Botín ofrece a la banca para apoyar las "ayudas directas" que ultima Sánchez

Tras el éxito de los créditos ICO, la banca pide la vez para ayudar al Gobierno con las "ayudas directas" que prepara para ayudar a empresas en problemas. La propia Ana Botín, presidenta de Banco Santander, ha señalado este miércoles en la rueda de prensa de presentación de resultados de 2020 que el Ejecutivo ha sido muy rápido en las medidas que se han puesto sobre la mesa para limitar el impacto de la Covid-19 a nivel financiero. En cambio, ha recordado, siguiendo la misma opinión que el Banco de España (BdE), que pymes y autónomos "necesitan apoyos que van más allá del crédito". "Me consta que se está evaluando ayudas directas y esto es algo en lo que sí podemos ayudar", ha señalado.

Esta medida, adelantada por La Información, persigue que las compañías que sean viables pero no puedan seguir endeudándose reciban una ayuda pública que les permita salir de los problemas de liquidez y solvencia que ha causado la Covid-19. Botín ha querido destacar la labor de la CEOE, que ha estado "en contacto directo con el Gobierno", para poder trasmitir las propuestas del sector empresarial y conseguir medidas para salvar esta difícil situación.

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"Los objetivos son comunes y a veces nos gustaría que el camino fuera diferente", señaló, para recordar que en términos absolutos España es uno de los países que menos ayudas ha dado, "por una responsabilidad fiscal". Por ello cree que con estas ayudas directas que se plantean desde el Ejecutivo "se va a valorar dar un paso más" que ayudará a las compañías. "Que trabajemos de forma coordinada en Europa para apoyar a esas empresas viables es fundamental porque es lo que nos va a ayudar a que la recuperación sea más rápida", ha recordado Botín. "Los bancos hemos sido parte de la solución", ha recordado en referencia a los créditos ICO, por lo que ofrece el pulmón de la entidad para ayudar con ello. 

No contempla fusiones 

Más allá de esto, Botín ha destacado que Santander no contempla participar en la nueva ola de fusiones en España ni en Europa, si bien ha reconocido continuar mirando oportunidades en el negocio digital. En este sentido, la entidad cántabra acaba de cerrar la operación de Wirecard y en 2020 hizo lo propio con su participación en la tecnológica Ebury. 

"Tenemos mucha capacidad de crecimiento orgánico, tenemos la escala, y en Europa estamos usando la escala que ya tenemos de manera conjunta", ha destacado Botín. Esta estrategia también ha sido utilizada, de acuerdo con sus palabras en otras regiones en las que están presentes, como Norteamérica. En concreto, en este sentido, "hemos conseguido crecer los ingresos entre México y EEUU en un 30%". De hecho, Botín considera que el mercado estadounidense es clave para la entidad. 

Con respecto a los datos en España que le dan la opción de descartar las fusiones, Botín ha reseñado que tienen una cuota de mercado de alrededor del 20%, "es más que suficiente", ya que les aporta una "buena posición para competir". En la presentación a analistas e inversores celebrada este mismo miércoles, la presidenta del banco ha precisado que para que se dieran oportunidades en Europa "harían falta cambios regulatorios", algo que desde el sector se lleva pidiendo tiempo. Del mismo modo, también ha descartado desinversiones en el corto plazo. 

Botín le desea suerte a Orcel en Unicredit

La presidenta de Banco Santander ha evitado pronunciarse sobre el conflicto judicial que mantiene la entidad con Andrea Orcel por su fichaje fallido hace casi tres años. Al ser preguntada por la posibilidad de llegar a un acuerdo antes de que se celebre el juicio el próximo mes de marzo y tras el fichaje del italiano como CEO de Unicredit, Botín ha evitado responder y se ha limitado a desearle "suerte" en su nuevo puesto. 

El próximo 10 de marzo, Botín deberá acudir, si no hay un acuerdo previo, a los juzgados de Plaza de Castilla para declarar como testigo en el procedimiento en el que Andrea Orcel le solicita al banco hasta 112 millones de euros -que podrían ser rebajados hasta el entorno de los 60 millones- por los daños que causó la marcha atrás de Santander a la hora de ficharle como segundo espada del banco en 2018.