Mejorar las relaciones

Así funciona el efecto Benjamin Franklin para caer bien a todo el mundo

Se trata de una manifestación psicológica basada en cómo los favores pueden cambiar la percepción que tenemos de las personas.

Un CV.
Un CV.
Imagen de Tobias Herrmann en Pixabay.

Llegar a un nuevo trabajo puede estar cargado de retos, desde adaptarse a las dinámicas de la empresa hasta aprender nuevas herramientas o incluso volver a formarse en ciertos aspectos. Más allá de las cuestiones técnicas del puesto, también es posible que queramos agradar a los compañeros. Sin embargo, lo habitual es que al principio no tengamos suficiente confianza. Esto se complica más aún hoy en día, ya que muchas jornadas de trabajo se realizan en remoto, por lo que no es tan sencillo verse cara a cara con el equipo. Aunque con el tiempo estas relaciones se van afianzando, existen algunos trucos que permiten acelerar el proceso.

El efecto Ben Franklin es precisamente una manifestación psicológica que tienen la mayoría de las personas y que puede ser clave en estos momentos. Tal y como indican en Psicología y Mente, "no es que seamos realmente agradables con quienes nos caen bien, sino que nos caen bien aquellos con los que nos hemos portado bien". Este fenómeno se basa en que nuestra percepción personal sobre alguien puede cambiar por distintos aspectos, por lo que podría ser de gran utilidad cuando nos enfrentamos a nuevos ambientes. Veamos cómo funciona.

Evitar rivales

El fenómeno en cuestión tiene el nombre de uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos puesto que siempre contaba una historia relacionada. Según explicaba Franklin, tenía un oponente político en la Asamblea Legislativa de Pennsylvania con el que solía rivalizar. Esa situación le generaba mucha incomodidad y por ello quiso tomar cartas en el asunto. Aprovechó que el hombre contaba con una gran biblioteca para pedirle el favor de que le dejase un ejemplar. Pasada una semana le devolvió el libro junto a una nota donde indicaba que le agradecía dicha ayuda y el sujeto se sintió enormemente halagado. Ese acto fue clave para entenderse mutuamente.

La táctica, por tanto, apunta a que las personas deben solicitar pequeños favores a otros para mejorar la relación, ya que inconscientemente asumirán que si les pides algo es porque te caen bien y eso ya genera una imagen positiva sobre uno mismo. Los psicólogos expertos consideran que se trata de una disonancia cognitiva por la cual evitamos entrar en conflicto interno y justificamos estas conductas para hacerlo más llevadero. Por tanto, si debes tratar con un jefe conflictivo, en muchas ocasiones tratamos de llevar la situación lo mejor posible alegando que esa persona está por encima de nosotros.

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