Frenazo económico

La debilidad de la libra y del PIB británico hacen mella en el turismo y la vivienda

La sexta economía del planeta está envuelta en una batalla feroz contra la inflación que ha llevado al Banco de Inglaterra a elevar sus tipos de referencia de forma acelerada hasta el 5,25%, presionando a los hogares

Pasajeros procedentes del primer vuelo con origen Gran Bretaña desde que el país incluyó a Baleares en la lista verde de viajes de riesgo por la COVID-19, salen del Aeropuerto de Menorca, a 1 de julio de 2021, en Menorca, Islas Baleares, (España). El pasado 24 de junio, las autoridades de Reino Unido anunciaron que Baleares pasaba a ser incluido en su lista verde de viajes de riesgo por la COVID-19, una medida que hoy ha entrado en vigor y que supone que los turistas que regresen al país no tengan que someterse a una cuarentena. 01 JULIO 2021;REINO UNIDO;MENORCA;ISLAS BALEARES;TURISMO;AEROPUERTO MENORCA Adrià Riudavets / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 01/7/2021
La debilidad de la libra y de la economía británica hace mella en turismo y vivienda
Europa Press

La sexta economía del planeta está envuelta en una batalla feroz contra la inflación que ha llevado al Banco de Inglaterra (BoE) a elevar sus tipos de referencia de forma acelerada hasta el 5,25%, un punto porcentual por encima de lo que los ha subido el Banco Central Europeo. Esa mayor presión de los costes financieros sobre los hogares y una economía que no termina de despegar -su PIB avanzó un 0,2% en el segundo trimestre del año- han restado brío al peso que este mercado tiene tanto en el sector turístico como en el inmobiliario español

Con la excepción del paréntesis que supuso para la actividad la pandemia de Covid, Reino Unido ha venido siendo desde hace años el principal emisor de turistas a España y el primer comprador extranjero de viviendas en suelo nacional. Sin embargo, el mal desempeño macroeconómico que su economía ha registrado los últimos trimestres (acentuado por el Brexit), así como la fuerte subida del precio del dinero y la debilidad de la libra esterlina están siendo un condicionante notable para el turismo británico. Más aún en un periodo de subida de los precios hoteleros en España, como confirmaba el miércoles la encuesta de Coyuntura Hotelera Turística publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

El organismo constató también recientemente que, en términos de llegadas, los viajeros procedentes de las islas se mantenían aún un 6% por debajo de los niveles prepandemia en el primer semestre de este año. El problema está en que ante un contexto tan complejo como el actual, otros destinos competidores como Turquía, Grecia y Portugal están siendo más competitivos a la hora de captar la demanda británica, lo que está suponiendo un freno adicional para la llegada de viajeros a territorio español, tal y como señalan desde CaixaBank Research.

En lo que respecta a la compraventa de viviendas, en el primer trimestre el peso de los británicos sobre el total de extranjeros que adquirieron un inmueble en España se situó en el 9,48%, frente al 12,03% que alcanzaba en el mismo periodo del año anterior o el 13,79% previo al estallido del coronavirus, de acuerdo con las últimas cifras de que dispone el Colegio de Registradores. El aumento en la presencia de otras nacionalidades ha compensado este movimiento. Echando la vista atrás, antes del Brexit el porcentaje de británicos sobre el total de compradores internacionales llegó a superar el 20%.

El dilema que afronta el Banco de Inglaterra

Aunque con cierto retardo hay indicios de que la política monetaria del BoE empieza a funcionar -dado que se ha producido ya una ralentización de las transacciones en el mercado inmobiliario, la caída del empleo al ritmo más rápido desde la crisis de 2009 y descuentos en los bienes de consumo- los salarios y la subida de precios del sector servicios británico no muestran signos de relajación, sino que más bien apuntan ya a una espiral alcista. Así y de cara a los próximos meses, John Butler, estratega macroeconómico de Wellington Management, cree que resulta difícil justificar una pausa o recortes de tipos cuando el crecimiento salarial sigue siendo elevado y el desempleo bajo.

En cualquier caso, el gobernador del banco central británico, Andrew Bailey, se enfrentará a un dilema similar al que encaran el BCE o la Reserva Federal estadounidense, puesto que indicadores como los PMI (índices de gerentes de compra) han vuelto a contraerse en agosto y apuntan a una "inevitable" contracción de su economía, en opinión de Chris Williamson, economista jefe de S&P Global Market Intelligence. El experto recuerda cómo a la recesión cada vez más severa de las manufacturas se une un mayor debilitamiento del sector servicios. Es un ejemplo más de un temor a la estanflación (alta inflación y estancamiento económico) que vuelve a calar en los mercados internacionales. 

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