Desplome del mercado del petróleo

Competencia analiza con lupa los precios de las gasolinas pero no ve manipulación

El consumo de carburantes se situó en marzo en niveles de 1999.
El consumo de carburantes se situó en marzo en niveles de 1999.
EP

La sentencia tiene ya ocho años, pero se mantiene fresca como el primer día en la opinión pública: las gasolinas suben de precio como un cohete cuando sube el petróleo y caen como una pluma cuando el crudo baja. Lo dijo la extinta Comisión Nacional de la Competencia (CNC) en el año 2012 y sigue marcando la vigilancia que ejerce la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) sobre el mercado de carburantes. En las últimas semanas, el hundimiento sin precedentes de los precios del petróleo ha acentuado la vigilancia del supervisor. El informe mensual de distribución de carburantes de marzo, que se publicará esta semana, no detecta manipulaciones en el mercado.

Competencia vigila con atención los precios de gasolinas y gasóleos ya desde finales del pasado año, cuando observó -informe de supervisión de diciembre de 2019- que los márgenes brutos promedio de los carburantes en España eran superiores  "al indicador correspondiente de la UE-6 [los países más relevantes] en 3,5 céntimos de euro el litro para la gasolina 95 y en 6,4 céntimos-litro para el gasóleo A". Nada demasiado alarmante.

Pero desde diciembre y por diversas causas, todas ellas agravadas por la pandemia y el parón de la economía mundial, el petróleo se ha desplomado. Ha marcado mínimos de dos décadas y ha perdido tres cuartas partes de su cotización en apenas unas semanas. Con los precios del barril en caída libre, la pregunta más extendida entre los consumidores es por qué no sucede lo mismo con los carburantes.

Los precios de gasolinas y gasóleos sí han bajado. Incluso han bajado mucho, hasta niveles desconocidos en cuatro años. Pero nada que ver con el precio del barril de crudo, que está en los años 90. Según el Boletín de Precios de Hidrocarburos de la UE, el litro de gasoil, con impuestos, en España se situaba este mes en 1,037 euros de media, un 16% menos que a comienzos de año.  En la gasolina, también ha habido caídas de en torno al 15%.  

Petroleras, empresarios de gasolineras y  las fuentes consultadas en el supervisor coinciden en la explicación de por qué los precios del petróleo y de los carburantes no se mueven al unísono, ni con la misma intensidad. Explican que gasolinas y gasóleos tienen su propio mercado internacional, al por mayor y en dólares. En el caso de España los mercados de referencia son el del Mediterráneo y el del Norte de Europa. Además, aseguran, el precio del petróleo, supone menos del 37% del total. El resto son impuestos -en torno 50%- y costes de logística. Los márgenes son lo de menos, añaden.

El secretario general de la Asociación Española de Vendedores al Por Menor de Carburantes y Combustibles (AEVECAR), Víctor García Nebreda, justifica la situación de precios en las compras realizadas semanas atrás, con el petróleo más caro, y en la falta de demanda por el confinamiento. En la semana del 19 de abril, según datos de la Corporación Logística de Hidrocarburos (CLH), las salidas de gasolinas se situaron un 81% por debajo de la misma semana del año anterior y las de Gasóleo A un 55%.

El nivel de consumo de combustibles de automoción en marzo se situó en marcas de 1999, de acuerdo con las estadísticas de Cores (1,7 millones de toneladas). El parón de la demanda y la inclusión de las gasolineras -en torno a 12.000- en la lista de servicios esenciales amenaza la supervivencia de las estaciones de servicio independientes. "El sector va a salir (de la actual situación de confinamiento) muy tocado" concluye García Nebreda.

El mercado está revuelto. El desplome del crudo puede ser coyuntural, pero buen número de expertos considera que el sector petrolero se enfrenta, como poco, a un descenso continuado de la demanda. La inestabilidad afecta a los planes de las grandes compañías, que hace tiempo giraron el timón hacia alternativas verdes. En España, Repsol y Cepsa, tienen que rehacer sus planes estratégicos. BP -775 gasolineras en España-mantiene los planes "a largo plazo", en el horizonte de 2050, orientados a lograr la neutralidad en carbono, según señala el portavoz de la compañía en España. A corto plazo, el objetivo es "mantener el empleo" de cerca de 1.000 trabajadores.

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