En pleno crecimiento

Casas modulares y crisis de vivienda: más verdes y rápidas, pero sólo el 1% del sector

La construcción industrializada promete aportar una solución a la crisis de vivienda, acelerando la velocidad de construcción, aunque el sector se ha visto frenado por las dificultades en la financiación.

¿Qué diferencia a las casas modulares de las casas prefabricadas?
Casas modulares y crisis de vivienda: más verdes y rápidas, pero sólo el 1% del sector.
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La fórmula mágica para acabar con la crisis de vivienda está en la fábrica. Así lo han estado prodigando promotores, constructores y administraciones públicas durante el último Congreso Nacional de Arquitectura Avanzada y Construcción 4.0 celebrado en Ifema la última semana. Los expertos prometen construir casas modulares que pueden acelerar tiempos y construir más rápido, superando las 80.000 viviendas anuales que se construyeron en 2023, además de hacerlo de forma más sostenible y atajar el problema del relevo generacional entre los profesionales de la construcción, ofreciendo puestos de trabajo de mayor calidad y dando entrada a más mujeres en el sector.

A pesar de todas estas bondades, la construcción en España se sigue haciendo, en un 99% de los casos, sobre el terreno. El Clúster de Edificación apuesta que la cuota de construcción industrializada puede ascender hasta un 40% en 2030, pero para ello tendrá que superar obstáculos como el rígido préstamo promotor, ya que, si el proyecto no está anclado en el terreno, no se puede tomar como garantía hipotecaria, lo que dificulta la financiación de la construcción industrializada y lastra su escalabilidad.

Entidades bancarias, aseguradoras, tasadoras y promotores están intentando dar con la tecla jurídica que les permita escalar el proceso. “Espero que este año avancemos en la definición de fórmulas que nos permita financiar el crecimiento”, aseguró durante la celebración de la feria el consejero delegado de Aedas Homes, una de las grandes promotoras cotizadas del sector residencial y la única con inversiones realizadas en la construcción industrializada.

"Movilizar el crédito para poder fabricar" 

“Si no encontramos una solución para movilizar el crédito para poder fabricar, el modelo no va a escalar”, reflexionaba durante el congreso Josep Oriol Forner, director de negocio y producto promotor de CaixaBank, afirmando que, hoy por hoy, el marco jurídico español “no permite la financiación de construcción fuera de obra, como si lo hace en otros países europeos como Alemania y Francia, además de los países nórdicos.

El sector está analizando fórmulas que permitan que, aquello que se está construyendo en la fábrica y todavía no ha llegado a la obra, no sea un bien de la propia empresa fabricante y cuente como tal en, por ejemplo, un proceso concursal. La respuesta puede estar en el derecho naval. “En la industria naval, el astillero arma el barco para una naviera, estamos investigando por si podemos aprovechar algo de allí”, apunta Martínez, quien subraya que la aparición de grandes obstáculos es algo esperable.

“Estamos asistiendo a la creación de una nueva industria desde cero”, insiste el directivo, que describe que la construcción está evolucionando de vender un servicio a un producto, algo que dará más garantías y un precio cerrado, frente a los inconvenientes e imprevistos que suelen retrasar las obras.

A vueltas con el Código Técnico de Edificación 

Otro obstáculo a sortear para impulsar la construcción industrializada en España se encuentra en el Código Técnico de Edificación. Los profesionales también aseguran echar en falta un marco normativo adaptado al modelo que facilite y agilice los trámites para su implantación de forma generalizada. “En todos los países en los que la industrialización ha crecido es porque el Estado lo ha impuesto”, ha alegado director de Producto e Innovación de la promotora residencial Neinor Homes, Lucas Galán, señalando que la administración ha de empujar el tejido industrial de la construcción “legislando y facilitando su implementación”.

Por ahora, el consejero de Vivienda, Transporte e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Jorge Rodríguez Domínguez, ha anunciado la construcción de un hub de construcción industrializada en España, con un impacto en el Producto Interior Bruto (PIB) regional de entre 500 millones de euros y 1.000 millones de euros. Además, apuntó a la creación de incentivos fiscales y financieros para desarrollar una nueva economía alrededor del modelo.

Además, el sector defiende que el uso de módulos para la construcción todavía deja margen al diseño y la singularización de los hogares, a pesar de la construcción en cadena, tal y como ya sucede en la industria del automóvil. “Aunque la construcción por módulos es más compleja, es posible incorporar sistemas hidráulicos, baños, o aislamientos térmicos sin perder la personalización”, ha defendido el director técnico de la constructora portuguesa Grupo Casais, Miguel Pires, señalando que la construcción industrializada puede ir más allá que para el build-to-rent.

Por ahora, entre las grandes promotoras que han apostado por la construcción industrializada se encuentra Aedas Homes, mientras que otras de las grandes compañías cotizadas del sector siguen sin realizar una apuesta clara por la disciplina. Junto a ella se encuentra el grupo Avintia, que puso en marcha una división de construcción industrializada en 2020 con una fábrica en Aranda del Duero (Burgos).

Junto a ellas también están Vía Ágora, la promotora de Juan Antonio Gómez-Pintado, que además de contar con una empresa de construcción industrializada, en el último año ha sumado a su cartera una compañía especializada en gestión forestal, bajo el nombre de Lignum Tech Forest, para utilizarla como materia prima en la construcción de sus casas modulares.

En España, este material apenas supone un 1% de la edificación (la misma tasa que la construcción industrializada), pero se presenta como una alternativa más sostenible frente al hormigón o el acero. Sin embargo, los costes de materiales de construcción en madera maciza industrializada resultan más costosa si no se tiene en cuenta todo el ciclo de vida del edificio y su huella de carbono.

En Bruselas se está fraguando la nueva legislación que promete colocar una alfombra roja al uso de la madera. El material cuenta con una huella de carbono negativa, es decir, que la fabricación del producto almacena más carbono del que emite, por lo que puede rebajar las emisiones del real estate europeo, responsable de un 36% de los gases de efecto invernadero del continente.

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