Ante la situación de crisis actual, casi la mitad de anfitriones que ofertan sus alojamientos para corta estancia en la plataforma Airbnb se ven obligados a alquilar habitaciones en sus propios domicilios para poder llegar a fin de mes, una modalidad que creció en 2022 un 85% a comparación del año anterior.
Después de que la entidad haya facilitado estos datos, se ha observado que cada vez más está de moda alquilar las habitaciones de las viviendas en sus propias viviendas para poder hacer frente a los altos costos de vida. Concretamente, más del 30% de las familias lo utiliza como un salvavidas económico.
Frente al escenario anterior, se ha recogido que ocho de cada diez anfitriones de alojamientos enteros son particulares con una sola vivienda disponible para estos alquileres vacacionales, normalmente de corta estancia, donde predomina el cliente nacional.
El alquiler de habitaciones equivale a 2.000 euros al año
El año pasado se registraron 4,2 millones de huéspedes nacionales en estos alojamientos y otros 2,2 millones usaron la plataforma para viajar a destinos internacionales, con un aumento conjunto del 42% en un año y del 40% sobre las cifras precovid. Hubo también cuatro millones de visitantes procedentes de Europa (cerca de un millón por cada país: Francia, Reino Unido, Alemania e Italia) y casi un millón más provienen de Estados Unidos.
El anfitrión típico en España ingresó unos 4.750 euros en 2022 por casa completa, equivalente a más de dos meses extra del sueldo promedio en España, y el de habitaciones privadas, cerca de 2.000 euros al año. Un 25% los huéspedes indicó que se alojaron en una estancia en Airbnb durante el año pasado mientras viajaban y trabajaban en remoto.
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