El Santander plantea un 'ajuste' de 2.000 empleados por la integración del Popular

  • El banco proyecta trasladar 575 personas a otras áreas y filiales del grupo, y 1.585 bajas en fórmulas como prejubilaciones o salidas incentivadas.
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Hasta unos 2.160 trabajadores se verán afectados por los 'ajustes' de integración del Popular. Es la propuesta planteada hoy por el Santander a los sindicatos para limar las duplicidades que la absorción generará en los servicios centrales, aunque los representantes de los trabajadores confían en reducirla durante la negociación.

El banco ha planteado que algo más de una cuarta parte, unos 575 empleados, continúen ligados al grupo con su recolocación en empresas del Santander. Las bajas laborales afectaría a otros 1.585 con fórmulas de desvinculación a negociar, y que podrían comprender prejubilaciones o salidas incentivadas.

CCOO, sindicato mayoritario en ambos bancos, considera excesivo el ajuste proyectado. Su intención es conseguir elevar el número traslados de empleos a 700 ú 800, y disminuir “significativamente” un censo de salidas que considera “excesivo” para una empresa “con beneficios”, indicaron fuentes del sindicato. El Santander cuenta con una miriada de filiales que les surten de servicios y apoyo operativo como Ingeniería de Software Bancario (Isban) o Produban, subsidiarias de desarrollo de software y de infraestructuras IT .

Los sindicatos consideran excesivos los ajustes

“Es un esfuerzo innecesario tener que buscar profesionales fuera, cuando ya los tenemos aquí”, demanda en un comunicado distribuido entre la plantilla donde argumenta que tanto Santander España como Popular forman parte de un grupo grande donde las personas afectadas “deben tener oportunidad de seguir conservando su empleabilidad”.

En UGT también reclaman reducir la "excesiva" cifra global, mayor movilidad intragrupo, evitar movilidades geográficas y reducir la edad de las jubilaciones anticipadas. El banco ha propuesto abrir un plan de prejubilaciones a partir de 58 años, y entre los sindicatos se bajaraba la horquilla de 53-54 como óptima. 

El censo de salidas planteado equivaldría casi a extinguir los servicios centrales del Popular o uno de cada tres puestos de trabajo en estas unidades a escala global. El grupo cuenta hoy con unas 7.000 personas en servicios centrales -el área afectada por la integración-: unos 2.000 con nómina en el Popular, otros 1.500 en Santander España donde se integrará la sexta entidad española y el resto en los servicios centrales corporativos del grupo.

Para evitar inquietudes entre la plantilla, el grupo presidido por Ana Botín ha remitido en los últimos días diferentes comunicados y notas informativas donde aclara que cualquier desvinculación se hará a través de fórmulas negociadas con los sindicatos y “en buenas condiciones” económicas y laborales. El banco contratará a una empresa para que recoloque al personal afectado y garantiza que la selección de personal se basará “en criterios estrictos de meritocracia, asegurando que el mejor talento, venga de donde venga, se queda en el grupo Santander”.

Las áreas afectadas son exclusivamente los servicios centrales del Popular, de la filial en España del Santander y del grupo, sin tocar sucursales porque el proyecto necesita su total involucración, dado que el objetivo número uno es "no perder un solo cliente y que el banco mantenga su actividad comercial”. No en vano espera que la integración operativa y jurídica consuma unos dos años, de forma que las sucursales funcionará de manera autónoma hasta 2019, aunque arranque la fusión con los servicios centrales.

A partir de mediados de mes arranca la negociación formal del proceso y las salidas se producirían ya en 2018. Ambas entidades redujeron su estructura el pasado ejercicio, aunque en una proporción muy diferentes. El Santander prescindió de 1.380 empleados -680 de ellos salieron con un ERE-, ofreciéndoles prejubilaciones al 80% de su nómina y bajas incentivadas voluntarias compensadas. La necesidad de aplicar medidas drásticas para resolver el problema del ladrillo y rentabilidad condujo al Popular a recortar a su vez un 17% la plantilla, con salidas de casi 2.600 empleados.

El Santander ha presupuestado 1.300 millones de euros brutos para costear la integración y confía en obtener ahorros anuales de 500 millones desde 2020. Según sus cálculos, la absorción del Popular le traerá un retorno sobre la inversión del 13-14% hacia ese mismo horizonte. En parte por el tijeretazo en la partida de costes, pero también alberga altas expectativas en la generación de ingresos porque el cliente vinculado del Popular contrata la mitad de productos.

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