La mitad de las centrales térmicas cerradas

Vuelven los cupos de carbón y leña para compensar la subida del recibo de la luz

Las minas ya no producen suficiente carbón ni para garantizar el suministro para el uso doméstico de los trabajadores, que ahora con más razón reclamarán los cupos. La demanda de leña también aumenta.

Mil días del cierre del carbón: paro y despoblación en las comarcas mineras
Mil días del cierre del carbón: paro y despoblación en las comarcas mineras
EFE

La crisis energética para la que se prepara la Unión Europea y en especial Alemania por la reducción del suministro del gasoducto Nord Stream en un 20%, ha llevado al planteamiento de otras energías como la del carbón -Alemania ya ha reabierto una planta de este fósil- para reservar el gas para el invierno. La mitad de las centrales térmicas españolas que usaban el combustible fósil fueron cerradas en 2020 en una estrategia europea de cortar las ayudas públicas para eliminar, por contaminante, estas plantas. El cierre de las minas ha provocado otro problema, que se arrastra desde hace unos años, que obliga a las empresas mineras a comprar carbón para cumplir los convenios colectivos que establecen la recogida de este combustible y su suministro a empleados, tanto en activo como jubilados. Los mineros del carbón españoles tienen históricamente derecho al suministro gratuito de este fósil y, ahora, con la crisis de suministros, estas familias ven en el carbón un recurso para evitar la pobreza energética.

El resultado de las centrales de carbón llevaba encadenando mínimos históricos de generación de electricidad en España desde marzo de 2019 y hasta cuatro de ellas no habían producido nada el primer año de la pandemia. Por tanto, entre los malos resultados y los recortes europeos, se esperaba que en 2025 se diera un cierre total en todas las plantas españolas. Dos años después, con Alemania en riesgo de crisis energética, la Comisión Europea ha propuesto aumentar la participación de las centrales de carbón -dentro del paquete de medidas REPower EU para reducir la dependencia rusa en dos tercios-.

Las empresas mineras no son capaces de cumplir una normativa instaurada durante la II República que proveían el reparto de carbón entre sus empleados

Las empresas mineras españolas, entre ellas Hulleras del Norte (Hunosa), no son capaces de cumplir una normativa instaurada durante la II República, en 1932, en la que se establecía que estas compañías tenían que suministrar determinadas cantidades de carbón a sus trabajadores hasta el final de su vida. Para los trabajadores de las minas, las papeletas que de forma mensual proporcionan 300 kilogramos todos los meses del año, eran tan familiares como las vacaciones o el sueldo. 

Hunosa, para adaptarse al nuevo ciclo se ha visto obligada a licitar contratos por importes cercanos a cuatro millones de euros para el suministro, durante dos años, de carbón de uso doméstico. Esto supondría que cada año, una empresa pública desembolsa más de un millón y medio por año en comprar a terceros un fósil contaminante que sus propias industrias no pueden proporcionar para cumplir con las promesas hacia sus trabajadores cabezas de familia. Así, según el convenio colectivo vigente prevé el suministro gratuito para el personal en activo, prejubilados y para los pensionistas con aquel derecho y fija el cupo en 3.600 kilos al año. Reconoce en el texto del acuerdo que "consecuencia de las dificultades de la empresa para la generación de carbón en especie apto para el consumo doméstico derivado de su actual sistema de producción mecanizada, se constituirá una comisión delegada del comité intercentros para acordar mecanismos de racionalización del compromiso de suministro en especie".

La leña de las subastas municipales se agota

Al igual que las familias mineras usan este vale de carbón para sobrevivir a los precios de la luz que baten récords, también en los pueblos se ha disparado el consumo de leña. Desde siempre, son usuales las subastas de la leña recogida gratuitamente de los bosques, tanto para limpiarlos de cara a los incendios, como para aprovechar este recurso y evitar que se pudra de cara al invierno. Pero desde la borrasca 'Filomena', muchos alcaldes confirman que las solicitudes para adquirir las ramas rotas y los troncos cortados se han disparado. En Soto del Real se alcanzó el cupo máximo de solicitudes para el reparto de leña municipal en apenas días. La recogida para el autoconsumo de piñas caídas y leñas muertas se suele limitar a 20 metros cúbicos de leña apilada por unos 15 euros que puede garantizar el paso de un invierno para una casa familiar.

Por su parte, el Ayuntamiento madrileño de Boadilla del Monte puso a disposición de sus vecinos en marzo la leña procedente de las labores de limpieza en las zonas del monte que resultaron más afectadas por el temporal Filomena. El tiempo de recogida fue fijado en 20 minutos; la cantidad, toda la que cupiese en un turismo y "hasta el fin de existencias". Mientras, el Ayuntamiento de Soria puso en marcha el año pasado, tras años sin hacerlo, la venta de leña del Monte de Valonsadero a los empadronados en la localidad. El precio fijado fue de 7,5 euros por cada 600 kilos. 

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