Necesidad de reformas

Alemania sigue en la estacada: cómo puede lastrar al crecimiento europeo hasta 2030

La locomotora de la economía europea ha perdido su dinamismo tras el shock energético de 2022, la subida de tipos de interés y los problemas de uno de los principales destinos de sus exportaciones: China.

Olaf Scholz
Olaf Scholz, canciller alemán.
Agencia EFE

El contexto actual está copado por los eventos crediticios y el riesgo de que el sistema bancario pueda tener más coletazos. La Unión Europea (UE) ha pasado a mirar al conflicto en Ucrania a observar los efectos que la subida de los tipos de interés puede tener en la actividad económica. Pero no solo eso. La duda de que Alemania pueda generar crecimientos estables a largo plazo resurge ante la falta de reformas del Gobierno de Olaf Scholz. ¿Hay un riesgo real?

Un informe elaborado por Julian Zimmermann, analista de deuda soberana de Scope Ratings, explica que el crecimiento económico a largo plazo de Alemania corre el riesgo de quedar aún más rezagado con respecto a otros países de alta calificación crediticia si el Gobierno no acompaña su éxito en la protección de las empresas y los hogares frente a la crisis energética con reformas estructurales que impulsen el crecimiento.

“La lentitud de las perspectivas de crecimiento a largo plazo contrasta con la probabilidad de que la mayor economía de Europa experimente una recesión leve en el peor de los casos en 2023, un resultado mejor de lo esperado por la mayoría hace unos meses”, dice Zimmermann. “El mérito se atribuye a una serie de medidas del Gobierno federal, a la rápida adaptación de la industria y los consumidores alemanes a los elevados precios de la energía y a la disminución de las importaciones de gas ruso, así como a un clima invernal benigno”, añade en su informe.

Al mismo tiempo, la producción económica de Alemania a finales del año pasado sólo había recuperado su nivel anterior a la pandemia de hace tres años, lo que contrasta fuertemente con la situación en la eurozona y las economías de su entorno. “De hecho, a finales de 2024, esperamos que la economía alemana solo crezca en torno a un 1,2% más que a finales de 2019, frente al 5,7% de la eurozona y el 7,7% de media de otros países con calificación AAA”, profundiza en su análisis el experto de la agencia de calificación crediticia.

Desde su punto de vista, el lastre de Alemania para el crecimiento en Europa continuará al menos hasta 2030, lo que pondrá a prueba las sólidas finanzas públicas del país, dados los costes acumulados relacionados con la pandemia, la guerra y la transición energética.

Los cambios necesarios

El texto pone el foco en que abordar el cambio estructural que Alemania necesita para impulsar el crecimiento es un reto político. “Ya se han dado los primeros pasos”, ahonda Zimmermann. Esto incluiría una propuesta de revisión de las leyes de inmigración, incluida la concesión de la doble nacionalidad a los ciudadanos no pertenecientes a la UE, y la flexibilización de las normas para la inmigración de trabajadores altamente cualificados en reconocimiento del envejecimiento de la población del país y la disminución del número de personas en edad de trabajar, que se estima disminuirá en torno al 0,8% anual entre 2023 y 3030.

También destacaría el déficit de inversión, equivalente a unos 410.000 millones de euros a partir de 2021, cuya reducción será igualmente difícil y costosa en los próximos años, dadas las condiciones de financiación más restrictivas. Alemania ha experimentado una persistente falta de inversión unida a una lenta ejecución de los proyectos, aunque las necesidades de inversión son elevadas para apoyar al sector manufacturero del país, intensivo en energía, en su transición ecológica y digital.

“Estos retos son el telón de fondo de los débiles resultados económicos actuales de Alemania. A pesar de la desaceleración trimestral relativamente moderada del cuarto trimestre de 2022 y de la situación más benigna del suministro energético, mantenemos nuestra previsión de una contracción económica del 0,2% en 2023”, comenta el experto de Scope Ratings.

Son datos que contrastarían con las recientes revisiones del FMI (0,1%, desde -0,3%) y del Gobierno alemán (0,2%, desde -0,4%), y refleja principalmente su previsión de unas condiciones de financiación más restrictivas que frenen la inversión y el consumo privado. “Estos efectos sólo se verán parcialmente equilibrados por la mejora de la relación de intercambio y el aumento de la demanda exterior de China, a medida que flexibilice las restricciones pandémicas”, describe Zimmermann.

El mercado de la energía

Los resultados económicos a corto plazo de Alemania también se están estabilizando gracias a las importantes ayudas fiscales, que se irán reduciendo gradualmente en 2024, tal y como reza el informe de Scope Ratings. El Gobierno federal alemán ha promulgado varios paquetes de medidas de alivio.

El más costoso está destinado a una reducción de los precios del gas y la electricidad para los hogares y las empresas, con un presupuesto de 83 300 millones de euros (2,1% del PIB previsto) en 2023. “Sin embargo, en el supuesto de que los precios actuales del gas y la electricidad, más bajos de lo previsto, se mantengan durante 2023, las medidas podrían acabar costando sólo alrededor de la mitad del importe presupuestado”, matiza Zimmermann.

A más largo plazo, a medida que se retiren las ayudas fiscales debido al compromiso político de cumplir las limitaciones de endeudamiento impuestas por el freno de la deuda, la agencia de calificación crediticia estima que el potencial de crecimiento del país germano se situará en torno al 1% anual en los próximos años, el más bajo de su grupo de referencia, y un 0,1% por debajo de lo que preveíamos hace un año.

Hacia el final de la década, varios institutos de investigación económica estiman que la tasa seguirá disminuyendo hasta situarse en torno al 0,5-0,75%, a medida que se acelere la tendencia al envejecimiento. “Esto contrasta con el crecimiento relativamente sólido del 1,7% observado en el periodo prepandémico de 2015-2019”, termina Zimmermann.

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