Rechaza la liberalización  del sector del autobús

Alonso (Avanza): "Quitar los descuentos al transporte público sería una mala noticia"

El consejero delegado del operador de movilidad aboga por mantener la rebaja tarifaria en las ciudades y critica la falta de visión estratégica del Estado para el autobús de largo recorrido, que continúa perdiendo viajeros. 

Valentín Alonso, director general de Avanza Grupo
Valentín Alonso, director general de Avanza Grupo
Avanza

El sector del autobús está inmerso en una transición a gran velocidad como nunca había vivido hasta ahora. A las nuevas tendencias de transformación empresarial, los retos en materia de sostenibilidad o la digitalización de sus sistemas, las compañías deben añadir la incertidumbre de si cambiará el modelo con el que hasta ahora operaban en España. Avanza es uno de los grandes actores del país en materia de movilidad, y desde hace años ha virado sus planes hasta convertirse en un operador integral que, además de autobuses, también gestiona el tranvía de Zaragoza, el Metro de Granada o sistemas de bicicletas públicas. Valentín Alonso, director general y CEO de la compañía, recibe a La Información en el congreso Global Mobility Call de Madrid para comentar la actualidad de una industria en permanente cambio:

P: ¿Cómo está siendo 2023 para Avanza?

R: En materia de transporte urbano, en algunas ciudades tenemos cifras de viajeros por encima de 2019, pero en otras todavía no. Depende mucho de la coyuntura de la ciudad, hay efectos como el teletrabajo que reducen los viajeros un 20% al quedarse la gente en casa. Estamos creciendo en las áreas metropolitanas más que en el transporte urbano, porque es donde, en términos de precio, hay una mayor diferencia respecto a moverse en coche. Está siendo un año muy positivo.

P: ¿Qué opinión les merece el nuevo mapa concesional planteado por el Ministerio de Transportes?

R: Aunque no lo parezca, este tema no es nuestra prioridad. Somos el principal operador de transporte urbano y de áreas metropolitanas en España, hace años que decidimos concentrarnos en eso porque nuestra visión estratégica contempla que la movilidad se va a concentrar en las ciudades. El transporte de largo recorrido tiene cada vez menos peso porque las ciudades siguen creciendo y porque el Estado ha decidido vincular los grandes núcleos mediante trenes de alta velocidad. Precisamente por eso creemos que el Estado no tiene clara la visión estratégica del largo recorrido, porque ha decidido poner trenes en todos los corredores donde había viajeros, lo que ha eliminado el mapa concesional que había.

P: ¿Cómo ha afectado la expansión de las vías de alta velocidad?

R: La alta velocidad se ha puesto donde había más tráfico. Por ejemplo, llevamos un 85% menos de viajeros que en 2011 en la ruta Madrid-Valencia, algo que hace que la concesión sea deficitaria. Esto hay que extrapolarlo a Barcelona, Sevilla o Málaga. Es imposible que se preste un servicio de largo recorrido si no se pone dinero. La propia CNMC dijo que si se liberaliza el sistema y se quiere seguir dando servicio costará 400 millones de euros al año. Llevamos una década avisando a los distintos gobiernos de que esto iba a estallar, que cada vez que crece la alta velocidad y entra el tren de bajo coste se va drenando al autobús.

P: ¿Cuál es su propuesta para reformular el modelo?

R: Abogamos por un sistema concesional parecido al todavía existente para intentar aprovechar donde todavía hay algo de tráfico. Estamos obsesionados con elegir entre liberalización o concesiones, y la discusión para mí no es esa, hay que ir un paso atrás, a elegir si se quiere un servicio de transporte público capilar y que llegue a todo el mundo. Si se liberaliza, los empresarios cubrirán aquello donde sea viable, y se quedarán sin servir miles de relaciones, porque no nos engañemos, nadie irá a donde no haya viajeros.

A partir de ahí, la siguiente pregunta para el Estado debería ser averiguar cuál es el sistema más eficiente. Creo que el más ineficiente es liberalizar, que haya un servicio donde alguien sólo preste servicio y se enriquezca donde hay viajeros, pero que no haya autobuses a Jaén o Huelva. Ahora sólo quedan dos caminos: o el Estado pone dinero, o se hace una reingeniería del proceso y se presta mucho menos servicio que ahora.

"Nosotros compramos la liberalización encantados, pero ese no es nuestro rol, optamos por ser el socio de la administración". 

P: ¿Va a salir adelante el nuevo mapa concesional?

