Inicio de la pugna política

La sede de la CNE en Madrid da margen a vascos y catalanes en la liza por el consejo

El Gobierno disipa todas las dudas sobre donde se ubicará el superregulador energético y los partidos nacionalistas usarán el hecho de que se quede en la capital para reclamar un asiento en el órgano de dirección.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
La sede de la CNE en Madrid da margen a vascos y catalanes en la liza por el consejo.
Carlos Luján / Europa Press

Resuelta la duda sobre la futura sede de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) se da inicio a la contienda política para ver quiénes ocuparán los asientos del consejo como la que se vivió en 2020 con la renovación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en la que Moncloa dio entrada a Unidas Podemos en los reguladores. 

El plan de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, siempre ha sido instalar la CNE en el actual cuartel de Competencia, sito en la calle de Alcalá 47, tal y como adelantó La Información, de forma que la institución que preside Cani Fernández se traslade a la otra sede que tiene en la capital en la calle Barquillo 5, justo al lado de la actual y que se comunican entre sí. Ciudades como Barcelona o País Vasco han llegado a sonar como gesto del Ejecutivo hacia sus socios en el marco de las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2024, sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Los partidos nacionalistas han dado por perdida la sede desde el principio y ahora utilizarán esa baza para meter presión a la hora de conformar el consejo. De hecho, ya empiezan a haber peticiones al departamento que dirige Teresa Ribera para que se apresure y concrete cómo será la designación de consejeros y si se dará continuidad a los que han demostrado su independencia respecto a cualquier Ejecutivo. 

Josep María Salas, el "candidato natural"

Fuentes del sector energético sitúan a Josep María Salas Prat como el "candidato natural" para ocupar uno de los siete asientos. Actualmente es consejero de la Sala de Supervisión Regulatoria de la CNMC a propuesta de ERC y también fue el elegido de la formación para formar parte del comité de expertos sobre la reforma energética que reunió el exministro Álvaro Nadal en el Gobierno de Mariano Rajoy.

Entró en Competencia en 2020 y en caso de que finalmente sea uno de los elegidos, queda por ver si entra con el contador a cero o se le computan los tres años como consejero del actual regulador. En la nueva CNE, el mandato de los consejeros será de seis años sin posibilidad de reelección, mientras que la renovación se hará parcialmente cada tres años. El nombramiento corresponderá al Gobierno mediante Real Decreto y a propuesta de la persona titular de Transición Ecológica, con una experiencia mínima de cinco años en materias relacionadas con los sectores objeto de supervisión. 

Aunque bien es cierto que antes deberán comparecer ante la comisión correspondiente del Congreso de los Diputados, suelen llegar a este paso con los votos asegurados. El que parece que está prácticamente descartado para pasar de la CNMC a la CNE es Xabier Ormaetxea, cuyo mandato de seis años terminó el 23 de septiembre de 2023, aunque continúa hasta que el Ministerio de Economía, ahora en manos de Carlos Cuerpo, no nombre sustituto. Las fuentes consultadas aseguran que Ormaetxea "no comulga demasiado bien" con el PNV actual.

¿Qué tienen que decir Sumar, Junts y Bildu?

Por su parte, veremos a ver qué tienen también que decir el gran socio del Gobierno para esta legislatura como es Sumar. Cuando se renovó por última vez la CNMC, la formación de Yolanda Díaz todavía no existía. Bildu y Junts también apretarán las tuercas al Ejecutivo. Las fuentes consultadas tampoco descartan la vuelta de Mariano Bacigalupo si la vicepresidenta se marcha a Bruselas como comisaria de Energía. El marido de la titular de Transición Ecológica estuvo cinco años en la CNMC y en septiembre de 2022 el Ejecutivo lo trasladó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para ocupar la vacante que quedó libre meses antes tras expirar el segundo mandato de Juan Manuel Santos Suárez.

Otro nombre que suena es el de Natalia Fabra, actual consejera independiente de Enagás a la que le cumple el mandato en 2025 y a quien la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica confió el estudio para la reforma del mercado eléctrico europeo. La CNE estará adscrita al ministerio de Transición Ecológica y ejercerá sus funciones a través del consejo y el presidente, que también lo será del consejo. De ellos dependerán, además de la Secretaría General y la Secretaría del Consejo, tres direcciones de instrucción: la de Electricidad, la de Hidrocarburos y Nuevos combustibles y la de Inspección, de nuevo cuño, para reforzar su labor supervisora.

Cambios importantes pendientes en la CNMC

La vuelta del superregulador energético obliga a una casi plena renovación de la CNMC. Según recoge el anteproyecto de ley lanzado a consulta pública, la CNMC debe traspasar a la CNE la Dirección de Energía, incluido su personal directivo, así como el personal y los medios del resto de órganos directivos que vienen desempeñando y/o dando soporte a las funciones que la nueva ley encomendará a la CNE, incluyendo en todo caso los bienes inmuebles. Actualmente, la CNMC también tiene sede en la calle Bolivia de Barcelona.

Además, Competencia tiene tres vacantes pendientes de nombramiento: la de vicepresidente (por el fallecimiento de Ángel Torres en julio del año pasado) y la de dos consejeros (por cese por terminación de mandato de Pilar Canedo y María Ortiz). Por si no fuera poco, el organismo también tiene a dos consejeros con el mandato ordinario vencido desde septiembre, por lo que deben ser sustituidos pese a que siguen ejerciendo su cargo. Son Ormaetxea, como se ha citado anteriormente, y Bernando Lorenzo. 

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