Commerzbank, el segundo mayor banco comercial de Alemania, ha lanzado esta mañana un 'profit warning' o advertencia de que sus resultados de 2020 van a ser peores de lo previsto inicialmente y pasan por unas fuertes pérdidas ante los deterioros y costes de reestructuración generados por la crisis de la Covid-19. La entidad con sede en Fráncfort del Meno confirma los puntos clave de su estrategia hasta 2024, que dará a conocer junto con las cifras completas de resultados el próximo 11 de febrero.
La entidad parcialmente nacionalizada (el Gobierno mantiene una participación ligeramente superior al 15% desde la pasada crisis financiera que lo convierte en principal accionista) sitúa sus pérdidas el pasado ejercicio en el entorno de los 2.900 millones de euros, frente a los beneficios de 585 millones de euros que registró un año antes, de acuerdo con las cifras preliminares que ha hecho públicas.
Los resultados incluyen los 800 millones de euros en gastos de reestructuración y otros 1.500 millones de euros en deterioros del fondo de comercio. La entidad planea seguir adelante además con su proceso de digitalización -espera dar pasos importantes al respecto a lo largo de este ejercicio- en un proceso que ya no tiene marcha atrás para la banca europea, y que se ha visto acelerado necesariamente con el estallido de la pandemia.
El prestamista ha confirmado además que entre los puntos clave de su estrategia estará la reducción de alrededor de 10.000 puestos de trabajo -la medida afectará a uno de cada tres empleados- y el cierre de cientos de sucursales, que pasarán de las actuales 790 a 450. "Nuestra nueva estrategia crea los requisitos previos para un Commerzbank rentable de manera sostenible", ha asegurado el Director Ejecutivo, Manfred Knof, a través de un comunicado.
Tras las recientes fusiones anunciadas entre Caixabank y Bankia y entre Unicaja y Liberbank, los expertos del banco de inversión estadounidense JP Morgan situaban al Commerzbank entre los candidatos a fusionarse con el Banco Sabadell, junto al italiano Banco BPM, al francés Société Générale y al holandés ABN Amro para una de las primeras grandes fusiones paneuropeas. Ha sido después de la experiencia fallida en 2019 en Alemania con el Deutsche Bank. Los directivos de la entidad sí se han mostrado sin embargo partidarios de esas operaciones a gran escala en el Viejo Continente, como las que ha venido recomendando el propio Banco Central Europeo (BCE).
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