Sánchez, Ábalos y Redondo, encerrados: la investidura se 'cocina' en La Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dos dedos / EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dos dedos / EFE

La investidura de Pedro Sánchez se está 'cocinando' a fuego lento en uno de los dos despachos del presidente del Gobierno en funciones. Se trata de la dependencia ubicada en el edificio del Consejo de Ministros de La Moncloa (tiene otro en Palacio, en su residencia oficial). Allí, alejado del ruido político y mediático, el ganador de las elecciones generales lleva encerrado varios días con sus dos más estrechos colaboradores: el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, y su jefe de gabinete, Iván Redondo. Entre los tres están diseñando con máximo detalle la estrategia para encarar el decisivo pleno en el Congreso donde presentará su candidatura, tal y como le encargó el Rey.

Sánchez, Ábalos y Redondo. Entre los tres están forjando todo, confirman a La Información fuentes conocedoras de estas reuniones. Son citas 'maratonianas', de mañanas y tardes, en las que, según los mismos interlocutores, el 'triunvirato' socialista calibra los pros y los contras de cualquier movimiento. Quieren medir las decisiones para no equivocarse, aunque son conscientes de desbloquear la situación "no está fácil", indican los socialistas. Ellos tres definen la estrategia y, a continuación, la comunican a los segundos niveles, que son los que pasan a la acción. El aparato de Ferraz, por tanto, se encuentra relativamente al margen.

Moncloa quieren guardar máximo cuidado y ha establecido un muro de contención en todas las negociaciones para la investidura. Silencio y sigilo es la orden. Todo se está llevando desde la más estricta confidencialidad, aunque a veces se produzcan filtraciones. Es más, ni los ministros conocen el detalle de la hoja de ruta que ha diseñado Sánchez y su equipo. "La política es el arte de lo que no se ve", insisten desde el equipo del presidente en funciones.

El 'retiro' de Sánchez está siendo, por tanto, medido y calculado. El Gobierno en funciones ha reducido al máximo los actos oficiales: en las últimos días sólo ha acudido a la Cumbre de los Países del Sur de Europa en Malta y a los despachos ordinarios con el Rey en Zarzuela. Este miércoles se dejará ver en V aniversario de la proclamación del monarca y el jueves y viernes estará en Bruselas para participar en el Consejo Europeo. Pero nada más. Incluso Sánchez ha reducido sus salidas de Moncloa para practicar una rutina diaria en su vida: ir a correr diez kilómetros cada mañana a las 8 por el que fuera campo de golf de Franco en El Pardo. Algún día ha fallado a su 'cita'.

Durante el pasado lunes la agenda fue de lo más intensa en Moncloa, pero todo se desarrolló sin luz ni taquígrafos. Sánchez salió a primera hora de la mañana camino de su entrenamiento habitual y cuando llegó se encerró en su despacho con Ábalos y Redondo. Estuvieron varias horas juntos. Pasado el mediodía el número tres de los socialistas se marchó de Moncloa camino de Ferraz, donde ofreció una rueda de prensa. Todos los mensajes que transmitió estaban calculados y buscaban trasladar la presión a PP, Cs y Unidas Podemos, indican las fuentes consultadas.

La estrategia del sanchismo: mezcla de pública y privada

El 'triunvirato' está desplegando una estrategia en la que mezclan declaraciones públicas con movimientos reservados. Así, mientras el también ministro de Fomento en funciones pide en rueda de prensa a PP y Cs que no obstruyan la investidura y que contribuyan a solucionar el bloqueo político, el propio jefe de filas insiste a Iglesias en una reunión paralela en La Moncloa en conformar un "gobierno de cooperación". Cada uno tiene claro su papel.

Desde el equipo de los socialistas afirman que la presión se dirige contra los tres dirigentes a los que Sánchez citó como interlocutores la pasada semana. Primero hacia Casado, a quien algunos dirigentes o ex como Isabel Díaz Ayuso o Esperanza Aguirre ya han recomendado abstenerse en la investidura. También hacia Rivera, que tiene a Valls, Garicano, De Carreras o Arcadi Espada como claros 'contrapoderes'. Y, en tercer lugar, hacia Iglesias, a quien descartan en el Consejo de Ministros y, a cambio, les ofrecen "políticas sectoriales" conjuntas como los Presupuestos.

A nivel empresarial también hay movimientos. El más claro fue el protagonizado también por Ábalos, que mantuvo una cena discreta -desvelada en estas páginas- con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Pero no es el único. También se está registrando una intensa actividad en algunas empresas del Ibex 35, interesadas en una abstención del PP y/o de Cs 'in extremis', en una segunda investidura, para permitir que Pedro Sánchez sea investido presidente. Desde el PSOE apuntan que "pronto" habrá novedades.

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