Superada la sacudida en la gobernanza, aunque aún con el reto de encajar la pieza de Escribano en el consejo de administración, Indra afronta unas semanas clave para su futuro con más tensión en la cúpula ejecutiva. La salida del responsable financiero de la empresa, Borja García-Alarcón, apunta a una presión creciente en los equipos directivos liderados por el consejero delegado, José Vicente de los Mozos. Esta podría no ser la única salida entre ejecutivos, más allá del comité. El grupo debe ahora fichar a un sustituto en tiempo récord para llegar a tiempo al ‘Capital Markets Day’ en marzo.
El ambiente en la cúpula directiva se ha enrarecido progresivamente en los últimos meses, según explican a La Información diversas fuentes conocedoras de la situación. Y una de las claves es precisamente ese plan estratégico y los números que lo sustentan. Aunque no es el único asunto que ha generado choques a diversos niveles, esa hoja de ruta ha dado paso a varias visiones dentro de los despachos nobles del grupo: quien está a favor de desprenderse de manera casi total de Minsait y quien defiende la opción de mantenerlo prácticamente en su integridad en la estructura. Ese debate interno ha ido ganando intensidad conforme se acercaba la fecha para tener listo un primer documento y se sucedían las reuniones al más alto nivel.
La salida del responsable financiero se enmarca en ese contexto. García-Alarcón era, junto con Luis Abril (responsable de Minsait), de los pocos que no sintieron la sacudida ejecutada por De los Mozos en el comité de dirección. Una sacudida con la que tomó el mando de control atribuyéndose plenos poderes en el negocio de defensa -toda su experiencia ejecutiva ha estado vinculada al sector del motor en Renault- y relegando al veterano directivo especializado en este área, Manuel Escalante. En este tiempo ha tenido que entenderse con el ‘número 2’, Borja Ochoa, que fue colocado como adjunto. El jefe de las finanzas mantuvo su puesto pero finalmente ha decidido salir incluso sin presentar el plan estratégico en el que él mismo, junto con el resto de directivos, lleva trabajando desde hace meses.
Según explican varias fuentes, la del García-Alarcón podría no ser la única salida que se produzca en los próximos meses entre los directivos, también entre quienes salieron en esa reorganización del comité. En esa gestión del área de defensa, el que fuera alto directivo de Renault ha ido eligiendo a colaboradores cercanos de su etapa en Renault cuya experiencia en el ámbito de la tecnología aérea y de defensa es en cierta manera limitada, algo que habría generado fricciones internas. Como avanzó La Información, reclutó como jefe de ingeniería a José González-Para, que hasta el pasado año era el director de Ingeniería de Producto del fabricante de vehículos en España. Y hoy debe entenderse con Miguel Ángel Morell, responsable tecnológico (CTO) y con el propio Borja Ochoa.
También incorporó a Ana Belén González Benganzones para ser directora de Compras y Operaciones, que ha pasado a ocupar el puesto de Luis de León, que era el responsable de operaciones y que se había incorporado en 2022 procedente de Ruag Space -fue cesado con la justificación de una simplificación de estructura-. González ha ocupado puestos vinculados a compras lejos del sector de la defensa y centrada en el grupo Renault desde principios de los 2000. Por último también se incorporó a José Alberto Fernández como Jefe de Seguridad. Había ocupado un puesto similar en Valladolid en el grupo francés de automoción. Fue encajado por encima de Manuel López Rentero, que era quien se encargaba de la seguridad de la división de Sistemas (defensa) como del resto en los últimos años.
Sea como sea, en el corto plazo, el grupo debe afrontar la designación del que sería el tercer responsable financiero en dos años. Y esta elección sería a contrarreloj, pues el Capital Markets Day es en cuatro semanas. Mientras tanto, la fase final del plan estratégico se llevará a cabo con un responsable financiero de salida, cuyo destino profesional -la empresa siderúrgica Celsa, rescatada por los fondos- ya se ha hecho público. Lo lógico es que haya un nombramiento antes de que acabe febrero para presentarse ante los analistas con un sustituto claro. Lo único que dejaba claro el hecho relevante en el que se anunció es que se anunciaría “próximamente” la persona elegida sin que se dieran plazos.
¿Y en el consejo?
Esta mayor tensión en los equipos directivos se produce después de que la gobernanza se encauzara tras la sacudida vivida en la junta general de accionistas de 2022 con un golpe de mano de Amber, Sepi y Sapa y que implicó la salida -por dimisión o cese- de la práctica totalidad de consejeros independientes de la anterior etapa. Tras una investigación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre el acuerdo a tres bandas en aquella asamblea y algunos gestos como la eliminación del voto de calidad del presidente no ejecutivo, Marc Murtra, ahora el foco está en la reconstrucción de la cúpula, especialmente tras la salida del CFO.
Mientras todo esto sucede sigue estando aún pendiente la entrada de Escribano en el consejo de administración, que implicará también una cierta sacudida en esa gobernanza. Como avanzó La Información, la empresa madrileña de defensa ha optado por apurar plazos para reclamar su sillón en el órgano de decisión, lo que ha sido interpretado internamente como un cierto voto de confianza. Hoy hay 16 sillones ocupados, por encima de la recomendación de la CNMV. La entrada del fabricante implicaría cambios en los repartos para mantener al menos una igualdad con los representantes independientes.
