Dos millones de en España

La última moda de Silicon Valley: cursos de 'coaching' para aprender a ayunar

Varios gurús empiezan a hacer negocio con cursos sobre el 'ayuno intermitente', una técnica más peligrosa que beneficiosa para la salud.

ayuno intermitente Silicon Valley
ayuno intermitente Silicon Valley
Pixabay

En 1948, poco antes de morir asesinado a los 78 años, Mahatma Gandhi logró en apenas cinco días que hindúes y musulmanes acabasen sus enfrentamientos religiosos durante la secesión de Pakistán motivados por las reubicaciones forzosas. Y lo hizo utilizando su arma más poderosa: el ayuno. Una técnica que revolucionó el concepto de resistencia pacífica en el mundo y que perdura hasta nuestros días. Sin embargo, hoy en día hay quien ve en el ayuno una técnica a la que sacar un rendimiento económico más que una doctrina pacifista. Especialmente en Silicon Valley, donde varios gurús lo han sumado a su oferta de coaching, tal y como apunta este artículo de Bloomberg.

El boca a boca, así como un post en Medium con más de 650.000 visitas en el que la emprendedora Sumaya Kazi alaba las virtudes del llamado ayuno intermitente gracias al que afirma haber perdido 23 kilos en siete meses, han provocado que numerosos gurús del valle tecnológico hayan empezado a hacer negocio a través de cursos sobre esta técnica, que en los últimos tres años ha aumentado en diez veces su número de búsquedas en Google. No existe ideología ni resistencia pacífica de por medio: simplemente plantean esta técnica como una alternativa saludable a las ya obsoletas dietas détox, las pastillas o al mismísimo Dukan.

Los peligros del ayuno intermitente

Pero, lejos de ser saludables, las dietas basadas en el ayuno intermitente son tan peligrosas -incluso más- que cualquiera de las dietas milagro mencionadas más arriba. El problema es que este tipo de técnica está encontrando un hueco importante en Silicon Valley no sólo por la promesa de perder peso, sino también por la mejora del rendimiento del cerebro. Es más, se empieza a vincular el ayuno intermitente con el biohacking, una serie de supuestos trucos para engañar y mejorar tu cuerpo -tales como tomar pastillas para aumentar tu inteligencia o darte leves golpes en la cabeza para activar tu cerebro-.

Pero, a pesar de cómo puedan sonar estas prácticas, existe una corriente relativamente moderna que aún así defiende los períodos prolongados de ayuno. Por ejemplo, Peter Attia, bioquímico y fundador de Eating Academy, arguye que “los períodos de restricción de nutrientes hacen cosas buenas. Los beneficios personales se hacen evidentes con bastante rapidez”. Por su parte, programas de suscripción para la prevención de la diabetes como PlateJoy animan a sus usuarios a pagar 230 dólares anuales para perder peso mediante esta técnica y reducir así el riesgo de padecer esta enfermedad.

Y el negocio es rentable: su público objetivo sólo en EEUU es de 20 millones de personas, mientras que en España se calcula que se gastan anualmente unos 2.000 millones de euros en dietas. Unas cifras que demuestran que, si se implanta este sistema como saludable en el ideario colectivo, el negocio puede ser muy rentable. Y ya existen decenas de startups que apuestan por el potencial lucrativo del ayuno intermitente, el cual encuentra avales incluso en el ámbito académico: Valter Longo, profesor en la Universidad de Baja California, ha descubierto tras décadas de estudio en ratones que la restricción de comida alarga la vida, permite desempeñar tareas con más habilidad e, incluso, es capaz de regular mejor el cuerpo, por ejemplo matando a las células cancerosas de inanición.

También afirma que gracias a este sistema se puede ralentizar el desarrollo de enfermedades como la esclerosis múltiple, para lo cual vende un pack dietético de cinco días por 250 dólares. La compañía de Longo -L-Nutra- aspira a conseguir 12 millones de dólares en beneficios durante 2018, mientras que sólo en inversiones ya ha recibido cerca de 60 millones para llevar a cabo sus investigaciones.

Dos millones de españoles, susceptibles de enfermar

El conflicto de intereses es evidente: aparentemente, Longo nunca ha advertido en sus ratones lo que otros estudios sí, tales como desajustes hormonales, contracción de los ovarios o malnutrición de órganos internos. Ni, por supuesto, los efectos que tiene este tipo de dietas en humanos, las cuales están directamente relacionadas con anorexia y otros desórdenes alimentarios, tal y como recuerda Lauren Smolar, director de programas dietéticos en la Asociación Nacional de Desórdenes Alimentarios de EEUU: “Vemos constantemente casos de personas que han tratado de controlar su ingesta de comida y han terminado con desórdenes alimentarios”. En España, aunque no existen datos oficiales, se calcula que al menos dos millones de personas sufren algún trastorno alimentario, sumando entre bulimia y anorexia nerviosa algo más de medio millón de pacientes.

Y precisamente a esta población más frágil es a la que más daño puede hacer este tipo de técnicas de adelgazamiento extremo. “El ayuno siempre es una situación de riesgo para un paciente de este tipo y tenemos serias dudas de que puedan tener los efectos que comentan, porque puede ser el inicio de un trastorno de la alimentación”, aseguran a La Información desde la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia -Adaner-. “Siempre es un factor de riesgo, porque perdiendo peso parece que te sientes mejor, más dueño de ti mismo e, incluso, tu entorno te refuerza. Igual que estas enfermedades pueden propiciarse por una dieta, también lo puede conseguir un ayuno que promete este tipo de cosas mágicas”, concluyen.

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