A través de referéndum

Suiza aprueba una tasa del 15% a grandes empresas y reducir sus emisiones de CO2

La medida fue aprobada por cerca del 80% de votantes, lo que permitirá que Suiza aplique la reforma de la imposición de las multinacionales adoptada por la OCDE y el G20 tras la crisis financiera de 2008.

Bandera Suiza
Suiza aprueba una tasa del 15% a grandes empresas y reducir sus emisiones de CO2.
Pixabay

Suiza establecerá una tasa mínima impositiva del 15% a las grandes multinacionales, según el resultado a favor obtenido en un referéndum planteado por el gobierno para permitir que el país se conecte con las reglas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La medida fue aprobada por cerca del 80% de votantes, lo que permitirá que Suiza aplique la reforma de la imposición de las multinacionales adoptada por la OCDE y el G20 tras la crisis financiera de 2008 y que prevé una tasa mínima de 15% sobre los beneficios de los grupos, cuyas cifras de negocios superan los 750 millones de euros. En esa categoría recaen un centenar de empresas suizas y miles de filiales de grupos extranjeros. 

Esta reforma resultaba indispensable porque, de lo contrario, los impuestos no cobrados podían haber sido reclamados por los países donde se encuentra la sede principal de la compañía implicada, según explicó el gobierno, que pidió a los ciudadanos un voto a favor para evitar que el dinero saliera del país.

Se estima que los ingresos por el impuesto suplementario oscilarán entre 1.000 y 2.500 millones de euros el primer año, los cuales serán repartidos entre los cantones suizos donde el impuesto es inferior a lo que se ha establecido hoy, que recibirán el 75%; y el Estado central (25%).

La izquierda, los sindicatos y algunas oenegés consideraron que este proyecto es desigual porque los ingresos extras irán a cantones considerados ricos y con gran cantidad de multinacionales, como Basilea-Ciudad y Zoug. 

Reducir las emisiones a 'cero' en 2050

Los votantes suizos también aceptaron por referéndum una ley que dispone la reducción a cero de las emisiones netas de dióxido de carbono en 2050, tras recibir un 58% de "síes", una decisión que dota a Suiza del marco jurídico para acelerar la transición de su economía hacia las energías renovables.

Entre las diversas medidas que contiene la propuesta aprobada figura un paquete de ayudas de más de 3.200 millones de euros en diez años para contribuir a la sustitución de los sistemas de calefacción a gas o gasóleo por sistemas generadores de menos emisiones, así como para apoyar la innovación tecnológica de las empresas. Las cero emisiones netas equivalen a la neutralidad climática o neutralidad carbono, la cual se logra cuando los niveles de CO2 que se emiten a la atmósfera son menores o iguales a los que se retiran por diversas vías.

Esta iniciativa fue presentada por el Parlamento como alternativa a otras dos propuestas, una de las cuales fue rechazada en un referéndum en 2021 principalmente porque creaba impuestos destinados a financiar las medidas para que Suiza cumpla con los compromisos del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

Un segundo proyecto de origen popular denominado "Iniciativa por los Glaciares" y que establecía la prohibición del consumo de todo tipo de energía fósil en 2050 fue dejado de lado después de que las autoridades lo juzgaran muy extremo y convencieran a sus iniciadores de retirarlo mientras el Parlamento elaboraba una alternativa, que es la que ha sido aprobada hoy.

La nueva "Ley de Clima", como se la ha denominado, deja de lado toda prohibición o impuestos suplementarios, y se sustenta en medidas de incitación limitadas en el tiempo y financiadas a través del presupuesto público. Asimismo, el Estado se compromete a alcanzar la neutralidad climática a partir de 2040.

Al explicar el alcance del voto de hoy, el Partido Socialista lo consideró "como un éxito importante para el clima y la seguridad del aprovisionamiento" energético y criticó a la últraderecha suiza por haber llevado a cabo una campaña contra la ley basada "en mentiras". La ultraderecha suiza, que promovía el voto en contra, afirmaba que la nueva ley prohibiría todos los combustibles fósiles, que sólo se podrían utilizar vehículos y calefacción, que funcionaran a base de electricidad en 2050, y que los hermosos paisajes alpinos iban a ser cubiertos por paneles solares y molinos eólicos. Se ha aprobado "un proyecto consensual y pragmático, sin ninguna medida de imposición para la gente, ni prohibición alguna. La población ha reconocido que era bueno", comentó la diputada socialista Valérie Pillier.

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