Ante un nuevo escenario

Moncloa descarta un conflicto con Arabia Saudí por la entrada de STC en Telefónica

Los grandes contratos inversores y comerciales que se mantienen con el país y su estrecha relación con Argelia y Marruecos desaconsejan ir más allá de una mera vigilancia como inversión estratégica mientras no supere el 10%

Corbeta a Arabia saudí
Moncloa descarta un conflicto con Arabia Saudí por la entrada de STC en Telefónica.
Europa Press

La entrada de la operadora Saudi Telecom Company en Telefónica parece haber sorprendido al Gobierno y a los propios directivos de la compañía española, pero no se contempla por ninguna de las partes que la operación pueda llegar a generar un conflicto económico o diplomático entre las autoridades españolas y las de Arabia Saudí. Fuentes cercanas al Ejecutivo aseguran que, por más que se trate de una compra estratégica e importante de una de las compañías españolas que más tecnología propia atesoran, la operación no se ha planteado en términos de enfrentamiento, por lo que se descarta por completo que, en este punto, se pueda generar un problema que llegue a las más altas esferas de ambos países.

Mientras la cúpula de Telefónica viaja a Riad para tomar contacto y dejar claro el devenir de su gestión con los nuevos socios, las autoridades españolas se han apresurado en remarcar su papel de vigilancia por tratarse de una empresa estratégica con riesgo sistémico para el país, pero incluso se ha llegado a tratar la operación como una señal de confianza en nuestras empresas y nuestra economía. El presidente del Gobierno confirmaba este miércoles que no tenía previsto ningún encuentro con el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman en la cumbre del G-20 de Nueva Delhi, algo que concuerda con la versión ‘amigable’ de la operación que se mantienen en algunas de las principales empresas públicas española con intereses en la zona y en varios ministerios.

Según la versión oficiosa, la noticia empezó a correr a última hora de la tarde de ayer entre los miembros del Gobierno y fue confirmada mediante una llamada de la propia operadora árabe a Moncloa, si bien otras fuentes empresariales en contacto directo con la economía árabe aseguran que, aunque la lógica del mercado apunta a que llevaban tiempo comprando acciones de Telefónica, la decisión final de llegar al 9,9% y anunciar su postura de forma amistosa se tomó de forma rápida el pasado lunes, y se ejecutó en 24 horas.

​Grandes contratos, Argelia y Marruecos

La compañía de telecomunicaciones del Reino de Arabia Saudí como primer accionista de Telefónica viene a incrementar las relaciones comerciales entre España y aquel país, donde se han realizado obras de coste millonario tan emblemáticas como el AVE entre Medina y La Meca (más de 6.700 millones de euros), las tres líneas de metro de Riad con un contrato de más de 6.000 millones de euros o las cinco fragatas que construye Navantia por 1.800 millones, de las que quedan dos por entregar, entre otras operaciones comerciales menores.

Los últimos datos del Informe Económico y Comercial de España en Arabia Saudita (actualizado en julio de 2023) marcan un stock de inversiones árabes en nuestro país de poco más de 1.000 millones de euros en 2021 -que ahora se verán incrementados con la operación de Telefónica-, frente a los apenas 600 millones que los inversores españoles allí. Eso sí, como uno de los principales suministradores de petróleo y sus derivados, España sufragó en 2022 una factura superior a los 5.116 millones en importaciones del reino saudí, frente a los casi 3.000 millones en exportaciones, en su mayoría derivadas de los grandes contratos antes mencionados.

Desde algunas de las empresas que operan cada día con Arabia, donde es el Gobierno (monarquía islámica) el que controla la práctica totalidad de la actividad económica, aseguran que un conflicto económico o diplomático entre ambos países por esta operación queda descartado además por la posición geoestratégica del reino árabe y sus estrechas relaciones política y comerciales con dos de los socios estratégicos de España en El Magreb, como son Argelia (nuestro principal suministrador de gas natural) y, sobre todo, Marruecos, que aunque sea enemigo de los argelinos, mantiene con Riad unas relaciones muy cercanas. 

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