La petrolera litiga con los chinos por la compra de Talisman en 2015

El dilema chino de Repsol con Sinopec: socios en Brasil y rivales en Reino Unido

Sede de Repsol
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REPSOL - Archivo

La petrolera Repsol tiene ante sí un dilema. Chino. La compañía se alió en el año 2010 con la empresa estatal china de petróleo Sinopec en Brasil, a la que vendió el 40% de su filial en el país.  Cinco años después, Repsol  compró la compañía canadiense Talisman Energy en una operación valorada en más de 10.000 millones de euros. Repsol informó de la compra a su socio chino porque Sinopec -y su filial Addax Petroleum-participaban desde el año 2012 en una filial de Talisman en Reino Unido llamada Tseuk -Talisman Energy UK- . Sinopec, según fuentes al tanto de la operación, no puso inconvenientes a la operación...hasta unos meses después - junio de 2016- cuando presentó una demanda arbitral contra Talisman-Repsol por 4.883 millones de euros.

El resultado del enfrentamiento para Repsol es doble: un golpe económico y un dilema. El golpe ha llegado al tener que provisionar 837 millones en sus cuentas tras perder uno de los laudos planteados por Sinopec; el dilema consiste en resolver cómo trabajar hombro con hombro con una compañía compleja, estatal, con otra cultura empresarial, que es a la vez un aliado valioso en Brasil y un feroz litigante en los tribunales por intereses en Reino Unido.

Oficialmente, Repsol explica que los arbitrajes entre los dos socios no han influido en absoluto en la actividad de las empresas. "Trabajamos profesionalmente y gestionamos los negocios en interés de las sociedades, con buenos resultados en los últimos años". Tanto en Reino Unido como en Brasil. Otras fuentes conocedoras de la situación explican, sin embargo, que la petrolera española no olvida que, al valorar los activos de Talisman para su compra, Sinopec no puso ningún inconveniente y esperó al cierre de la operación para acudir a los tribunales. La razón, sostienen, es que Sinopec vio en Repsol una garantía de cobro en sus reclamaciones por la filial británica de Talisman.

Demanda "infundada"

En 2016 Repsol usó un lenguaje duro para calificar la demanda de su socio. La tildó de "infundada" porque "no refleja la actitud leal que se debe esperar de un socio que, casi tres años después de invertir en Tseuk, con participación plena en su gestión y aprobando todas las decisiones que se tomaban en el seno de la sociedad participada, sin haber manifestado queja o preocupación, inició una vía legal para pretender obtener una ventaja ilegítima en interés propio”. 

El lenguaje actual es más suave. Porque la cuestión ahora, señalan fuentes internas consultadas en la compañía, es cómo darle la vuelta a la tortilla de las relaciones entre ambas partes, de forma que no sean los pleitos pasados y presentes los que contaminen el negocio con el grupo chino, sino que sean los buenos resultados los que suavicen los roces que han sacado chispas en los tribunales de arbitraje.

El asalto ganado por Sinopec y su filial Addax a Repsol ha dado un mordisco de 837 millones a las cuentas de la petrolera. Pero la cuantía en disputa es más abultada. Addax y Sinopec pedían, para el caso de que sus pretensiones fueran estimadas en su totalidad, una cifra aproximada de 4.800 millones de euros. Esa cantidad responde al importe de su inversión inicial en Tseuk y también las pérdidas de oportunidad que pudieran haberse producido.

Primer laudo de 2017

El caso viene de atrás. En 2017 el Tribunal Arbitral emitió en 2017 un primer laudo parcial en el que rechazó las reclamaciones de Addax y Sinopec basadas en el incumplimiento de las garantías contractuales. Igualmente, decidió dividir el procedimiento en dos fases: en la primera resolvería sobre responsabilidad y en la segunda, sobre la cuantía de las responsabilidades que se determinaran. El segundo asalto ha acabado. Pero la pelea continúa.

Sinopec contra Repsol...y Repsol contra Sinopec. Además de defender sus posiciones ante la reclamación por la compra de Talisman, Repsol comenzó en 2017 otro arbitraje contra el grupo chino para reclamar una indemnización por los perjuicios que pudiera sufrir como consecuencia de cualquier decisión adversa en el arbitraje. El procedimiento  se fundamenta en la conducta de las empresas chinas -Sinopec y filiales- frente a Repsol en los meses previos a la adquisición de Talisman.

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