La amenaza que suponía una nevada sin precedentes en toda España y el mal recuerdo del atasco de más de 3.000 vehículos de hace justo tres años en la AP-6 en Segovia, que pilló de improviso al entonces titular de Interior, Juan Ignacio Zoido, levantó todas las alarmas la semana pasada en el Ejecutivo con la consigna lanzada desde Moncloa de que no se podía permitir un fiasco similar, en plena pandemia y con la campaña de vacunación en marcha.
El ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska llamó a capítulo a todos sus colaboradores la semana pasada para montar el Comité Estatal de Coordinación y Dirección (Cecod), donde además de todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y miembros de Seguridad Nacional y de Defensa, se contaba con la colaboración del Ministerio de Fomento y la propia AENA, para compartir el éxito o el fracaso de la operación.
El domingo 7 de enero de hace tres años, la Unidad Militar de Emergencias (UME) daba por concluido el rescate de los vehículos sorprendidos en la AP-6 entre Madrid, Segovia y Ávila, que volvían a la capital del puente de Reyes y las vacaciones de Navidad, tras 18 horas sin asistencia y sin quitanieves. El Gobierno y la concesionaria se enzarzaron en acusaciones y demandas por la falta de previsión. En esta ocasión no había operación retorno de vacaciones de esa envergadura por las restricciones de la Covid para viajar, pero los avisos previos de la gran nevada han permitido hacer un despliegue de medios mucho mayor que el de entonces.
Grande-Marlaska y Ábalos anunciaban con satisfacción en la tarde de este sábado que ya no quedaban coches por rescatar en Madrid, una vez que la nieve de la borrasca ‘Filomena’ dejaba de caer en el centro para trasladarse al norte del país, con menos intensidad. Ha habido que cerrar el aeropuerto de Barajas y los servicios de Renfe hasta este domingo, el colapso de las ciudades ha sido histórico, 1.500 conductores han recibido ayuda de la UME y hay más de 3.000 camiones ‘embolsados’ por la Guardia Civil en las más de 600 carreteras afectadas, pero las críticas de la oposición o los reproches políticos de uno y otro lado han sido menores que entonces. Al contrario, incluso el alcalde de Madrid y portavoz del PP, José Luis Martínez-Almeida, se felicitaba de la coordinación con Defensa tras pedir el apoyo del Ejército para limpiar de nieve las calles de la capital.
Todo por la vacuna
Una de las obsesiones de toda la operación puesta en marcha se centraba en no descuidar el reparto de las vacunas de Pfizer que llegarán desde Bélgica este lunes y que tienen que llegar a todas las comunidades autónomas en tiempo y forma. Desde Moncloa se quiere evitar a toda costa que se amplíe la polémica por el retraso en las campañas de vacunación, sobre todo que eso no ocurra por culpa del Gobierno central. De las más de 700.000 dosis que han llegado hasta ahora, solo el 37% se han inoculado en los colectivos de alto riesgo en las dos semanas de vacunación, una fase final que es responsabilidad de cada autonomía.
Para no pecar por defecto, los titulares de Interior y Fomento salieron mañana y tarde de este sábado ante los medios de comunicación para dar cuentas de todo lo que iba haciendo y explicar la situación de colapso que se vivió, sin reproches concretos pero haciendo hincapié en las labores de prevención que se habían hecho y que, ante una nevada más fuerte de lo previsto, han evitado males mayores, según su propia valoración. Incluso la ministra de Defensa ha comparecido en los informativos de la televisión pública. Y el propio presidente del Gobierno, una vez pasada la nieve en el centro y la capital, anunciaba en Twitter las llamadas que había realizado los responsables autonómicos y municipales para agradecerles el esfuerzo realizado de forma conjunta para hacer frente al temporal.
El comité de emergencia se alargará durante toda la semana que viene, a la vista de que vienen cuatro días de grandes heladas y temperaturas por debajo de los diez grados negativos, algo que puede complicar mucho la movilidad en toda España, toda vez que la borrasca no abandonará el país hasta el martes. Marlaska y Ábalos han garantizado que todos los suministros y servicios de la lucha contra la Covid, desde el traslado especial de los sanitarios hasta el de operarios de las empresas de electricidad que garanticen el suministro, se van a garantizar durante toda la semana. Todo antes de que ocurra un nuevo caso Zoido.
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