El sector servicios se contrae por primera vez en el año y apunta a una caída del PIB

La actividad del sector servicios se contrajo en agosto por primera vez en diez meses en plena temporada alta turística y apunta a una caída del PIB del 0,1% en el tercer trimestre del año, cuando la economía venía ya de desacelerarse entre abril y julio (apenas avanzó un 0,4%). El índice HCOB PMI, que se ha publicado esta mañana, dibuja un panorama de retroceso tanto de la actividad en general como de los nuevos pedidos, así como un nuevo frenazo del empleo, con la menor creación de puestos de trabajo desde principios del ejercicio. Al mismo tiempo, los costes de los insumos se han acelerado a máximos de tres meses. 

En concreto, el índice cayó desde los 52,8 puntos registrados en julio a los 49,3 de agosto, situándose por debajo del límite clave de 50, dado que todo registro inferior está indicando un retroceso de la actividad. Aunque el deterioro de la actividad del sector servicios español fue sólo leve en general, el ritmo de declive fue el más fuerte en poco menos de un año, apunta Cyrus de la Rubia, Economista Jefe del Hamburg Commercial Bank.

"El verano está llegando a su fin y con él, termina el buen ánimo entre las empresas de servicios españolas, incluido el sector turístico. La actividad en este sector se contrajo por primera vez este año y lo mismo ocurrió con el sector servicios en general, los nuevos pedidos y los pedidos pendientes de realización", señala el experto. Así, ve probable que la desaceleración vaya a más los próximos meses y sitúa su estimación en tiempo real del PIB en una décima negativa entre julio y septiembre. Este cálculo podría, según el informe, "arrojar algunas dudas" sobre la nueva previsión del Banco de España, que elevó recientemente su estimación para el conjunto del ejercicio al 2,3%. 

Los precios de venta aumentan muy por debajo de los costes

"Especialmente si también vemos una nueva caída de la actividad económica en el próximo trimestre", puntualiza el experto. En este caso, a los efectos de la ola de calor se ha sumado la incertidumbre política, que supone "una carga" para muchas empresas tras las elecciones generales del 23 de julio. En este contexto, las empresas han mostrado menos interés por contratar personal, si bien parecen algo más optimistas con respecto al futuro que antes, ya que esperan que la actividad aumente en el plazo de doce meses. 

Con todo, su poder de fijación de precios en el sector servicios ha seguido sufriendo porque los insumos se encarecen a un ritmo mayor que los precios de venta (que aumentaron al porcentaje más bajo en casi dos años). Por ello, es probable que los márgenes de beneficio se vean afectados. En concreto, los costes de los insumos aumentaron por trigésimo noveno mes consecutivo, con un fuerte alza de los combustibles, y se sumaron a las crecientes presiones salariales. 

El dato de PMI, es decir, el índice de gerentes de compras, es importante porque es un indicador económico critico que da una valiosa información sobre la salud y el rendimiento de la economía, explica Javier Molina, analista senior de mercados para eToro. Esta cifra, junto con el dato de empleo, "preocupa a los inversores" ya que el sector servicios representa una parte muy elevada del PIB en España por lo que es un indicador clave para evaluar la dirección de la economía en su conjunto, señala. 

El experto incide en que referencias como esta sirven para tomar decisiones empresariales que tienen impacto en los mercados, la política monetaria o la evaluación de la demanda del consumidor. "Datos malos, por tanto, que vienen a señalar que el impacto de la subida de los tipos de interés va a empezar a verse de ahora en adelante y los PMIs van a sembrar dudas de si vamos a un recesión o cuándo sucederá", zanja.

La clave, una temporada turística más larga

Los datos de PMI se han hecho públicos después de conocerse que el turismo despidió julio con récord de llegadas y gasto por parte de los viajeros internacionales. El séptimo mes del año llegaron un 2,6% más de visitantes foráneos que en julio de 2019, antes de que estallase la pandemia, alcanzando la cifra histórica de 10,1 millones; mientras, su desembolso subió con mucha más fuerza y se disparó un 16% hasta los 13.853 millones de euros en total. En el acumulado del año España sigue registrando cifras ligeramente inferiores a las que consolidó antes de que estallase la crisis sanitaria.

Los economistas esperan a ver ahora cómo se comporta la demanda interna y si el consumo, en concreto, sigue tirando, compensando en parte el retroceso de las exportaciones. El hecho de que la temporada turística se prolongue lo más posible en septiembre y octubre podría ayudar en este sentido, ante la debilidad de los principales socios comerciales de España, como Alemania, que parece incapaz de salir del estancamiento económico. 

Que la economía española se debilite a las puertas de 2024 podría tener un efecto negativo para la necesaria consolidación fiscal, puesto que la Unión Europea recupera a partir del próximo 1 de enero las llamadas reglas fiscales, y los países deberán ceñirse de nuevo a las metas del 3% de déficit y del 60% de deuda (a la espera de que la Comisión logre sacar adelante su propuesta de reforma para las mismas, que depende ahora del veredicto del Parlamento Europeo y de cada uno de los estados miembros).