El futuro de las redes móviles ultrarrápidas

La lenta revolución del 5G: de la menor demanda de casos de uso a la inversión

Reguladores como la CNMC y algunas compañías de países más avanzados en los despliegues avisan de que la demanda de servicios tecnológicos avanzados basados en estas redes es aún “baja”.

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La lenta revolución del 5G: de la menor demanda de casos de uso a la inversión.
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Las redes ultrarrápidas 5G estaban llamadas a ser todo un terremoto tecnológico. Su gran rapidez y su veloz tiempo de respuesta las convierten en un ‘caramelo’ para servicios tecnológicos de última generación que llevan años en el horizonte, pero que aún no han explotado: desde la realidad aumentada y virtual o el coche autónomo. La demanda de estos casos de uso sigue siendo limitada y así lo refleja la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y algunas operadoras relevantes del sector. Esto también ha llevado a una cierta ralentización en la inversión, sobre la que ya han alertado algunos de los grandes proveedores de red como el gigante nórdico Ericsson.

Esta nueva infraestructura tenía un objetivo claro: los servicios empresariales. Al margen de un incremento evidente del tráfico móvil, la subida de la velocidad de descarga no era un ‘game changer’, una característica que sacudiera el uso del consumidor final. Todas las miradas se dirigían a las compañías. Sin embargo, pese a que los primeros despliegues sobre bandas de frecuencias altas se iniciaron hace más de un lustro, esos casos de uso siguen sin despegar. La propia CNMC lo avisa en un informe elaborado el año pasado pero que ha hecho ahora público: “El nivel de demanda es aún bajo y existe una sensación de ralentización en la disponibilidad de los nuevos servicios verticales, en parte provocada por las altas expectativas ligadas a la tecnología 5G anunciadas estos últimos años”.

El organismo, encargado de vigilar al sector de las telecos, deja claro que las funcionalidades mejoradas en cuanto a latencia -respuesta de la red a una llamada- y fiabilidad requieren la migración de la red ‘mixta’ actual -cuyo ‘core’ sigue siendo el de las redes 4G- a la ‘pura’ 5G, que supone un reto tecnológico importante para las operadoras. “Se prevé que la disponibilidad de los servicios mejorados 5G a escala comercial se dilate en el tiempo”. Telefónica lanzó su 5G 'pura' hace menos de un año. Orange lo hizo en febrero de 2023. Vodafone ha decidido desplegarlo pero sólo para empresas y pruebas piloto. La expansión es aún limitada. No son las únicas. En Europa ese avance más ralentizado también se da.

La inversión se ha ido acomodando a esta demanda menor de los servicios. La propia CNMC admitía que los operadores están “acompasando” sus inversiones en función del crecimiento del interés por estos servicios. No sólo en España sino en otros muchos mercados. Y la prueba es lo que ha venido comentando la cúpula ejecutiva de Ericsson, uno de los mayores proveedores de tecnología de red, en sus conferencias con analistas en los últimos trimestres. Esta compañía nórdica se encarga de instalar todo el equipamiento activo de las redes y las telecos son sus clientes. En los últimos trimestres han percibido un cierto freno -tanto ellos como su rival Nokia-.

El CEO del grupo sueco, Borje Ekholm, aseguraba hace un par de semanas en la presentación de resultados: “Nuestros clientes se mantiene cautelosos con sus inversiones; continuamos viendo el nivel de las inversiones insosteniblemente bajo, pero en realidad no podemos impactar eso en el corto plazo”. No quiso poner nombres y apellidos, pues salvo alguna excepción, es algo común. Pero sí que insistió en que se encuentran aún en “fases muy iniciales” de la construcción del 5G ‘puro’. “La mejora en el mercado estará al final en las manos de los clientes y esto sucederá cuando el tráfico crezca y los nuevos casos de uso puedan ser lanzados”, apostillaba.

Muchos casos de uso se han ido probando en diferentes proyectos piloto y en proyectos limitados con grandes corporaciones. Desde las redes privadas para grandes compañías, hasta la industria conectada. Telefónica ha lanzado 80 casos y entre los últimos están uno de logística inteligente para la empresa Würth, otro para formación en cirugía robótica y otro de experiencia inmersiva con el Atlético de Madrid. Vodafone también ha hecho lo propio con Aqualia, para la gestión eficiente del agua, o con Enagás, para las operaciones de mantenimiento con drones.

Pero en no pocos casos la infraestructura aún no está del todo preparada y tampoco los clientes. El coche autónomo sigue retrasándose, mientras que experiencias de realidad virtual y realidad aumentada no se han convertido aún en masivas, aunque compañías como Apple o Meta empujen. En Corea del Sur, la cobertura es la más elevada de todos los países desarrollados. SK Telecom admitía el año pasado que ese ecosistema de usos sigue sin estar totalmente maduro. “Vídeo en 3D, realidad virtual; coche autónomo, cirugía a distancia son ejemplos representativos pero que no se han convertido en masivos”, aseguraba en un informe elaborado el pasado año. En este sentido, cree que existe la combinación de varios factores como la menor disponibilidad de dispositivos, la poca madurez de la tecnología o la baja o ausencia demanda de mercado, junto con la regulación.

La duda: cuál será el acelerador

Desde el lado del consumidor, la incorporación del 5G primero, y del 5G+ ahora, se está haciendo poco a poco pero sin grandes cambios más allá del obvio incremento del tráfico móvil. La mayoría de compañías han decidido incorporarlo en sus tarifas sin coste adicional. En el bajo coste también lo tienen dentro de sus paquetes de conectividad. Esto ha llevado a los grupos a poner sobre la mesa otras líneas de ingresos como es la explotación de los datos de las redes, como OpenGateway, desarrollada por la patronal GSMA y liderada por Telefónica.

La clave es cuándo estos servicios serán masivos para que hagan efectiva la revolución del 5G. El propio CEO de Ericsson también advertía a los analistas que las operadoras no están necesitando una mayor capacidad a corto plazo por lo que se pueden ahorrar inversiones. ¿Cuál será el detonante? Él menciona desde la competencia a nuevos casos de uso hasta la actualización a 5G+ -con red ‘pura’ y no basada en 4G-. El ejecutivo no se atrevía a dar una fecha.

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