Perfil | Carles Mundó, el hombre para el que la política era "solo un paréntesis"

Carles Mundó
Carles Mundó

El pasado 12 de junio, el Tribunal Supremo dejaba visto para sentencia un juicio que se había dilatado en el tiempo durante cinco meses. Desde febrero hasta poco antes de entrar el verano, el banquillo vio pasar a los 12 líderes catalanes por el referéndum y la declaración ilegal de independencia de 2017. Aquel día, el último acusado en hacer uso de su turno de palabra fue Carles Mundó. Apenas dos minutos en los que el que fuera conseller de Justicia, volvió a recalcar la "naturaleza política" que tenían sus actos. Seguía, así, la misma senda defensiva del resto de imputados. 

De trato afable, con don de gentes y con un gran talante dialogante. Así le definen aquellos que le conocen, según citan medios catalanes como 'El Periódico' o 'El Nacional'. No hay mejor prueba de ello que la inclusión en su historial como conseller, del cierre -tras largos años de debates y negociaciones- de la cárcel Modelo de Barcelona, famosa por el motín de presos que tuvo lugar en 1984 y la posterior fuga de Juan José Moreno Cuenca, más conocido como 'El Vaquilla'. 

La gran esperanza de ERC

A decir verdad, hasta las elecciones del 21 de diciembre de 2017, la exposición mediática de Carles Mundó había sido mínima. Jugaba su rol alejado de las cámaras y del ruido, escenario en el que aprovechaba, y nada mal por cierto, su don de gentes. Su destacado currículum hizo de él una de las grandes esperanzas de ERC. Y así llegaron sus primeras apariciones frente a los focos, que fueron, precisamente, en los muchos mitines que tuvieron lugar durante la campaña de aquellos comicios. 

Mundó nació en Vich (Barcelona) en 1976, justo un año después de la muerte de Franco. Cualquiera que vea su rostro -aparentemente apacible, con gafas, pelo moreno y tez blanca- y desconozca su carrera profesional, posiblemente una de las últimas cosas que diría de él es que afronta una pena de prisión de 7 años, según piden la Fiscalía y la Abogacía del Estado por los delitos de malversación de caudales públicos y desobediencia.

Un pequeño "paréntesis"

Mundó es un hombre que desde siempre ha abogado por la independencia de Cataluña, igual que sus padres. Pero como no quería depender solo de la política, ya que para él es "solo un paréntesis", se licenció en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra (UPPF) y cuenta con un máster en Derecho Urbanístico. 

Desde 1998 es abogado en ejercicio, colegiado por el Colegio de Abogados de Barcelona. Fue uno de los promotores de la asociación Drets (Derechos), que se dedicaba a defender jurídicamente a la sociedad catalana de los ataques en contra de la lengua y la cultura. 

En el ámbito municipal, ha sido concejal de ERC en el Ayuntamiento de Gurb (Osona). Allí, asumió las concejalías de Vivienda, Cultura y Enseñanza. El escalón más grande lo pisó el 13 de enero de 2016, cuando fue nombrado consejero de Justicia por Carles Puigdemont. 

Quizás, cuando Mundó se fijó ese "paréntesis político" no se esperaba que uno de sus destinos sería la prisión madrileña de Estremera, donde compartió celda con el líder de su partido, Oriol Junqueras. Finalmente y tras declarar ante el Tribunal Supremo, salió de la cárcel bajo fianza. Poco más tarde, renunció a su acta de diputado y abandonó la política activa. 

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