En diciembre 

La bolsa rompe una racha de 156 meses: una renta por dividendo inferior al 4%

El rendimiento por dividendo del conjunto del mercado español no había bajado del 4% bruto anual desde 2007, según los datos de BME, filial de la suiza Six Group.

El reloj de la Bolsa de Madrid se acerca al cambio de ejercicio.
El reloj de la Bolsa de Madrid.
Europa Press

La crisis asociada al Covid-19 ha tenido un impacto en las grandes cifras de todas las bolsas. Ya era oficial que el Ibex 35 fue el peor índice de referencia bursátil del mundo desarrollado, pero todavía quedaba por conocer el dato definitivo de la rentabilidad por dividendo, un atractivo del que presume históricamente la Bolsa española aunque se descuenten de las cotizaciones cuando se pagan y mermen los balances empresariales. La retribución directa al accionista alcanzó los 18.709 millones, un 41% menos que en 2019 y en línea con las previsiones de primavera, como avanzó La Información.

El desplome de estos pagos y la subida bursátil a partir de noviembre provocó que se rompiera una racha histórica de 156 meses consecutivos con una rentabilidad por dividendo por encima del 4%, según el índice por países desarrollados que elabora MSCI en su informe Bluebook y que usa BME. Este rendimiento se quedó parado en el 3,9% en diciembre. “En los últimos 13 años, ningún mes la ratio que calcula MSCI para España ha sido inferior al 4%, es decir, 156 períodos consecutivos por encima de ese nivel, justo hasta la recta final de este mismo año”, revela el rector bursátil.

El informe de Mercado 2020 de BME recuerda que la media histórica de este indicador para las cotizadas españolas en 33 años (396 meses) es del 4%. "Se sitúa en primera posición en comparación con la misma ratio calculada para otras Bolsas desarrolladas del mundo. Desde hace años el mercado español lidera este apartado. Es posible que este diferencial sostenido en el tiempo sea uno de los factores que más atraen a los inversores extranjeros a participar y mantenerse activamente en el día a día de nuestras empresas cotizadas”, según la interpretación de la plataforma bursátil sobre ese hito.

Pese a la Covid-19, las compañías españolas que cotizan en bolsa repartieron 206 pagos de dividendo, cifra que mermó por las suspensiones que realizaron los ocho bancos cotizados. “Buena parte de la responsabilidad de estos descensos se centra en la recomendación que el 27 de marzo hizo el BCE a los bancos europeos de no repartir dividendos en la primera mitad del ejercicio para reforzar sus ratios de capital como medida de prudencia ante la crisis económica que ya se adivinaba”, según el informe.

Desde 2000, BME calcula las empresas cotizadas en la Bolsa española han repartido 470.000 millones de euros en dividendos, una cifra que equivale al 71% del valor actual de mercado de todas las cotizadas españolas. Entre 2000 y 2005, el importe promedio de dividendos brutos repartidos por las compañías cotizadas entre sus accionistas fue de 10.893 millones de euros, cifra que a partir de entonces se ha duplicado y se ha mantenido por encima de 23.000 millones hasta 2020.

Aumento de los dividendo placebo

Otra de las fórmulas de premiar al accionista es la recompra de acciones, aunque esta práctica parece una rara avis en el mercado español frente a lo que ocurre en otras bolsas como Wall Street. Sólo 16 empresas realizaron amortizaciones -eliminación de títulos- con un importe de 4.553,6 millones de euros, un 32% menos que en 2019 cuando se marcó un récord doméstico en 6.698 millones. Las energéticas Iberdrola y Repsol lideran este ranking con 2.921 millones de euros, dos tercios de la cifra total. 

El estudio recuerda que las recompras y amortizaciones de acciones tienen un efecto inmediato que es el aumento de las ratios por acción (beneficios, dividendos…) que sirven para estimar las valoraciones. “En muchos casos, este tipo de operativa está ligada a un programa previo de recompra de acciones propias en el mercado. Su uso es muy prominente en las empresas norteamericanas y comienza a ser una práctica cada vez más habitual en Europa, donde su uso está estrechamente vigilado a la luz de toda la regulación desarrollada alrededor de la autocartera y la aplicación de la Directiva de Abuso de Mercado”, recuerda el estudio.

En cambio, 2020 volvió a asistir a un incremento exacerbado de las ampliaciones de capital para remunerar al accionista entregando títulos de nueva emisión. Es el llamado ‘dividendo placebo’, o cobro en acciones, puesto que tiene efectos dilutivos para el accionista aunque mantiene el pago de una renta. BME recuerda que el pasado año se realizaron 15 pagos de este tipo por un importe total de 6.644 millones de euros en forma de acciones, un 69,47% más que en 2019 cuando se realizaron 13 entregas. Hasta el año pasado, estos ‘scrips dividend’ mantenían una racha descendente después del toque de atención de los reguladores, pero la incertidumbre de la crisis del Covid-19 ha provocado su regreso con más fuerza que nunca.

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