Aseguran contrataciones en 2020

Cabify mete la tijera y rebaja un 7% la plantilla en su carrera por la rentabilidad

  • Recorta en más de 100 personas su equipo, hasta dejarlo en 1.300, entre salidas voluntarias y despidos en 2019. Sus rivales también sacan la tijera.
El CEO de Cabify, Juan de Antonio, se protege en el consejo.
El CEO de Cabify, Juan de Antonio, se protege en el consejo.
EFE

Cabify sacó la tijera en 2019 en su equipo global. La startup española, en manos del gigante japonés Rakuten y de otros fondos como Seaya Ventures, lo rebajó en más de 100 personas, entre salidas voluntarias y despidos. El objetivo: mejorar la operativa y acelerar la senda de la rentabilidad, mientras busca una nueva inyección de capital. La compañía lo achaca fundamentalmente al solapamiento tras la integración total que se ejecutó con Easy Taxi, la aplicación de taxis latinoamericana que compró en 2017.

Sus rivales ya han movido ficha. El gigante estadounidense Uber recortó en varias oleadas de despidos más de 1.000 empleos, un 2% de su plantilla global. Las salidas se centraron principalmente en su unidad del vehículo autónomo y en operaciones. La china Didi, que compite con la española en mercados como Mexico, anunció otro paquete que afectaría al 15% de la fuerza laboral hace casi un año. Y esta misma semana Lyft, la 'homóloga' de Cabify en EEUU, planteó casi un centenar en el marco de una remodelación más amplia.

La española también se movió, aunque sin una gran repercusión. Poco a poco, la plantilla se ha ido rebajando. Según las cifras confirmadas por La Información, el equipo se cerró con 1.300 trabajadores, lo que supone una rebaja de algo más de 100 respecto al año anterior. Es decir, más de un 7% de descenso de la carga laboral. Pese a que se trata de un número significativo, las previsiones de la compañía eran mayores. La intención era que se superara el 10%. Fuentes de la compañía aseguran que se trata de salidas "voluntarias e involuntarias", aunque no aporta la proporción entre ambas.

Las áreas más afectadas por estas reducciones son, por un lado, la financiera y el equipo directivo (management), que se quedan en menos de la mitad de los efectivos, según los mismos datos. Por otro, el de ventas y el de 'growth' (que está, básicamente, destinado al crecimiento del negocio) que se recortaron algo más de un 30%.

Fuentes oficiales aseguran que una "parte significativa" se deriva de la integración operativa de EasyTaxi, la aplicación de taxi de Latinoamérica, que adquirió para fusionarlo con sus operaciones en el continente. "Ahora concentra toda su oferta de conductores taxistas en la aplicación de Cabify", apuntan. Y añaden que prevén nuevas contrataciones este año 2020 de empleados para diferentes áreas, especialmente en tecnología, lo que supondrá generar "decenas de empleos netos".

Esta reducción de personal se dio en un contexto en el que la dirección de la empresa, liderada por el consejero delegado, Juan de Antonio, llamó a ajustarse el cinturón al equipo, con una congelación de todo tipo de gastos en diferentes áreas, al margen de la tecnológica. "Trabajamos para ser eficientes y para ser sostenibles a largo plazo; siempre estamos buscando la mejor manera de ajustar recursos", apuntaban. E insistían como ejemplo de estas medidas la huida de la guerra de precios surgida en Latinoamérica entre los grandes competidores.

En busca de un 'caballero blanco'

El objetivo claro es acercar al máximo la rentabilidad, en plena sacudida del mercado. Los fiascos de varias compañías que apostaron por una estrategia agresiva de crecimiento (y pérdidas) han despertado ciertos recelos entre los inversores de capital riesgo, que están exigiendo un horizonte de beneficios operativos para seguir inyectando capital. Bill Gurley, socio general del megafondo de Silicon Valley Benchmark, decía recientemente: "Entramos en una nueva realidad; si has recaudado más de 250 millones de dólares y no eres público, la presunción es que está perdiendo demasiado dinero y probablemente tenga unos 'units económics' [ingresos y beneficio por servicio o producto ofrecido] de mierda... y probablemente necesite hacer despidos". En el caso de Cabify, sigue 'quemando' dinero y sólo le quedan 15,5 millones en caja, por lo que necesita un inversor.

Ese inversor aún no ha llegado. El gigante Rakuten, que controla el 40% de las acciones, se resiste a seguir financiando, mientras ha ido saliendo de algunas de sus inversiones en este sector (vendió la asiática Careem a Uber y busca salir también de Lyft, donde se apunta pérdidas importantes por la caída en bolsa). Y, pese a los esfuerzos, aún no han conseguido cerrar una ronda, donde buscan poner en valor los números de España, con Ebitda positivo y un crecimiento significativo. Este mercado representa casi el 50% de todos sus ingresos. Pero hay que recordar que la última valoración de 1.400 millones de dólares se fijó con la expectativa de un fuerte crecimiento en Latinoamérica.

Mientras todo esto sucede, la posible salida a bolsa sigue en el horizonte, aunque ha perdido fuerza. Su propio consejero delegado, Juan de Antonio, reconoció a La Información en el podcast 'Una moneda al Aire' que la OPV es "una de las opciones que hay encima de la mesa, no es una necesidad". ¿Y la venta? El consejero delegado, Dara Khosrowshahi, aseguró hace un par de semanas que la consolidación "tiene que suceder", refiriéndose más al sector de la comida a domicilio. La española ya rechazó una oferta de compra de casi 2.000 millones de euros en 2018.

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