La energética E.on ha multiplicado casi por dieciséis su beneficio neto en el primer semestre hasta los 2.548 millones de euros en relación al mismo periodo de hace un año, en el peor momento de la pandemia de coronavirus. El aumento de las ventas de gas, coincidiendo con la ola de frío en Europa, y la reducción de costes en el Reino Unido han sido los principales responsables de esta mejora.
La facturación de la compañía germana se ha incrementado un 8% hasta los 33.000 millones de euros y el beneficio operativo lo ha hecho en un 181% hasta los 3.854 millones. En la cifra de beneficio del año pasado está ajustada la transacción de venta de la empresa de renovables Innogy a RWE.
La compañía ha explicado que han aumentado las ventas de gas porque el clima ha sido más frío este año y se ha incrementado el consumo de energía en Europa. Además y en lo que va de ejercicio las repercusiones económicas de la covid-19 no han sido tan elevadas como el año pasado.
El acuerdo del Gobierno de Angela Merkel y los operadores de centrales nucleares en Alemania a finales de marzo también ha tenido un efecto positivo en el resultado de PreussenElektra, que gestiona las estaciones nucleares en Alemania. E.on ha restaurado casi completamente el servicio de electricidad en las áreas afectadas por las tormentas e inundaciones en Alemania a mediados de julio.
El consejero delegado, Leonhard Birnbaum, destacó al presentar las cifras la importancia de "una infraestructura fuerte y robusta". La catástrofe ha servido de "recuerdo doloroso de la importancia primordial de una infraestructura de energía fiable y resistente", según el consejero delegado de E.on. Por ello Birnbaum instó a los legisladores alemanes a acelerar el proceso de concesiones y establecer tasas de rentabilidad de las inversiones razonables en las redes de energía.
Mejora notable de previsiones para el conjunto del ejercicio
Una infraestructura fuerte y fiable requiere una financiación sólida y un marco regulador competitivo internacionalmente para movilizar el capital necesario, según Birnbaum. Alemania necesitará inversiones de más de 110.000 millones de euros en infraestructura de redes de distribución hasta 2050, según cálculos de E.on y la Universidad de Aquisgrán.
Los nuevos objetivos de Alemania respecto al clima acelerarán la necesidad de estas inversiones. E.on ha revisado al alza sus pronósticos de beneficio para este año y prevé un resultado operativo antes de extraordinarios de entre 4.400 y 4.600 millones de euros (antes entre 3.800 y 4.000 millones de euros) y neto de entre 2.200 y 2.400 millones de euros (entre 1.700 y 1.900 millones de euros. El consejero delegado, Leonhard Birnbaum, ha confirmado sus promesas de dividendo y espera que la retribución a los accionistas aumente hasta un 5% anual de aquí a 2023.
