Próxima sustituta de Andrea Enria

La banca augura que Buch prepara un mandato de supervisión con mano dura

La vicepresidenta del Bundesbank tiene fama de intrusiva. Los próximos años tendrá que poner en marcha la revolución en materia de control adelantada por su predecesor y que puede conllevar la aplicación de multas.

La banca europea espera una supervisión más dura con Buch los próximos años
La banca europea espera una supervisión más dura con Buch los próximos años
Agencia EFE

Si no hay sorpresa en la tramitación del nombramiento, la vicepresidenta del Bundesbank, Claudia Buch, será la sustituta de Andrea Enria, cuyo mandato al frente de la supervisión de los bancos europeos, conocido como MUS (Mecanismo Único de Supervisión) finaliza este diciembre. Buch, que tiene un perfil mucho más político, también tiene fama de dura e intrusiva entre los corrillos financieros, por lo que la banca europea ya augura que será un mandato con una política de supervisión dura y cuyos primeros pasos estarán condicionados por el programa de Andrea Enria.

Fue el miércoles cuando se conoció que la candidatura de Buch sería la elegida para ser remitida al Parlamento Europeo. Aunque la alemana tendrá todavía que solventar varios trámites hasta que se convierta finalmente en la jefa de supervisión europea. Para empezar, el organismo europeo la invitará a una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios y luego someterá a votación su elección en sesión plenaria. Posteriormente, el nombramiento tendrá que ser confirmado finalmente por el Consejo de la Unión Europea.

No obstante, y debido a su fama, el sector espera una supervisión los próximos cinco años más dura e invasiva. A pesar de esta fama, también despierta ciertas suspicacias entre los bancos europeos que están relacionadas con la salud de los bancos alemanes, tanto las pequeñas cajas de ahorro como los dos grandes bancos (Deutsche Bank volvió a estar en el punto de mira cuando se produjeron los acontecimientos de marzo) y lo oportuno que puede para estas entidades tener un supervisor de la misma nacionalidad. 

De momento, como nueva supervisora tendrá que reunirse con el Comité de Expertos, una iniciativa de los propios bancos, y el Tribunal de Cuentas Europeo y lanzar una serie de recomendaciones. También deberá avanzar en la revolución en la forma de supervisar a las entidades financieras europeas que adelantó Enria, y que no le dará tiempo a concluir, ya que apenas le quedan algo más de tres meses y medio en el cargo. 

En ese sentido, el italiano habló de un nuevo proceso de revisión y evaluación supervisora que tuviera como objetivo centrarse en lo que realmente importa, pero eso no significaba que implicara menores requisitos de capital, sino una mayor cantidad de medidas cualitativas ejecutables. "Por ejemplo , en el ámbito de riesgos ESG tenemos ese debate de si actuar vía capital, pero también podríamos utilizar otras herramientas como multas periódicas hasta que se solucionen esas brechas", expuso Enria. 

Y ese sería el camino marcado para Buch, quien recientemente aseguró que rebajar potencialmente las normas reguladoras para alcanzar los objetivos de la política climática quedaría fuera del ámbito del mandato de supervisión tras oponerse a suavizar las normas financieras para estimular la inversión verde.

Otro desafío al que se enfrentará, y que ha marcado Enria, está relacionado con los modelos internos de medición del riesgo, donde se proporciona a los bancos lo que se llama tolerancia temporal (en el que operan con modelos aprobados por la autoridad de origen). En ese sentido, está pendiente el visto bueno en un futuro próximo, aunque "el proceso está ya muy avanzado", destacó el italiano. Finalmente tendrá que definir cómo gestionar los episodios de marzo, cuando estalló la crisis de confianza en el sector financiero provocado por la quiebra de bancos en los Estados Unidos y como se puede desencadenar una fuga de depósitos a golpe de click.

Cierta decepción con la no designación de Margarita Delgado

Con todo, Buch se impuso a la española Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España y con una dilatada experiencia en supervisión bancaria y un conocimiento profundo de los bancos españoles, y a la irlandesa Sharon Donney, pese a que lleva apenas unos meses, desde abril de este año, dentro del consejo de supervisión del Banco Central Europea. La primera era de las favoritas entre los bancos por su carácter técnico.

Aquí fuentes del sector financiero se muestran decepciondas porque consideran que se ha perdido una oportunidad de que haya una relación más estrecha entre el supervisor y los bancos. En esta decisión habría podido pasar factura el excesivo peso que tenía España dentro de las instituciones financieras europeas (como José Manuel Campa al frente de la EBA, Luis de Guindos, como vicepresidente del BCE, Fernando Restoy, a los mandos de la Financial Stability Institute y la posible presidencia de Nadia Calviño del BEI).

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