Recta final del Estatuto del Consumidor Electrointensivo

Industria rebajará hasta un 85% parte de los costes eléctricos de la gran empresa

  • Ribera y Maroto aprueban tres medidas para reducir la factura energética del sector industrial con un modelo similar al de Francia y Alemania.
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Tras más de año y medio de reuniones, contactos, presiones, quejas y manifestaciones, los ministerios de Industria y de Transición Ecológica han cerrado la norma que va a abaratar la factura energética de las grandes empresas e industrias. El secretario general de Industria, Raúl Blanco, detalló en el VIII Simposio Empresarial de Funseam, las tres medidas principales del Estatuto del Consumidor Electrointensivo que se va a aprobar en un próximo Consejo de Ministros, probablemente este mes. El Estatuto, que cuenta con el visto bueno de Bruselas, prevé reducciones de hasta el 85% en los cargos -la parte fija del recibo- que pagan las empresas para financiar las renovables y la producción eléctrica extrapeninsular. Además, industria y empresas tendrán compensaciones en los costes indirectos del CO2 -que saldrán de los presupuestos generales- e incentivos para contratar energía a largo plazo.

El Estatuto es una reclamación permanente de  la gran industria electrointensiva, para la que los costes energéticos suponen entre el 25% y el 75%. La presión para que el Gobierno apruebe medidas similares a las de países como Francia o Alemania ha sido intensa, sobre todo en las zonas más afectadas por cierres, expedientes de regulación y ventas como Asturias o Galicia. Empresas como Alcoa, Cemex, La Naval, Isowat o Vestas han señalado a los costes energéticos como responsables de buena parte de sus dificutades.

Para el Gobierno de Pedro Sánchez, las reclamaciones de las grandes empresas e industrias no solo son causa desgaste político. La industria electrointensiva, como recordó el secretario de Industria en el encuentro de Fuseam, factura 107.000 millones de euros, emplea a 220.000 personas y supone un 12% del producto interior bruto. Son datos a tener en cuenta en un contexto en el que se han ido reduciendo progresivamente las ayudas, más o menos declaradas,  y en el que los precios de la electricidad para la gran empresa se han situado por encima de los de países competidores como  Francia o Alemania, según reconoció Blanco.

Aprobación de Bruselas

Para cerrar el nuevo Estatuto, los ministerios de Teresa Ribera (Transición Ecológica) y de Reyes Maroto (Industria) han tenido que negociar entre sí, con la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), con la Dirección de Competencia en Bruselas y con las grandes asociaciones empresariales e industriales como AEGE, Unesid, Aspapel etc. Según Blanco, el Estatuto cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea, que había sido muy crítica con las medidas de apoyo y subvenciones que han funcionado tradicionalmente en España.

Con el nuevo plan, desaparecen prácticamente las llamadas subastas de interrumpibilidad,  gracias a las cuales, las industrias percibían pagos a cambio de su disposición a desconectarse de la red en caso necesario, tanto por razones operativas como económicas. Las subastas llegaron a inyectar en la industria más de 500 millones de euros al año. La última celebrada en 2019, sin embargo, apenas aportó 4,4 millones de euros a las empresas, lo que soliviantó a algunos sectores.

Ahora, los mecanismos de apoyo cambian. Las empresas e industrias podrán tener descuentos en la parte fija del recibo y compensaciones por los costes indirectos del CO2. Seguirán aportando, eso sí, la parte de la factura que se destina a enjugar la deuda eléctrica. El apoyo a la industria tendrá que tener respaldo presupuestario y no serán los usuarios domésticos de electricidad los que financien las rebajas a la factura empresarial. Al menos no vía tarifa. 

Desplome de consumo

La aprobación del nuevo Estatuto coincide con el desplome en la demanda de electricidad de los grandes consumidores.El consumo de electricidad de las grandes compañías , comercios e industrias, cayó en diciembre del pasado año un 5,6%. En el conjunto del año, según los datos del operador del sistema Red Eléctrica de España, el indicador global de consumo cayó un 4,6%, pero en la industria la caída interanual alcanzó el 9,2%. Es "el mayor retroceso interanual" desde que se viene elaborando el indicador en el año 2010", según REE.

Los datos de cierre de diciembre indican los sectores en los que la actividad se está enfriando hasta extremos preocupantes. El índice de REE estima que el frenazo del consumo en la metalurgia el pasado año llegó al 13,2%. En la automoción fue del 10,5% y en el refino se situó en el 17,5%. Es el podium de la caída, una pista de cómo se están comportando sectores clave para la economía y para el empleo en un contexto de enfriamiento y de incertidumbre en lo político.

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