Temor a un 'efecto dominó'

Naturgy empieza a suspender contratos bilaterales de gas con grandes clientes

La compañía ha comenzado a distribuir cartas entre algunos de sus consumidores industriales en las que informa de que no renovará los acuerdos de suministro a partir de abril de 2022.

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La sede de Naturgy en Madrid
EFE

La escalada de la luz ha llevado a las principales eléctricas a renegociar con los clientes industriales los contratos de electricidad a plazo (PPAs en la jerga), poniendo en guardia a la gran industria electrointensiva. Ahora le ha llegado el turno al gas. Naturgy ha empezado a advertir a grandes clientes de su intención de revisar los contratos de suministro de gas a largo plazo, empujada por la desorbitada subida que experimenta el precio del gas natural, que casi ha triplicado su valor en los mercados mayoristas en lo que va de año. 

La semana pasada, el grupo energético que preside Francisco Reynés firmó las primeras cartas dirigidas a alguno de sus clientes preferentes de gas, a la que ha tenido acceso La Información. En la misiva, la empresa aduce a los fuertes cambios que han sufrido las "variables internacionales en el mercado del gas". Por este motivo, la compañía ha comunicado su intención de no prorrogar los contratos vigentes más allá de abril de 2022, momento en que planea renegociar los términos de los acuerdos de suministro de gas a plazo.

Desde Naturgy han incidido en conversaciones con este diario que no se trata de una suspensión de contratos como tal. "La compañía sí ha enviado cartas a determinados clientes de gas cuyo contrato está próximo a su fecha de finalización para negociar las condiciones de renovación, tal y como se recoge en las cláusulas de dichos contratos y como es habitual en este tipo de contratos a precio fijo", señalan. Por su parte, alguno de los remitentes de estas cartas ha insistido en que, de no ser por la escalada del precio del gas, los citados contratos se habrían renovado automáticamente en idénticas condiciones, como es habitual.

Se trata de la misma estrategia que ha seguido la compañía, junto a Iberdrola y Endesa, con los grandes clientes de electricidad. En ambos casos, dentro de los términos de los contratos se contempla una cláusula que permite a cualquiera de los firmantes rescindir el acuerdo si las condiciones externas, generalmente el entorno de precios, cambian de tal manera que afectan a la operativa de alguna de las partes. Solo entre julio y septiembre, el precio del gas en el mercado ibérico (Mibgas) se ha duplicado.

Los analistas prevén que la escalada de precios de luz y gas continúe, al menos, hasta verano de 2022, cuando se espera un histórico descenso. Pero ese desplome no será más que un movimiento en sentido contrario al descontrolado incremento que han experimentado ambos mercados en los últimos meses. No es posible descartar que, incluso entonces, el coste que deberán afrontar las comercializadoras de gas para abastecerse en el mercado mayorista (pool) siga siendo más elevado que el que preveían cuando formalizaron estos grandes contratos hace unos meses.

En el caso de la luz, la principal eléctrica del país, Iberdrola, fue la primera en lanzarse a revisar los grandes contratos. El paralelismo entre lo ocurrido en el negocio eléctrico y la evolución del mercado del gas permite suponer que a Naturgy, primera gasista española, podrían sumarse más comercializadoras dispuestas a renegociar con sus grandes clientes. "Hay muchas papeletas para que se produzca un efecto dominó", señalan fuentes del sector a este medio. La estrategia afectaría a los contratos de venta a plazo para el sector industrial que, en nuestro país, cubren más de medio centenar de comercializadoras, según los últimos datos publicados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) referidos a 2019. 

La radiografía del suministro de gas para el sector industrial es la siguiente. Naturgy ocupa el primer lugar por volumen de ventas de gas, rozando el 23%. Le siguen, a cierta distancia, Repsol (15,55%), Endesa (14,94%), Cepsa (10,72%) y Galp (5,74%), el resto de las compañías cuentan con una cuota inferior al 5%. La demanda de gas natural por parte de la gran industria se ha mantenido al alza en España desde el año 2014. La exposición de estos grandes clientes a la volatilidad de los precios del gas es limitada gracias a esos contratos a plazo pero, al igual que ha ocurrido con la espiral de la luz, el encarecimiento del gas ha empezado a golpear a algunas de las compañías más expuestas.

Hace dos semanas, la química Fertiberia decidió suspender temporalmente la actividad de producción en su planta de Palos de la Frontera (Huelva), para suavizar el impacto de la escalada del gas en su cuenta de resultados. No es la única empresa estratégica que ha tomado medidas ante la crisis energética. Otros gigantes como Asturiana de Zinc o Ferroatlántica han optado por realizar parones intermitentes, de cuatro horas al día en el caso de la filial de Grupo Villar Mi, para ahorrar costes. La siderúrgica Sidenor también ha adaptado su actividad a raíz del descontrol en el pool, al suspender durante 20 días una parte de su producción para, según la propia empresa, no operar en pérdidas.

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