Del "arrepentimiento" al "no recuerdo": los CDR se achicaron y apuntaron a Torra

  • El cabecilla de los acusados Jordi Ros se delató ante el juez y confesó que existen notas reivindicando los ataques frustrados en la operación Judas.
CDR detenidos
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Europa Press

"Pido mis disculpas a todo el mundo. Soy humano y a veces cometemos equivocaciones (...). Todo es cien por cien arrepentimiento". Así arrancó su interrogatorio en la Audiencia Nacional Jordi Ros, el presunto cabecilla del grupo de CDR detenido por terrorismo en el marco de la operación Judas. De este modo y recurriendo constantemente al "no recuerdo", el acusado de integrar una facción radical que pretendía atentar en Cataluña reculó ante el magistrado Manuel García Castellón mostrándose dubitativo y desvinculándose de cualquier acción violenta. 

No obstante, el interrogatorio practicado por el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, puso contra las cuerdas en más de una ocasión a siete de los nueve detenidos que declararon en sede judicial antes de ingresar en prisión provisional. De acuerdo con la declaración que recoge el sumario del caso al que ha tenido acceso este diario, Ros admitió su adhesión a la causa de la deriva independentista y su conocimiento de materiales explosivos que, según las pesquisas, manejó junto con los otros acusados con el fin de perpetrar ataques. De hecho, se le atribuye la búsqueda de cuarteles de la Guardia Civil cercanos a su domicilio en Sabadell como posibles objetivos de ataque. 

Aunque Ros aseguró ante los investigadores que su contacto con materiales explosivos no era más que un "reto" para aprender a fabricar determinadas sustancias, lo cierto es que admitió ser el autor de una nota reivindicativa que podría ser determinante para probar su responsabilidad penal en los hechos. En concreto Ros -que se presentó ante el juez como una persona "autodidacta" y "más o menos leído" acabó admitiendo a preguntas del fiscal que dejaron escritos unos mensajes asumiendo la autoría de unos hechos violentos que según el magistrado instructor se iban a producir con motivo del bautizado como 'Día D'. "No sé no está claro... es mi letra. No la recordaba ni que la había escrito", acabó sentenciando.

Lo que sí admitieron los acusados en sede judicial es que tomaron todo tipo de precauciones en las comunicaciones mantenidas entre ellos, muchas de las cuáles se efectuaron en 'clave' a sabiendas de que podrían estar bajo la lupa de la Guardia Civil. Tanto es así que Xavier Duch confesó en conversación telefónica con otro de los integrantes de los ERT (Equipos de Respuesta Técnica) que si le incautaban los aparatos que tenía en casa le metían "para adentro por terrorismo". Algunos de estos extremos derivados del avance de las pesquisas quedaron ratificados en su declaración en la Audiencia Nacional antes de que el magistrado acordara su ingreso en prisión para todos ellos por la gravedad de los delitos, el riesgo de fuga y de reiteración delictiva. 

De este modo, Ferran Jolis aseguró el 26 de septiembre que todo este grupo -que planteó la posibilidad de reunirse en actos como los convocados por los Castellers para no levantar sospechas- se comunicaba a través de la red de Signal porque" no quedan los mensajes almacenados en los servidores y se podían poner mensajes efímeros". El contenido de los mismos hacían referencia a quedadas entre ellos para probar el material, así como a la compra de todos los elementos que necesitaban para fabricar presuntamente los explosivos. "Bueno, sino hago el experimento yo y lo grabo en vídeo", llegó a plantea Ros en conversación con Alexis Codina.

Las mentiras para adquirir el material

La transcripción de las conversaciones no solo ponen de manifiesto el avanzado plan de ejecución de actos (que de acuerdo con el magistrado "comprometería la integridad de personas y bienes") sino que sitúa al actual presidente catalán Quim Torra en el epicentro del asunto. Por un lado, manifestaron su clara intención de reunirse con él -al que se refirieron como 'Gandalf'- y, por otro, se designaron como los auténticos garantistas de que éste pudiera comunicarse por vías seguras con su antecesor en el cargo, el fugado Carles Puigdemont (alias 'Lisa'). De hecho, el sumario detalla como eran conscientes de que iban a "jugarse el culo"  por su implicación en estos hechos y, por ese motivo, querían un "contacto contacto cara a cara" con ellos.

Así lo expuso en conversación telefónica el propio Ferran con motivo de los preparativos de estas acciones violentas que incluían cortes de carretera y ataques a torres eléctricas. Ya en su interrogatorio en sede judicial aseguró que en lo relativo al asalto al Parlament, eran órdenes que "venían de arriba, de Presidencia", en referencia a Torra. "Querían quedarse en el Parlament y tener las comunicaciones aseguradas", precisó Ferrán el cual añadió que no llegó a hacer eso "nunca". De nuevo los audios muestran una versión diferente de su postura en todo este asunto ya que llegó a decir en plena planificación que cogería la señal de fuera y la metería 'dentro del Palacio', en referencia al Parlament. 

Para la compra de sustancias y conscientes de que no tendrían fácil acceso a algunos de estos componentes, se hicieron pasar incluso por docentes, como ocurrió con Ros. De hecho, los agentes reflejan que trató de comprar ácido nítrico y nitrato de potasio para la fabricación de explosivos en una característica droguería del centro de Badalona. En este caso, y aunque el droguero le recordó que, en el caso del primer componente se trataba de un producto de "venta habilitada a profesionales del sector" Ros dijo que era profesional del sector e incluso se justificó diciendo que era "para hacer analíticas" y que por el precio no había problema.

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