipos médicos para afrontar la pandemia COVID-19, mediante una iniciativa rescuEU en el contexto de una reserva a nivel europeo de capacidades de protección civil acordada por la Comisión Europea en 2017. Estas reservas forman parte del mecanismo de protección civil europeo, y no se debe olvidar que la Comisión Europea ha respaldado la inclusión de la Brigada de Salvamento Minero en la 'European Emergency Response Capacity (EERC)' que tiene como objetivo la coordinación y una respuesta rápida a todo tipo de desastres. Además, en el mecanismo europeo de protección civil encajaría el Centro Nacional de Entrenamiento de Rescates.
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