Negociaciones en curso

Naturgy fija un colchón millonario para pagar con retraso el alza del gas de Argel

La gasista ha disparado provisiones un 30%, en buena medida, para responder de forma retroactiva al sobrecoste derivado de la revisión del contrato de suministro con Sonatrach.

Francisco Reynés, presidente de Naturgy, durante una cumbre de la CEOE
Francisco Reynés, presidente de Naturgy, durante una cumbre de la CEOE
Naturgy

Naturgy ha empezado a alimentar un colchón multimillonario para hacer frente, de manera retroactiva, al pago del sobrecoste derivado de la revisión del megacontrato de suministro de gas con la estatal argelina Sonatrach. Las condiciones del acuerdo de abastecimiento a través del gaseoducto Medgaz vencieron en enero. Sonatrach ha levantado la mano para exigir a su socio español una actualización del precio de exportación para ajustarlo a la revalorización que ha experimentado este combustible. Naturgy recibirá el impacto, como pronto, el próximo año.

La compañía que preside Francisco Reynés disparó sus provisiones un 30% en el primer semetre de 2022 respecto al mismo periodo del año anterior. En total, Naturgy reserva 1.490 millones de euros para hacer frente a posibles eventualidades. El grupo energético no ha detallado qué parte de las mismas se destinarán al escudo frente a los cambios del contrato argelino, pero sí ha confirmado que ha empezado a provisionar para este fin una cantidad acorde a sus proyecciones.

Dado que Naturgy deberá abonar a Sonatrach la diferencia acumulada desde el 1 de enero hasta que se cierre el nuevo precio, todo hace indicar que la partida destinada a este frente aumentará al cierre del ejercicio.  "Las negociaciones están aún en curso y no es posible determinar cuándo se cerrará el nuevo precio", aseguran a La Información fuentes oficiales de la gasista. Lo que sí dejan claro desde la compañía es que Argelia ha ratificado que cumplirá sus compromisos en materia de abastecimiento. 

Fuentes del Gobierno trasladan a este medio que, una vez cerrada la garantía de suministro en octubre de 2021, se abrió el plazo para que Naturgy acordase con Sonatrach la nueva horquilla de precios. Las mismas fuentes apuntan que un retraso en la puesta en marcha de dichas conversaciones fue lo que llevó a que la primera gasista española se viese sorprendida, en plenas negociaciones, por el estallido de la guerra de Ucrania y por el consiguiente agravamiento de la crisis energética.

Al caos en el mercado energético hay que sumar la ruptura por parte de Argelia del tratado de amistad con España, a raíz del viraje de Moncloa sobre el Sáhara Occidental debido a la alineación, el pasado marzo, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la postura de Marruecos, país que mantiene una profunda rivalidad con Argelia. El resultado, una olla a presión con la que Naturgy y, en menor medida, otras compañías como Cepsa se están visto obligadas a lidiar al actualizar sus acuerdos comerciales.

Argel ha respondido con contundencia -llegando a bloquear las operaciones bancarias con España- y Moncloa ha empezado a lamerse la herida. El titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, han sido los emisarios encargados de restaurar la cordialidad, o al menos intentarlo. "El suministro de gas está garantizado", insiste el Gobierno y la propia Naturgy. Pero no el precio. La revisión podría abrir un roto multimillonario a las energéticas que acabaría pasando factura a sus clientes, agravando la crisis inflacionista de la economía española.

Hay mucho en juego. El Gobierno fletó un Falcon con destino al aeropuerto militar de Argel hace unas semanas. En la aeronave viajaba un comité de técnicos del gabinete de Ribera, incluidos funcionarios de alto nivel, como adelantó La Información. Según han confirmado fuentes políticas a este diario, en la visita se abordaron los compromisos de suministro del contrato de Naturgy y Sonatrach. También se habló de precios.

Reynés en persona está pilotando las negociaciones con Argel de la mano de directores generales del más alto nivel dentro del organigrama de Naturgy

El empeño del Gobierno es allanar el camino a Naturgy y sus iguales en su 'tira y afloja' con la estatal argelina, además de asegurar que las energéticas nacionales no obtengan condiciones menos competitivas que las de otros gigantes europeos como Eni. El alcance de la acción política es limitado. Estos contratos son altamente confidenciales. Ni el Ejecutivo ni ninguna de las empresas sabe los precios pactados entre Argel y sus competidoras. Todo el peso de la negociación recae sobre las propias empresas, que se han visto obligadas a acarrear con los platos rotos del giro diplomático de Moncloa.

La negociación que quita al sueño a Reynés, quien lidera personalmente las conversaciones con Argel de la mano de directores generales y otros cargos de alto nivel de la gasista, es sobre el papel un proceso ordinario que, sin embargo, se está desarrollando en el más extraordinario de los contextos. 

La escalada del gas entre la última actualización y la que ahora toca ha sido histórica. Entre 2020 y 2021, el precio medio anual del gas en el mercado ibérico (Mibgas) aumentó casi un 362%, de 10,25 euros/MWh a 47,31 euros/MWh. Desde el inicio de 2022, el gas se ha instalado en el entorno de los 200 euros/MWh. Nunca antes había sido tan significativo el hecho de que Naturgy y Sonatrach paguen con carácter retroactivo las compensaciones convenidas en sus revisiones periódicas. Hasta ahora, España tampoco había entrado en la lista argelina de aliados poco fiables.

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