Pérdidas de ONO

Zegona hereda con la compra de Vodafone más de 5.100 millones de créditos fiscales

El grupo británico gestionará esos activos en plena reforma tributaria que han planteado PSOE y Sumar en su acuerdo de coalición para recortar aún más su ejecución con la que reducir la factura fiscal futura.

Eamonn O'Hare, presidente de Zegona
Eamonn O'Hare, presidente de Zegona
L.I.

Zegona pagará 5.000 millones de euros para hacerse con el 100% de Vodafone España. Y el fondo con sede en Londres buscará rentabilizar al máximo el desembolso, no sólo con ahorros y recortes de costes. También podrá beneficiarse de una estructura de pérdidas fiscales muy relevante de la operadora en el país. En total podrá heredar más de 5.100 millones de euros de esas bases imponibles negativas acumuladas durante años, especialmente desde la adquisición de la 'cablera' ONO en el año 2014. Según apuntaba la misma teleco británica no tiene fecha de caducidad para compensarse en el futuro. Pero sí que tendrá que lidiar con la nueva reforma fiscal que han puesto sobre la mesa PSOE y Sumar y que podría limitar este ejercicio.

El propio grupo Vodafone admitía en el informe anual del ejercicio finalizado en marzo de 2023 que en el cierre había acumulado 5.130 millones de euros. Esto representaba prácticamente 500 millones más que un año antes, de acuerdo a sus propias cifras. Estas pérdidas fiscales "están disponibles" para compensar con los beneficios futuros principalmente del negocio de Grupo Corporativo ONO, la división de internet fijo de la teleco, tal y como aclara. Hay que tener en cuenta que ya en el año 2014, con la adquisición de la 'cablera' por 7.200 millones, se asumieron algo más de 3.000 millones de euros de déficits previos a la compra.

Esas pérdidas que ahora heredaría Zegona "no prescriben", como apunta Vodafone en la documentación oficial. Por tanto, el nuevo dueño podría compensar esas bases imponibles negativas de ejercicios pasados con beneficios de próximos y así reducir la factura fiscal. En 2023, al igual que anteriormente, no se habían reconocido activos por impuestos diferidos por ello. ¿La razón? "Debido al entorno comercial en España", explica. Es decir, la imposibilidad de acercar la rentabilidad hacía que la previsión de mejora fuera remota.

Estos 'números rojos' se han ido acumulando durante los últimos años. ONO sumaba 3.483 millones de euros sólo de bases imponibles negativas acumuladas desde el año 2001, tal y como queda reflejado en sus cuentas anuales presentadas en el Registro Mercantil en España. Esto corresponde a su ejercicio fiscal 2022, que acababa en marzo de 2022. Estas "podrán ser compensadas con bases imponibles positivas generadas en años sucesivos". En la filial Vodafone España las pérdidas acumuladas superaban los 860 millones. La diferencia hasta los 5.100 millones incluidos en el informe anual del grupo corresponden a las cifras registradas en el último ejercicio y a otros ajustes del grupo.

El objetivo de Zegona es recuperar el pulso comercial y lograr el mayor número de eficiencias y recortes para ajustar la cuenta de resultados. El propio consejero delegado del futuro dueño de la teleco en España, Eamonn O'Hare, admitía en su primera comparecencia tras el anuncio de la transacción que hoy por hoy la compañía está generando 4.000 millones de euros de ingresos y sólo tiene 400 millones en flujo de caja. "Hay 3.600 millones de costes ahí", resaltaba. Habló de todo tipo de ajustes en estructura, sin referirse expresamente al laboral -aunque los temores internos de la plantilla se acrecientan-. Y del acuerdo corporativo con el grupo Vodafone, para ejecutar compras, explotar la marca y lograr condiciones ventajosas en acuerdos como el de 'roaming'. 

Estas pérdidas fiscales acaban resultando relevantes en las transacciones corporativas. Sucedió, precisamente, en ONO, cuando con la compra se heredaron 3.000 millones de euros y esto también afectó a la valoración del grupo -bien es cierto que posteriormente se pudieron apuntar muy pocas de estas pérdidas contra beneficios por el devenir del mercado-. Y también con Jazztel, que acumulaba más de 375 millones de euros de estos créditos fiscales. En el caso de la fusión de Orange y Másmóvil ha sucedido algo parecido. Los franceses acumulaban 2.100 millones de euros a cierre de 2022 (de los que habían reconocido como activos un total de 400 millones). Por su parte, el cuarto operador contaba con 401 millones.

La reforma fiscal, escollo

Pero este ejercicio de las bases imponibles negativas en el futuro tendrá un importante obstáculo: la reforma fiscal que se ha puesto sobre la mesa en el acuerdo de Gobierno de Sumar y PSOE. En ella se establecía un 'hachazo fiscal' de 10.000 millones de euros, como avanzó La Información. Y dentro de ese ajuste destaca precisamente el límite de la compensación de pérdidas. Antes de que eso suceda, en el pasado mes de mayo, el Ministerio de Hacienda emitió una nota aclaratoria para recordar los límites en los repartos de esos 'números rojos' pasados dentro de la estructura de un holding.

Estas pérdidas acumuladas las tendrá como 'arma fiscal' el nuevo dueño de Vodafone. Pero todo estará pendiente de cómo afecte la estrategia de venta de activos que lleve a cabo. Pese a que se ha querido presentar en esta primera fase como un "operador" que busca sinergias y ahorros en la gestión del día a día, en la documentación oficial presentada ante el regulador británico apunta a la potencial venta de su red fija -y el alquiler mayorista- que implicaría unos ingresos brutos de hasta 3.500 millones de euros.

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