Desde Luxemburgo

Rakuten vende con pérdidas a Riberas los 36 millones de convertibles en Cabify

Se desprende de la deuda y registra 'números rojos' de 17 millones por el descuento sobre fijo e intereses. La transacción se firmó en junio y supone otro desembolso además de los 20 millones invertidos por el empresario.

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Rakuten sigue plegando velas en Cabify. El gigante japonés acaba de vender con pérdidas relevantes a Francisco Riberas, cofundador de Gestamp y una de las mayores fortunas españolas, las notas convertibles de más de 36 millones de euros que tenía suscritas con la startup fundada por Juan de Antonio. Lo hace apuntándose minusvalías de más de 17 millones por el descuento con el que se suscribe. Se trata de una deuda firmada hace años y que la multinacional asiática se negó a ejecutarla para así evitar ampliar su posición accionarial.

Desde hace un tiempo, el máximo accionista de la startup española sondea el mercado para llevar a cabo una salida del accionariado donde llegó a alcanzar más del 47% con más de 230 millones de euros invertidos.. Uno de los signos de su intención de no mantener su apuesta era precisamente su actitud respecto a la deuda convertible en acciones que acumulaba con la filial española de la tecnológica. Como avanzó La Información, descartaron ejecutar esas notas y quedarse con más títulos, incluso aunque este procedimiento le permitiera llevar a cabo un descuento de más del 25% respecto a la valoración de 1.400 millones de euros fijada en 2018.

Ahora, según queda constancia en documentación oficial de una de las sociedades luxemburguesas de Rakuten, la empresa ha decidido desprenderse de estos préstamos. El destinatario es el nuevo aliado empresarial de la startup: Francisco Riberas. El pasado 30 de junio le vendió esas notas que sumaban prácticamente 40 millones de euros -tras la subida de los intereses- a Orilla Asset Management, la sociedad patrimonial del empresario español. Este último ha abonado 24,2 millones de euros. Esto implica que los japoneses se apunten unas pérdidas de 17,6 millones en su balance.

La razón que explica esto no es otra que el tipo de interés que han ido acumulando estos dos préstamos. Estos arrancaron en 36 millones de euros. Se firmaron en dos operaciones suscritas en agosto y noviembre de 2017, un año en el que la startup levantó más de 100 millones de euros en una ronda con la propia Rakuten y con el fondo español Seaya Ventures. En 2019 se repagaron 6,3 millones de euros. Pero la factura se fue engordando por los intereses que eran del 10% en 2020 y del 12% a partir de 2021. En 2022 se hizo una refinanciación fijando ese último 12% para los dos tramos de financiación.

Ahora, estos créditos son asumidos por parte de Francisco Riberas a través de su patrimonial, con la que también ha entrado en otras firmas como Wallbox. Él ya aterrizó en el accionariado en el mes de marzo en una ampliación de capital en la que también entró el fondo público Next Tech del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Entre ambos inyectaron, prácticamente a partes iguales, más de 40 millones de euros. Lo lógico, por tanto, es que convierta esa deuda en títulos para ganar posiciones accionariales en la empresa.

Rakuten busca desde hace tiempo una salida de Cabify, sin que se haya producido una venta a un tercero o una salida a bolsa

Este tipo de créditos son muy habituales en startups. Y se han extendido más en el último año y medio en el que se ha vivido un importante ajuste en el sector, pues permite recibir una inyección de dinero sin tener que fijar valoración hasta que se convierta en títulos. Los préstamos firmados con Rakuten permiten hacer esa conversión con descuento. Uno de ellos es en base a la valoración de la ronda firmada en el año 2017 (Series D), que superó la barrera de los 500 millones de euros. Y otro implica un 25% de descuento sobre el ‘precio’ fijado en la de 2018 (Series F), que superó los 1.400 millones de dólares, 1.140 millones de euros al cambio de esa fecha.

Rakuten, de salida

Rakuten es uno de los accionistas más veteranos de Cabify. Irrumpió en el año 2016 en una ampliación de más de 100 millones de euros. Desde esa fecha ha invertido más de 230 millones de euros sólo en capital. Llegó a superar el 47% de las acciones, rozando la mayoría lo que le obligó a convertirla en una suerte de 'filial' y no tanto en una invertida. Poco a poco, los nipones han ido reduciendo su exposición a la movilidad, con su salida de varias firmas internacionales. Salieron de las asiáticas GoTo y Careem (parcialmente en esta última) y mantienen a la baja posición en la estadounidense Lyft. En España, ha sondeado desde hace meses la posibilidad de colocar sus acciones para salir definitivamente. Por ahora no se ha firmado ninguna transacción más allá de esta venta de los convertibles.

Por su parte, Riberas se ha mantenido muy activo en los últimos meses en el ecosistema tecnológico y de startups en España. No ha sido un inversor con perfil tradicionalmente tecnológico. Pero ha ido respaldando proyectos relacionados con la movilidad. Primero fue en el fabricante de cargadores eléctricos para coches Wallbox, donde ha superado el 9% después de haber liderado la última ampliación de 45 millones. En esta firma, cotizada en la bolsa estadounidense, convive en el consejo con Seaya Ventures, socio relevante de Cabify. En esta última llegó en la primera parte de este año, aunque se desconoce la posición. También entró en Mundimoto junto a Mutua Madrileña -otro accionista de Cabify- en una ronda de 10 millones.

Sin salida a bolsa, ni venta

Cabify ha ido buscando alternativas de financiación, después de que la gran ronda negociada en 2019 no llegara a buen puerto -Rakuten ostentaba en aquella fecha más del 45%-. Primero lo hizo con la venta de las acciones que controlaba de Glovo y que le dieron cerca de 50 millones de euros justo antes del estallido de la pandemia. Después llegó el préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de 40 millones para electrificar 1.400 vehículos de su propia flota. Por último está la ronda de principios de este año, junto con la irrupción en el accionariado de Mutua Madrileña en 2022. En esa ampliación Rakuten no movió ficha.

La startup, que asegura haber cerrado el año 2022 con una facturación de 625 millones de euros y un resultado operativo ligeramente en pérdidas, ha barajado la salida a bolsa (OPV) en varias ocasiones en este tiempo, pero finalmente se ha descartado. El consejero delegado siempre la ha calificado como "una opción". También ha habido acercamientos para potenciales compras en el pasado. Se llegó a declinar una propuesta de adquisición de casi 2.000 millones de euros en 2018 debido a que el pago era, sobre todo, en acciones y no en efectivo. La empresa sigue teniendo un nutrido accionariado en el que están desde el propio Seaya Ventures, hasta inversores individuales como el empresario Rosauro Varo

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