R: Creo que no, porque las comunidades autónomas no van a aceptar el que tengan que prestar los servicios que antes prestaba el Estado sin que les den dinero. Flixbus está buscando que se liberalice para ir a los sitios donde hay más tráfico de viajeros. Nosotros, como Avanza, compramos ese escenario encantados, pero ese no es nuestro rol, nosotros optamos por ser el socio de la administración.

P: ¿Cuál es su postura respecto al cabotaje?

R: Flixbus está intentando detonar todo el sistema y el cabotaje es una esquina por la que comenzar a hacerlo. El cabotaje es otra cosa más que drena de viajeros un sistema que debería prestar un servicio público al menor coste posible.

P: ¿Cómo han afectado las políticas de abonos gratis?

R: El Verano Joven ha sido súper positivo. Sin embargo, los abonos gratis de largo recorrido no nos han aportado nada, de hecho creemos que no es una medida positiva, porque ha sido imperceptible y exige una recurrencia. El viajero de largo recorrido no es alguien que haga una ruta como Madrid-Valencia cuatro veces al mes.

La que ha sido una medida espectacular es la de los descuentos en abonos recurrentes en transporte urbano y autonómico. Ha sido la primera vez que vemos que la Administración Central se ha puesto de acuerdo con la regional y local en una propuesta tarifaria, y hay que seguir manteniéndola por el beneficio social que ha generado. España tiene un compromiso para incrementar los usuarios del transporte público un 35% hasta 2030, pero no ha dicho cómo lo va a hacer. Para lograrlo hay que hacerlo más atractivo, y dado que no es posible hacerlo a través de infraestructuras porque no da tiempo, sólo puede ser mediante las tarifas y el aumento de oferta, incrementando las frecuencias. Si se quita esa política estaríamos dando un paso atrás.

P: ¿Con los descuentos veraniegos a los jóvenes han conseguido llenar los tráficos a zonas de playa?

R: No. Hemos crecido mucho en jóvenes, pero sólo en ese segmento. Del resto de viajeros, muchos se han pasado a la alta velocidad aprovechando las tarifas de bajo coste. Nos ha venido bien, hemos crecido algo, pero hemos hecho el número de viajeros más bajo de nuestra historia.

P: En caso de que el Gobierno central decida no prorrogar la medida, ¿abogan por que las autonomías mantengan estos descuentos?

R: No creo que las comunidades autónomas tengan capacidad para sostenerlo, pero quitarlo sería muy mala noticia. Han reducido un 50% el precio, si ahora lo quitan supondría duplicarlo de un día para otro. Disminuiríamos dramáticamente en viajeros cuando se está diciendo que la gente debe dejar los coches en casa.

Falta de conductores en el sector

P: El sector denuncia falta de conductores. ¿Ustedes también lo están sufriendo?

R: Sí, de hecho vamos a peor. Pero hay muchas diferencias entre el transporte regular y el discrecional. En el primero los conductores tienen una estabilidad en el empleo y duermen todos los días en su casa, con sueldos un 30% por encima del convenio provincial. El mundo discrecional no tiene nada que ver, tiene mucha más incertidumbre, se compite por precio y los conductores duermen allá donde tengan que ir.

Así que la función de conducción cada vez va a ser menos atractiva, porque si nuestros hijos ya no se quieren sacar el carnet como usuario, menos lo van a hacer para ser conductor profesional. Además, tenemos un contexto regulatorio terrible, no puedes conducir un autobús con 18 años, cuando se sacan el carnet, y tenemos que esperar a que cumplan 21. Y encima hay que pagar el CAP, que cuesta 3.000 euros. Dile a un chaval de 18 años que quiere trabajar de conductor que tiene que esperar tres años y gastarse ese dinero.

P: ¿Cómo están afrontando la descarbonización de la flota?

R: Nuestro plan es ir a tecnologías cero emisiones en urbanos, aunque dependemos de los ayuntamientos. Estamos tendiendo hacia autobuses eléctricos e híbridos, cada vez menos diésel. Hemos adquirido uno de hidrógeno para investigar con él. Cerraremos este año con 200 autobuses eléctricos, y el año que viene creceremos hasta los 300. Somos la mayor flota privada de autobuses eléctricos.

P: ¿Está Avanza interesada en adquirir nuevas compañías?

R: Nuestra visión no pasa por querer comprar compañías, queremos ser líderes en transporte urbano e interurbano, y si en ese contexto hay oportunidades interesantes, por supuesto estaremos. La última adquisición que hicimos fue hace tres años, cuando compramos al principal operador del País Vasco. Para nosotros era un movimiento estratégico, no estábamos presentes allí y nos encajaba. Ahora tenemos capacidad financiera para hacerlo y si encaja, estaremos encantados. 

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