La negociación con Dazn, de fondo

Telefónica 'ata' la venta de Movistar+ a un cambio en la regulación de la CNMC

Defiende que ya no es incumbente tras la entrada de Netflix o HBO y exige que se reconsideren los 'remedios' por la compra de Canal+ antes de plantear la entrada de un socio como Atresmedia.

El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, interviene en una rueda de prensa para analizar los resultados de 2021, en Distrito Telefónica, a 24 de febrero de 2022, en Madrid (España). Telefónica ha ganado 8.137 millones de euros en 2021, lo que supone multiplicar por cinco sus beneficios del año anterior gracias a los extraordinarios conseguidos en la venta de torres de telecomunicaciones de Telxius y la fusión de su filial británica. Alberto Ortega / Europa Press 24/2/2022
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, en la rueda de prensa de este jueves.
Europa Press

Telefónica pasa al ataque con el negocio audiovisual, clave para su oferta comercial convergente en España. La operadora de telecomunicaciones sube varios puntos la presión frente a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para conseguir que suavice las restricciones exigidas desde la compra de Canal+ en 2015. Entiende que con la entrada de los gigantes del streaming como Netflix, HBO o Amazon ha cambiado el mapa de la TV de pago en España y busca desprenderse de la categoría de operador dominante. Vincula estos cambios a una potencial venta parcial de Movistar+ a un socio externo como la propia Atresmedia.

Desde la operadora echan cuentas. Desde que Netflix aterrizara en España en el año 2015 el número de contratos de este tipo de plataformas de pago por cine y series bajo demanda asciende a unos 8 millones, según sus propios números. Telefónica cuenta con 3,7 millones de clientes que disfrutan de Movistar+ en su paquete de Fusión en España. Para calificar los competidores con posición dominante se utiliza por parte de la CNMC el último dato, pues los gigantes tecnológicos no cuentan dentro de esta categoría. Y este es el melón que ahora reabre el presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, cuando busca la posibilidad de que un socio industrial tome una participación relevante. 

"Tengo que saber cómo vamos a poder competir y lo primero que necesitamos determinar es cuál es el mercado de televisión de pago en España", defendió este jueves tras la presentación de resultados anuales. Entre esas restricciones exigidas está la oferta mayorista obligada de contenidos premium a un precio regulado como el fútbol o la limitación a tres años de las compras de derechos de retransmisión de competiciones como LaLiga. Álvarez-Pallete entiende que estos límites tendrían sentido hace varios años, sin la irrupción de los grandes del streaming. "No pedimos que les regulen a ellos, sino que nos desregulen a nosotros; mismo servicio, mismas reglas, mismas obligaciones", asegura.

Esto afecta claramente a la búsqueda de un socio que se una a Movistar+ después de varios años de camino en solitario. "Hay que estudiar todos los escenarios pero hay que saber cuál será nuestra capacidad para competir", apuntó. La televisión de pago ha sido clave para el crecimiento de Fusión, pero desde su puesta en marcha han cambiado muchas cosas. Han ido perdiendo contenidos que estaban en manos de 'majors' del cine que crearon sus propias plataformas, lo que les obligó a convertirse en agregadores más allá de sus contenidos propios diferenciales como las series o esos derechos 'premium'. "Los 'remedios' carecen de sentido en este momento; estamos maniatados y restringidos comercialmente con una regulación de otra época y pedimos que se reconsidere", apuntó el ejecutivo.

Esta es la clave. Para hacer más atractiva Movistar+ a ojos de un socio industrial que compre una participación minoritaria, la regulación se ha convertido en determinante. Álvarez-Pallete admitió que se estudian todo tipo de alianzas, como la entrada de Atresmedia como socio u otros como el francés Vivendi. Pero, lógicamente, este tipo de aliados busca exprimir comercialmente este desembolso y desde la teleco entienden que esa regulación 'artificial' se lo pone mucho más difícil para conseguirlo.

El fútbol, clave

El fútbol y los derechos de retransmisión de las grandes competiciones es uno de los ejemplos más señalados. Las 'reglas' le impiden tener una exclusiva total de un contenido, pues le obliga por ejemplo a pujar por tres años como máximo por el LaLiga (Dazn ha podido hacerlo por cinco) o a revenderlo a sus competidores a un precio regulado -por una fórmula que también ha despertado las críticas de sus rivales por incluir todos los clientes de televisión y no sólo los de fútbol-.

Precisamente esa limitación de los años para pujar ha creado una situación de cierta inseguridad. Telefónica y Dazn ganaron la subasta de los derechos de LaLiga durante un periodo de cinco años. La operadora de telecomunicaciones vinculó esta luz verde a que la CNMC le autorizara, pero esto implica un cambio en las restricciones y un acuerdo del pleno del consejo del organismo. El consejero delegado del grupo, Ángel Vilá, insistió en que la fecha clave para esto es el próximo año 2023, cuando se deben revisar esos 'remedios' impuestos. "Hay una limitación y esa tiene que ser revisada dentro de los primeros tres años", asegura. Se entiende, por tanto, que no se espera que haya un cambio 'in extremis' de las reglas hasta el año que viene, aunque la CNMC siempre podría aprobarlo.

En otras ocasiones, esta regulación también le beneficia a la teleco. Mantiene negociaciones con Dazn para recomprarle el 45% de los partidos de LaLiga que adquirió. Las conversaciones están "avanzadas", por lo que podría haber un acuerdo inminente tras un retraso por los flecos últimos en el pacto. La plataforma, con sede en Reino Unido, revenderá sus paquetes para ofrecerlos en Movistar+ por un precio anual que, según Vilá, permitirá que la deflación por partido sea de más del 10% respecto a la subasta anterior. ¿Habrá reciprocidad? Precisamente esa fórmula regulada de coste garantizado haría que la británica tenga muy complicada la recompra de los partidos en manos de la española debido a que si lo distribuye con Vodafone u Orange, no contarán para calcular el precio sus clientes de televisión sino los de estas últimas. Esto elevaría de manera importante el desembolso y obligaría a incrementar más el precio final para los clientes. La amenaza de una OTT pura con todo el fútbol alojada en las otras operadoras se aleja.

Queda un año para que la Comisión tenga que revisar a fondo, en base a la normativa en vigor, estas restricciones impuestas como operador incumbente. Desde Telefónica ya se ha empezado la presión para que haya clemencia desde el regulador, como la hubo recientemente para la fibra, con una de las mayores liberalizaciones aprobadas hasta la fecha. Desde el grupo entienden que el futuro de Movistar+ está en juego. Y la entrada de un potencial socio industrial, también.

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